Gracias a ti, persona que está leyendo esto, tengo las ganas y la inspiración para hacer de mis sueños palabras, GRACIAS :)

lunes, 13 de agosto de 2012

Más blogs, ¡MÁS HISTORIAS!

Hola. Pues estoy haciendo esta entrada en todos mis blogs con historias acabadas, para que, los que no os disteis cuenta, pues que sepáis que he ido haciendo más novelas/fanfictions, y nunca viene mal tener más lectores y más opiniones sobre las historias. Aquí os las dejo:

Estúpido amor. Ya está acabada.

Trata de las bandas de One Direction, Jonas Brothers, mezcladas con skaters y adolescentes extraños.

Escúchalos. Ya está acabada.

Trata de una escuela de vampiros, una historia de amor y aspectos de tipo gore. 

Surrender the night. Ya está acabada.

Trata de una chica depresiva y con trastornos bipolares.

Y esto era todo, me gustaría que os pasáseis, porque lo dicho; unas opiniones más nunca vienen mal.

¡Un beso!

viernes, 6 de abril de 2012

Capítulo 58, final ~. #

Me tropecé y caí sobre Zayn, Louis, no hay más explicación que esa—dije mientras me levantaba del suelo.
—Bueno, es eso o me estás mintiendo—contestó.
—No, Louis, ha sucedido así.—dijo Zayn.
—¿Sabéis? Yo paso de vuestras tonterías. Tengo prisa.
Salí corriendo en dirección hacia la puerta del jardín. No tenía ganas de escuchar los celos de Louis y las disculpas de Zayn. Abrí la puerta y vi a Lucía sentada en el césped, mientras que Ana, Harry, Liam y Niall le hacían aire como podían. Detrás de mí llegaron Louis y Zayn. Me acerqué corriendo a Lucía, estaba pálida.
—¿Qué te pasa?—pregunté nerviosa.
—Serán los nervios de la boda—rió.—Todo está saliendo al revés, así que...
—No, no—contesté.—Tengo una idea.
—¿Una idea?—preguntó Liam.
Asentí con la cabeza y vi, que Barney estaba en la puerta. Se había arreglado un poco, tal como le dije. También llevaba una guitarra, y una cámara de fotos. Le guiñé un ojo y levanté mi pulgar, dándole a entender que lo había hecho todo perfecto. Se acercó a nosotros y todos me miraron con curiosidad.
—Que yo sepa—comencé a decir.—vosotros queríais una boda tranquila. En mitad de la naturaleza. Con la menor cantidad de gente posible. Con una guitarra acústica de fondo. Una celebración simple, sencilla, con vuestros amigos. Vais a tener una así.—todos me miraron extrañados, aún más.—Barney está estudiando sacerdocio, así que básicamente, digamos que puede casaros ahora mismo. Esta es la boda que vosotros queríais. Si os casáis ahora, luego dará igual que dentro de esa casa no haya un fotógrafo, música y que el cura llegue tarde. Ya habréis tenido vuestra boda perfecta. 
Las caras de todos esbozaron una sonrisa y asintieron con la cabeza. Barney se acercó y se colocó justo debajo de la sombra de un árbol. Liam y Lucía se colocaron delante. Harry, Niall, Zayn y Louis, al lado de Liam, cogieron la guitarra, y Niall se sentó en un tranco, tocando melodías sin cesar. Yo me situé con Ana, agarradas de la mano, al lado de Lucía. El sermón del cura duró poco, ya que dijimos que intentara resumirlo, porque lo íbamos a escuchar otra vez en un rato. Él rió y dio el visto bueno. Pasó a los votos.
—En realidad—comenzó a decir Liam—yo tenía escrito un gran discurso en un papel. Pero se me perdió—todos reímos—Puedo resumirte mucho lo que te quiero, Lucía, lo que me importas. Pero creo que no podría tardar menos de unos cuantos siglos. Simplemente, déjame demostrarte que te quiero, que eres el amor de mi vida. Déjame demostrártelo dándome toda una vida para hacerte feliz. —Niall, comenzó a tocar "torn". Zayn le dio el anillo a Liam, con una sonrisa. Las lágrimas de Ana comenzaron a caer y bueno...yo me estaba conteniendo un poco.Al entregarte este anillo, yo te doy testimonio de mi amor sincero, y prometo serte leal y fiel, amarte y apoyarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.
—Si te soy sincera, yo también tenía escrito lo mucho que te quiero, y toda una gran selección de recuerdos, momentos, entre otras cosas, que hemos vivido juntos. Pero creo que, no son nada comparado con todo lo que nos queda por vivir. Apenas llevamos saliendo dos años, y mira donde estamos. No me arrepiento de nada, en absoluto. Me alegro de haberte conocido. No sólo como Liam Payne, de One Direction. Sino, como Liam James Payne. El chico que me regala siempre sus mejores sonrisas, sus mejores días y sus mejores noches. Gracias por hacerme feliz. Te quiero, como nunca he querido a nadie. —Ana le dio el anillo a Lucía, y entonces fue cuando no lo aguanté más, y abracé a Ana, ésta me abrazó también, ambas llorando.Al entregarte este anillo, yo te doy testimonio de mi amor sincero, y prometo serte leal y fiel, amarte y apoyarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.
—Bueno, pues si no hay ninguna objeción—Barney nos miró a todos, aunque por su gesto no esperaba que alguien se negara.—Yo os declaro, marido y mujer. Puedes besar a la novia.
Liam agarró a Lucía por la cintura y la besó, y todos estallamos en aplausos y silbidos. Los abrazamos, incluso a Barney. Louis me dio un ligero beso y me abrazó. Por la lejanía vimos que el fotógrafo y el cura, estaban entrando. Salimos corriendo hacia la casa, y Lucía y Liam se quitaron los anillos, aunque con una sonrisa, porque ya habían tenido la boda más perfecta que jamás habían podido imaginar.
(NARRA LOUIS)
Al entrar todos nos miraron confusos, pero finalmente sonrieron al ver que todos estábamos bien, y que la segunda boda se iba a celebrar. Bueno, segunda para nosotros, primera para todos los demás. De nuevo nos colocamos al lado de Liam, y Ana y Maribel en lado contrario, esperando a que Lucía entrara de nuevo, acompañada de Zayn. Creo que Liam al verla, susurró algo como "acabo de casarme con ella, y todavía me acabo de sorprender de lo preciosa que está con ese vestido". Ambos se juntaron en el altar, y todos los demás nos preparamos para un largo sermón, y una larga ceremonia matrimonial. Sin duda, preferí la primera. Una hora después, por fin los proclamó marido y mujer de nuevo,  y al besarse, todos estallamos en aplausos, incluso vi que Maribel y Ana lloraban de nuevo. Una vez acabadas las fotos, las palabras de enhorabuena y demás, comenzó el banquete. Me senté con Maribel, Harry, Ana, Lucía, Liam, Niall y Zayn en la misma mesa. Todos comentábamos alegremente las dos ceremonias.
—Sin duda, preferí la primera. Fue menos pesada—dije. Todos rieron.
—Sí, hasta a mí me pareció un poco larga esta—confesó Lucía.
—Normal—contestó Harry.
A la media hora, aproximadamente, llegaron las primeras tandas de comida. Entremeses, primeros platos, copas y demás. El hambre a mí, personalmente se me había pasado, así que como vi que Maribel, tampoco quería comer, la cogí de la mano y ambos nos fuimos al jardín a pasear. Aunque lo único que quería era abrazarla, y no soltarla en lo que me quedaba de vida. 
(NARRA HARRY)
Al cabo de dos horas, empezaron a retirar todos los platos de comida y pusieron música. Varias parejas salieron a la pista a bailar. Había estado todo el rato aguantando a Niall y a Ana juntos, dándose abrazos, o besos. Estaba bastante cansado de que él me restregara que estaba con ella y yo no, pero aún así no me iba a cansar de ver lo guapa que iba, nunca me iba a cansar de quererla. Aproveché que Niall fue al baño, y me levanté, en dirección hacia Ana. Le tendí la mano, con caballerosidad, y ella me miró extrañada. Estaba seguro de que me negaría. Pero no podía irme sin intentarlo al menos.
—¿En serio crees que voy a bailar contigo?—preguntó.
—¿Ni un baile solo? Sé que estás con Niall, sólo quiero bailar. 
—No sé...
—Por favor, señorita, concédame este baile.
Sonrió y me cogió de la mano. La levanté delicadamente y ambos nos dirigimos a la pista. Estaba repleta de gente, así que nos metimos entremedias, y quedamos casi en el centro. Sonaba My Love de Sia. Una melodía lenta, aunque me gustaba. Agarré a Ana de la cintura, y ella me rodeó el cuello con sus brazos. Tenía la cabeza apoyada en mi pecho. Sonreí y comencé a hablarle, susurrando.
—Gracias, Ana.
—¿Por qué?
—Por concederme este honor.
—No seas tonto—rió.
—Sabes que lo soy.
—Ya me di cuenta...—levantó la cabeza de mi pecho y posó su mirada en la mía.
—Te quiero.
—No te rías de mí.
—No me río de ti, es verdad, te quiero.
—Ya. A saber a cuántas chicas les has dicho eso mientras no estábamos juntos.
—A una. Se llama Ana. ¿La conoces? Está aquí ahora mismo, bailando conmigo.
—Idiota—me pegó suavemente en el hombro.
—¿No me crees?
—No, no te creo. Si me quisieras, habrías luchado por mí.
—¿Crees que no es eso, lo que llevo haciendo desde que sales con Niall?
—Yo creo que no. 
—¿Quieres que te diga la verdad?
—No estaría mal—sonrió.
—Te quiero.
—No te creo.
—¿Por qué no me quieres creer? Es la verdad.
—Porque hay muchas chicas ahí fuera más guapas, famosas y mejores que yo. Habrá un tour, un concierto, ahora o en algunos años. Verás a alguna, y te enamorarás de ella. Y a mí me dejarás tirada.—bajó la vista. Cogí su barbilla, y la elevé, haciendo que me mirara de nuevo.
—Es cierto, en unos años, me enamoraré de otra. Y esa otra te llamará mamá.—sonrió mordiéndose el labio inferior.—Te tengo en el bote—susurré con tono burlón.
—Dime cuando has dejado de tenerme ahí.
Me quedé mirándola. Estaba seguro de que no había malinterpretado aquellas palabras. Ella me quería. ¡Ella aún me quería! Sonreí, y ésta vez el que se mordió el labio fui yo. Nos juntamos, nuestras frentes chocaron. Sonaba ahora, Satellite Heart de Anya Marina. Me acerqué aún más, ahora eran nuestras narices las que chocaron. Sonrió, notaba que le temblaba todo el cuerpo. Exactamente igual que la primera vez que la besé. Aquel día...aquel día conocí el amor de verdad. No estaba dispuesto a perder a una chica como ella. Me acerqué, estábamos a milímetros. 
—No lo hagas...—susurró.
—Si es la última ocasión que voy a tener, quiero aprovecharla. Déjame aprovecharla...—susurré. 
Apenas había terminado la frase cuando un impulso dentro de mí me empujó hacia ella, hacia sus labios. La besé, y ella no se negó, como yo creía que haría. Me continuó aquel beso. Y así estuvimos todo el rato. De nuevo siendo felices. Ella y yo. Nadie más.
(NARRA LUCÍA)
—No sé como darte las gracias—dije.
—¿Y eso a qué viene?—preguntó Liam.
—Bueno, has hecho de mi existencia en la Tierra un paraíso. 
—Eso quiere decir que eres feliz, me lo apunto.—reí. 
—Soy feliz gracias a ti.
—Y yo gracias a ti, señora de Liam Payne.
—Cada vez suena mejor.
—Acostúmbrate, te llamarán así el resto de tu vida.
—Me gusta—sonreí.
—Gracias a ti.
—¿Por qué?
—Por enamorarme.
—¿Estás de broma? Aún no sé como estás enamorado tú de mí.
—Es simple. Eres preciosa. Tanto por dentro como por fuera. Eres la mujer de mi vida, fin. 
—reí.—Mentiroso. No soy preciosa.
—Cierto, eres mucho más, pero no existe palabra para tal grado de belleza.
—Eres adorable.
—En algo me tendré que parecer a ti.
—Liam para, mis ganas de comerte aumentan por segundos.
—Vas a tener toda la vida para hacerlo—sonrió. 
—¿Me quieres?
—No, te amo.
—Ahora soy yo la que te da las gracias, por enamorarme hace casi dos años.
—Entonces te vas a cansar, porque pienso enamorarte todos los días de mi vida. 
Sonreí y le besé. "Señora de Liam Payne". Cuanto más lo piensas, mejor suena. Esto no se lo dije, pero realmente creo que me faltarían días en una vida, para demostrarle cuánto le quiero. Cuánto le necesito cada día. 
(NARRA ZAYN)
—¿Cuánto tiempo llevas enamorado de Maribel?—preguntó Alice.
—¿Qué?—reí.
—Estás enamorado de ella.
—No, estoy enamorado de ti.
—Ya—sonrió—y yo de ti.
—Te quiero Alice, muchísimo.
—Yo más. 
—Pero nunca me superarás.
—rió sarcásticamente—Claro que te supero, te supero, y te vuelvo a superar.
—Mientes.
—Yo nunca te mentiría.
—Entonces hazme caso, te quiero más.
—Bah bah bah, no pienso hacerte caso.—sonrió. 
La besé y me abrazó, mientras seguíamos con cierto descontrol el compás de la canción que ahora estaba sonando. Poco a poco la música fue bajando el volumen, me giré  y vi a la autora de esta novela, subida a una silla. Creo que quiere dedicar unas palabras a sus lectores. 


¡Qué lindo Zayn, gracias por cederme la palabra! Jajajaja, ahora ya en serio. Fin. Se acabó lo que se daba. Esta vez de verdad eh, no como la otra vez. En realidad no sé para qué la paré a los 38 capítulos. Pero yo creo que con 20 más, como he hecho, suficiente. ¡QUERIDOS! Más de 18 mil visitas, 37 seguidores, cientos de comentarios, más de 100 lectores... No sé como agradeceros tanto. Ya lo intenté una vez y bah, apenas me salió una basura de agradecimientos. Aunque esta vez será igual. Es un orgullo, decir que esta historia la he escrito yo, porque tengo lectores de Japón, Rusia, India, Reino Unido, Canadá, España, toda Latino América, y bueno, aún más sitios. No sé como daros las gracias, porque en serio, me habéis ayudado mucho. Y dicen que he ayudado también escribiendo, o mencionándoos en la historia. Creo que es una historia como otra cualquiera, que la podía haber escrito cualquier otra persona. Pero me siento afortunada de haber sido yo, porque gracias a ella, he conocido a gente maravillosa, he hecho amigas entrañables, he pasado buenísimos momentos, y también he llorado con algunos de los preciosos comentarios que me dejáis. Me habéis apoyado siempre, ya sea desde que esto comenzó, o desde hace dos capítulos. El caso es que siempre me habéis apoyado. Y es de agradecer.  No me canso de daros las gracias, de deciros que sois personas increíbles, maravillosas. Que no me arrepiento de haber hecho esta fan-fic, en serio. Sé que a algunas les ha parecido corta, y a algunas quizás, demasiado larga. Pero bueno, sea como sea, ya sabéis que nunca me quedo sin el oficio de escribir, así que ya tengo otra historia en progreso. 
Estupideces por amor. 
Ya sabéis, irá de One Direction, Jonas Brothers y puede estar implicada cualquiera que quiera salir. ¡Que no sé que más deciros! Que os quiero, de verdad, me habéis hecho muy feliz en todo este tiempo, y creo que quizás, haber hecho esto, puede haber sido un error, o no, pero es un error que cometería todos los días de mi vida. 
Gracias, en serio. Gracias. Y aún así, un gracias parece no ser suficiente. 
OS QUIERO :').
Atte: Una tarta de rayas. Nah, Maribel. <3

jueves, 5 de abril de 2012

Importante. LEED.

A ver cariños, esto se acaba. Me queda un capítulo más y puf, fin de la historia. Como ya sabéis, dejaré esto después un tiempo abierto, para que las que empezaron ahora les de tiempo a leerla, y después la cerraré. Sabéis que os la puedo también pasar por correo, si queréis. Todo para leerla cuantas veces queráis está a vuestra disposición. Y bueno, quería comentaros una cosa. He empezado una nueva historia.
Estúpido amor <- clicáis ahí, y os lleva al blog.
Al principio parece una historia que va sólo de skaters, pero os aseguro que os gustará. Saldrán Jonas Brothers y One Direction. Si os dáis cuenta, se mencionará sus nombres reales {Louis, Niall, Harry, Zayn y Liam} pero los nombraré durante toda la historia con sus motes. O con los motes que yo les he puesto. Por otra parte, a los Jonas sí los llamaré por Kevin, Joseph y Nicholas. ACEPTO cualquier sugerencia, puesto que sólo llevo un capítulo. Si alguien quiere salir QUE LO DIGA que ahora es el momento, no cuando lleve 10 capítulos. Leed el primer capítulo, y si os gusta, decídmelo, ya sea  por Twitter o por un comentario en la entrada, Y OS AVISO A TODAS LAS QUE ME LO DIGÁIS. Además, de las que la lean después y me lo piden, PEDIDLO Y OS AVISO CUANDO SUBA CAPÍTULO A TODAS. No me importa en absoluto. Pues nada, espero que os guste. Y que subiré el cap de esta novela, en unos días. Para no acabarla rapidísimo, ¿sí? Pues nada. Os quiero <3.
PD: ¿Dudas? Decídmelas.
PD2: Si os fijáis, en "personajes destacados" hay una foto de todos los personajes. No son ellos realmente, pues sabéis como son en realidad. Quería que esto se saliera de la monotonía, por eso el cambio de nombres y apariencia.

martes, 3 de abril de 2012

Capítulo 57 #

(NARRA MARIBEL)
—Lucía—grité.—O salimos ya, o llegamos tarde, y es tu boda eh.—Desde luego, qué pesada era esta chica. 
—Ya estoy—salió del cuarto de baño.—Venga vamos.
Ambas salimos corriendo de la casa y Ana ya nos esperaba en el coche, con las cosas preparadas.  Nos montamos en cuestión de segundos en él y Lucía arrancó.
—¿Era necesario pararse tanto tiempo?—preguntó Ana.
—Sí—contestó Lucía.
Se le notaba el nerviosismo en la voz.  Normal, faltaban tres horas para su boda. Su boda. Anda que se dice pronto. Finalmente me quité de líos, y Ana era la madrina.  Ninguna estaba convencida con aquel cambio, incluso juraría que Lucía estaba molesta por eso, pero me negaba a tener algún vínculo de nuevo con Zayn. Además de que a Louis tampoco le hacía gracia que yo fuese la madrina. Pero era por Zayn, no penséis mal. 
—Pon música—pedí desde el asiento trasero.
—¿Qué pongo?—dijo Ana.
—Mmm...¡pon a los Jonas Brothers!
Sonrió y puso "Live to Party", para liberar tensiones. Las tres comenzamos a cantar como locas, hasta que la velocidad del coche fue bajando hasta parar; estábamos en un atasco.
—No me jodas—soltó Lucía.
—No creo que sea muy largo—dijo Ana intentando calmarla. Me asomé por la ventana.
—Creo que nos durará una hora.
—¿Una hora?—dijo Lucía.—Voy a llegar tarde a mi propia boda.
—No seas tonta, no llegarás tarde a ningún sitio—contestó Ana. 
—Seamos realistas,  Laurent Squit está a unos treinta minutos en coche. Si vamos andando, primero que dejamos en mitad de la carretera el coche, y segundo que tardaríamos lo mismo o más que si esperamos aquí.
—A lo mejor estar aquí nos retrasa más—dije.
—Quizás...—susurró Lucía.—Bah, venga chicas, coged las cosas y prepararos para correr.
Las tres sonreímos, Lucía quitó las llaves del coche y cogimos todas las bolsas que llevábamos, cerró el coche, y esquivando a algunos taxis que nos pitaban, conseguimos dejar el coche en mitad de la carretera. Una vez habíamos llegado a la acera, nos dispusimos a correr como si se nos fuera la vida en ello. Se convirtió en una carrera de cuarenta tediosos minutos, hasta que por fin llegamos a Lauren Squit. Por el camino nos miraba toda la gente, un par de veces se nos cayeron las bolsas, incluso tuvimos que parar porque a mí se me salían los deportes. Pero entre risas y nervios,  conseguimos llegar. A toda prisa nos metimos en la casa, faltaban menos de dos horas para la boda de mi amiga, y ni siquiera tenía puesto el vestido de novia. Al llegar, todos nos estaban esperando. Peluqueros, maquilladoras, todos estaban preocupados. Al vernos llegar nos sonrieron y empezaron a meternos prisa. Tras media hora, todas estábamos peinadas y maquilladas. Ana, llevaba el pelo rizado, recogido hacia el lado derecho, con dos trenzas que empezaban en su parte frontal de la cabeza, y acababan detrás. El color que predominaba en su cara era el naranja claro, con un pequeño toque de gloss en los labios. Lucía, llevaba un tocado sumamente precioso, hecho a base de dos trenzas, y casi en cada mechón, una pequeña gota de purpurina, que lo hacía aún más bonito.  Al tener los ojos azules, le pintaron la raya de arriba y los labios rojos. Poco color, creo que Liam les pidió que la dejaran lo más natural posible. Yo por mi parte, llevaba el pelo suelto al natural; rizado. El flequillo de lado, no me gustaba que me toquetearan mucho el pelo. En mi caso, los colores predominantes en mi cara eran los tonos azules. Sobra de ojos azul, un poco de colorete rosa y tomando ejemplo de mi amiga Ana, gloss en vez de pinta labios.  Una vez peinadas y maquilladas, nos preparamos para vestirnos. Todos prestaron más atención cuando Lucía se vistió, puesto que su vestido era más difícil de colocar que el de Ana y mío. Al tener que ir iguales, Lucía eligió para Ana un conjunto en naranja muy claro, de ahí su maquillaje, y para mí, el mismo modelo, pero en azul cielo. Era un vestido con una cinta en la cintura, ancha. De palabra de honor. La primera capa empezando desde debajo era de tela del color elegido, y la de encima, era de una tela con pequeños recovecos, que hacían que la tela de debajo quedara aún más clara. Tacones a juego. Oh mierda, tenía que ponerme tacones.
—Tengo los pies hechos trizas—me quejé.—Yo tacones no me pongo.
—No seas boba—contestó Ana.—Te los tienes que poner. No vas a ir descalza.
—Pero es que me duelen los pies de los deportes.
—Pues tendrás que ir con tacones, lo siento.
Refunfuñé y me puse los tacones, con los cuales no llevaba ni diez segundos, y ya me estaban matando. Intenté fingir una sonrisa delante de todos, hasta que vi a Lucía vestida de novia. Era un vestido también de palabra de honor, con una cola de tamaño mediano. A la altura del pecho, hasta el vientre, había un encaje que por mucho que lo miraras, no te cansabas de verlo, era increíble. Desde el vientre hacia abajo, era todo con volantes y diversas telas. Y ella se veía tan...preciosa con él. Sin duda, le quedaba de escándalo. 
—¿Cómo estoy?—preguntó algo sonrojada.
—Preciosa—contestó Ana.
—Maravillosa—exclamaron los peluqueros.
—Perfecta—conseguí decir con una sonrisa.
Mientras todos observaban aquel traje, llamaron a la puerta. Fui yo a abrir, y vi a un chico moreno, con su típico tupé, traje gris con corbata, y una sonrisa que se le ensanchó considerablemente al verme.
—¿Está Ana?—preguntó.
—Sí. Ana—dije mirando hacia la habitación. Ésta me miró—te buscan.
—Déjame decir que estás preciosa—añadió.
—Gracias. ¿Has visto a Louis?
—No.
Ana se puso a mi lado, dándome un pequeño codazo, y mientras Zayn entraba para hablar con ella, yo decidí salir de allí. Había metido el dedo en la yaga incluso en la boda de mi mejor amiga. Ya le pediría perdón a Zayn. Pero joder, es que realmente quería ver a Louis. Fui buscando por todos lados, hasta que me encontré a Liam, sentado en una silla, con una cara de preocupación notable.
—¿Qué ocurre?—pregunté.  Me miró.
—Contratamos a una chica que tocaba el arpa, para que tocara en la celebración. 
—¿Y?
—Estaba embarazada, pero anoche la ingresaron en el hospital, acaba de dar a luz.
—Bueno—dije mirándole e intentando quitar gravedad a la situación.—no tener música no es del todo importante, creo que vi un teclado, puedo tocar si quieres.
—No tenemos fotógrafo.
—¿Qué?
—Está en el atasco. Y dice que va para largo.
—Bueno...alguien habrá aquí de las familias que traiga una cámara.
—Maribel...—susurró—no tenemos cura.
—¿Estás de broma?
—No, está en el atasco.
—Joder con el atasco...
—Maribel...que no va a ver boda.
—¡No digas eso!—grité.—Que sí va a ver boda.
—¿Tú eres cura? 
—No.
—Pues eso.
—No seas así.
—¿Puedo ayudar en algo?
Una chica de pelo castaño oscuro, con rizos, un vestido negro con lunares blancos y una cinta roja, hablaba desde detrás; Alice, la novia de Zayn.
—Sí—contesté.—Puedes ayudar, ven.
La cogí del brazo, ordenando a Liam que fuera a terminar de prepararse. Teníamos una hora. Y la boda iba a salir adelante. 
—¿Qué hay que hacer?—preguntó.
—Fácil. Creo recordar que el sobrino de la dueña de esta casa, estaba estudiando para sacerdocio. 
—¿Crees que podemos decirle que haga de cura?
—Podemos intentarlo.—ambas sonreímos.—Bien, yo voy a por el chico, y tú, tienes que buscarme un teclado y una cámara. El teclado puedes preguntarle al encargado, la cámara...no sé, pregúntale a los familiares. 
—Dalo por hecho, ¡suerte! 
Ambas salimos a correr en busca de nuestros objetivos. Pero casi no había avanzado ni cuatro metros, cuando me topé con la dueña y su sobrino.
—¡Hola! ¿Creen que pueden ayudarme?
—¿A qué?—contestó el chico.
—Necesitamos un cura. 
—Eso es imposible—contestó Rose, la dueña.
—Déjeme hablar a solas con su sobrino, por favor.—a regañadientes aceptó y se fue, y el chico, se quedó conmigo.
—¿Qué quieres?
—Déjame tutearte, ¿cómo te llamas?
—Barney.
—Bien, Barney. Tengo un plan para que la boda de mi mejor amiga no sea un desastre. ¿Crees que podrás ayudarme?
—Bueno, creo que puedo intentarlo.
—¡Genial!—dije con una sonrisa.—Tú estabas estudiando para sacerdocio, ¿cierto?
—Sí.
—¡Maribel!—gritó alguien desde detrás, me giré y vi a Ana, con la respiración entrecortada, parecía que llevaba un rato buscándome.
—¿Qué ocurre?
—Es Lucía.
—Vale, ¿dónde estáis?
—En el jardín.
—Voy para allí, ahora te alcanzo.—Ana asintió y salió corriendo de nuevo.—Barney, ahora necesito que hagas esto, todo lo que te voy a pedir, aunque te parezca una locura. Pero por favor, hazlo. No por mí, que soy una desconocida, si no por una chica que lleva media vida esperando este día.
El chico asintió y conforme empecé a vocalizar todo el plan que tenía pensado, abría cada vez más los ojos, pero por su cara estaba prestando atención a cada palabra, y era de agradecer. Una vez había terminado de hablar, el chico me miró serio, y me dijo:
—Haré lo que me pides—sonrió.—Suerte con lo que haya pasado.
Le dediqué una sonrisa y salí corriendo en dirección a la puerta, ¿qué habría ocurrido con Lucía? Me estaba preocupando, casi no sabía quién se ponía en mi paso, quién me saludaba, o quién me preguntaba por ella. Hasta que me choqué y caí al suelo con la última persona que, en un caso así, de haberlo sabido, querría que fuese.
—Esto merece una explicación, supongo.
Y, de haberlo sabido, quien pronunció esa frase, no era la persona que yo habría querido. No, definitivamente no. 

domingo, 1 de abril de 2012

Capítulo 56 #

(NARRA ANA)
—¿Pero estás seguro de que podíamos irnos sin más?—pregunté de nuevo, mientras Niall terminaba de montar  la tienda de campaña en el frío suelo de aquel prado, pronto inundado por la luz de la luna.
—Sí, le pregunté a Liam—me repitió de nuevo.
—Es que esto es una locura—miré hacia los lados. Observé de nuevo la pradera, por la que había estado paseando con Niall durante todo el día.
—Pero de todas formas, para la boda faltan cuatro días, así que no pasa nada, está todo preparado—me cogió de la cintura y me proporcionó un cálido beso.—Más que preparado.
—Y si Lucía...—no me dio tiempo a decir más. Me puso el dedo índice sobre mis labios y me calló, de nuevo, besándome.
Al cabo de un rato comenzó a hacer un poco de frío, por lo que ambos nos metimos dentro de la tienda de campaña, aunque, habría preferido quedarme fuera con él, observando las estrellas. Pero el frío se había calado bien en mis huesos, y comencé a temblar ligeramente. Intenté ocultarlo, pero Niall se dio cuenta, y me obligó a meterme en el saco de dormir.
—No hace falta—repetí.
—Que sí hace falta, tienes frío, no me lo niegues.—bueno, razón no le faltaba. Para colmo, me añadió encima del saco su chaqueta, quedando él con una fina camiseta de manga larga, en la que estaba claro, que el frío entraba aún peor.
—Métete—sugerí.
—¿Dónde?—contestó algo confuso.
—Aquí, conmigo—dije abriendo el saco.
—Tengo el mío.
—Ya...—susurré—...pero yo quiero que estés en este...—vacilé unos segundos—...conmigo.
La verdad es que no tuve que decírselo dos veces, incluso pensé seriamente si él se lo replanteó algunos segundos, porque en menos de lo que se dice "pico", lo tenía a mi lado, dentro de aquel pequeño compartimento que resguardaba del frío. Noté su temperatura corporal que, hacía que la mía subiese, calentando manos y pies. Al cabo de un rato, sacó su brazo izquierdo del saco, colocándolo detrás de su nuca, mientras que su brazo derecho estaba rodeándome por detrás.
—¿Recuerdas la escena de la cueva de Katniss y Peeta?—preguntó de repente Niall, tras una media hora de silencio, y de cánticos provenientes de las hojas de los árboles que nos rodeaban.
—Sí—respondo, pensando de nuevo en aquella escena que tanto me enamoraba cuando la leía—¿por qué?.
—Esto se parece un poco—rió.
—¿En serio?—le miré. Estaba de perfil, mirando hacia arriba con una gran sonrisa, y al preguntar noté como su mano derecha me empujaba y me decía que me pegara más a él; como si eso fuese posible.
—¡Sí!—contestó alegremente.—Tú eres Katniss, y yo soy Peeta.
—Sabes que no soy Katniss.
—Cierto...—admitió.—Eres mi Katniss, mi chica en llamas—remarcó bien ese "mi". Como si hubiese alguien detrás de la tienda de campaña, detrás de aquella tela hecha de plástico, escuchándonos, y él quisiera que supiese que yo era suya.
—¿Y quién es Gale?—me atreví a preguntar.
—Digamos que...—balbuceó un poco.—Harry.
—¿Harry?—dije sorprendida.—Entonces sí que no se parece esto nada a la escena de la cueva.
—¿Por qué no?—preguntó, dirigiendo hacia mí por fin esos ojos azules que me hipnotizaban—Yo estoy enamorado de ti—me ruboricé instantáneamente al oírle.—Harry de ti—un pequeño pinchazo se hizo notar en mi pecho.—Y tú...—paró de hablar.
—¿Y yo?—pregunté curiosa.
—Dímelo tú.
—¿De quién crees que estoy enamorada, Niall?—me incorporé en aquel saco, mirándole.
—Quiero creer que de mí. Pero has estado mucho tiempo con Harry y...—miró al suelo.
—¿Y?
—Y nunca se sabe.
—¿Dudas de lo que siento por ti?
—¡Jamás!—dijo serio.—Dudo de lo que sientes por Harry—y antes de que pudiera decir nada, siguió hablando.—Quiero que me comprendas. Has estado casi un año y dos meses con él, ¿pretendías que me creyera que lo has olvidado todo en unas semanas?
—¿Y si yo estoy enamorada de ti desde hace ... más de unas semanas?—noté como la sangre subía rápidamente hacia mis mejillas, acelerando mis latidos.
—¿Lo estabas?
—Bueno...—observaba mis manos mientras pensaba qué decir.—Pues no sé, la verdad.
—¿Que no lo sabes?—su tono de voz no era de sorpresa, si no de incredulidad.
—A ver, yo...—suspiré.—Luché siempre contra mis sentimientos. Estaba con Harry. No podía traicionarle, ni a él, ni a mí misma.
—Pero...—me cogió de la barbilla, haciendo que le mirara.—Me amas. ¿Real o no?
—Real—sonreí.
Se acercó con su sonrisa hacia mí, juntando su frente con la mía, juntando su nariz con la mía, encajando como por arte de magia nuestros labios. Era una sensación extraña, con nadie había sentido lo que con Niall sentía. Ni siquiera con Harry. Eso también influía mucho en el por qué había dejado a Harry. Por una parte, estaba el que las cosas ya no eran tan bonitas como al principio. Es decir, Harry dedicaba una gran parte del tiempo en los conciertos, en su trabajo. Más del tiempo que dedicaba cuando comenzamos a salir. No se lo reprocho; vive de eso. Pero también tiene que estar conmigo, ¿no? Que para eso era su novia. Después, estaban él y su afán de conocer a todas las chicas habidas y por haber en el mundo. Cosa que me sacaba de quicio. Me ponía celosa que mi novio le dedicara besos, abrazos y frasecitas en el oído a desconocidas. Luego estaba Niall. Harry y sus estúpidos celos hacia Niall cuando, por ejemplo, lo saludaba a quince metros de distancia con la mano. Al principio, las peleas con Harry sobre Niall duraban alrededor de unos diez minutos, aproximadamente. Pero con el tiempo fue cambiando, y podíamos estar toda una noche discutiendo. Y eso era otra. No había día, en el que no discutiéramos. Eso me molestaba muchísimo, y me arruinaba los días por completo. Hasta que llegaba Niall y ponía color donde había oscuridad. Llegó a ser mi único modo de ser feliz. Si discutía con Harry, lo primero que hacía cuando no aguantaba más, era llamarle. Oír su voz. Y si la cosa se ponía fea (el 90% de las veces era así) o simplemente quería verle, nos veíamos en un parque cercano, y charlábamos. Muchas de las veces, Maribel y Lucía intentaban animarme, poniendo a Harry como a un arco iris. Pero no tenía resultado positivo alguno. Pero evidentemente, eso no hacía que me separara de ellas, ni mucho menos. Al contrario, en estos tiempos estábamos más unidas que nunca. De echo, en ese mismo instante estaban encubriendo mi "escapada romántica" con Niall. Al cabo de un rato bastante, bastante largo, me di cuenta de que Niall, mientras yo estaba ensimismada con mis cosas, estaba hablando. Había estado hablando durante todo ese tiempo, y yo, no le había hecho ni caso.
—¿Me oyes, chica en llamas?—rió.—Vuelve de Panem para escucharme, por lo menos.
—¡Te he escuchado!—me apresuré a mentir.
—¿Qué ha sido lo último que he dicho?
«Mierda—pensé.—Me ha calado de lleno.» Siendo sincera, no esperaba que preguntase. Ahora tenía que volver a pensar rápido, decir algo. No es que me regañara ni nada por el estilo. Sabía perfectamente que él, era consciente de que yo no le había estado escuchando. 
—Que me quieres—sonrió.—Eso es lo último que has dicho.
—Error—contestó, poniendo morros.—Lo último que he dicho, es que te amaba.
—¿Me amas?—pregunté sonriente.
—Error—repitió. Mi cara debió de ser épica, porque se apresuró a añadir:—Lo que siento va mucho más allá del "amar".
De nuevo me besó, dejando claro que ese "más allá del amar" era totalmente cierto, y no una invención salida de la nada. Aún recuerdo la primera canción que escuché tocar a Niall con la guitarra. "I wish". Desde entonces, esa canción cobró un particular significado para mí. No era el que todos captaban. Para mí significaba más. Y puede ser, que desde ese entonces yo hubiera estado luchando contra mis sentimientos por él, sólo porque la preciosa y atractiva sonrisa de Harry siempre estaba delante de Niall, cuando yo dirigía mi vista hacia él. Quizás yo siempre había estado enamorada de Niall, pero una pequeña parte de mí, lo estaba de Harry, y siempre confié más en esa parte que en la de Niall. O quizás no. Eran demasiados quizás. Eran demasiados pensamientos los que tenía en ese momento. Apenas estaba disfrutando del momento con Niall. Era hora de dejar en blanco mi mente.
—Peeta—susurré.
—Dime Katniss—susurró con una sonrisa.
—Te dejo que me llames así, si me prometes que me vas a preparar pan casero—reí.
—Por ti me hago panadero—rió.
—¡Genial!—exclamé.—Mi sueño es casarme con un panadero.
—¿Eso es una indirecta?—vi como arqueó sus cejas ligeramente.
—Puede que sí o puede que no—reí. Me miró algo serio, y cogió una bolsa que teníamos apartada. Se puso a trastear su interior. Un minuto después estaba de vuelta, con algo en la mano.—¿Qué llevas?
—Katniss Everdeen, alias mi chica en llamas—reí.—¿Quieres casarte conmigo?—abrió su mano y vi un pequeño aro de cebolla, sacado de la bolsa de chucherías que teníamos. Me entró una pequeña risa tonta, que parecía que iba a durar bastante tiempo, pero me dio tiempo a contestar:
—Claro que quiero, Peeta Mellark, alias mi chico del pan—sonreí.
Me colocó suavemente el aro de cebolla como si fuera un anillo de verdad, y me besó. Mi risa no cesó, al contrario, inconscientemente se la contagié a Niall, y ambos acabamos riendo como niños pequeños, aunque en nuestro caso, Niall aprovechaba siempre que podía para robarme algún que otro beso, o incluso, alimentaba más mi risa, haciéndome cosquillas. Después de un largo rato, miré el reloj por curiosidad, y para mi sorpresa, eran las cinco y media de la mañana.
—Niall—dije intentando que parara de hacerme cosquillas—¡Niall!—grité riendo.
—¿Qué?
—¿Entonces soy la señora Mellark, o la señora Horan?—reí.
—Pues...—se acariciaba la barbilla, en señal de que estaba concentrándose para pensar una respuesta—creo que...señora de Hollark.
—¿Hollark?—repetí. Asintió con la cabeza y comencé a reírme más escandalosamente que antes, contagiando de nuevo mi risa a Niall.
—¿No te gusta?—dijo finalmente, después de varios intensos minutos de risa constante. Parecíamos borrachos.
—Me encanta, pero al principio sonó extraño—dije. La verdad es que el sueño nos estaba afectando a ambos. Aunque bueno, era mejor estar riéndonos por todo, que estar dando cabezazos de cansancio a todo momento.
—¿Qué hora es?—preguntó Niall tumbándose en el suelo, estirándose.
—Las cinco y media.
—¡Genial!—exclamó.—Podremos ver el amanecer.
—Podríamos...—aproveché que me había escapado de sus garras, para hacerle cosquillas yo a él.—Pues sí que resulta divertido esto, sí—dije pícara.
Para mi sorpresa, mi momento "haz reír a Niall" se alargó más de lo que esperaba. Tanto que el sol ya estaba alzado y se podía ver entre las nubes. Había sacado la cabeza de la tienda mientras observaba el sol, pero finalmente saqué todo el cuerpo, para estirarlo. No había dormido absolutamente nada. Y no era bueno no dormir en la víspera de la boda de tu mejor amiga. Pero igualmente, valió la pena por Niall. Cuando me quise dar cuenta, habrían pasado unos diez minutos desde que yo había salido a tomar el aire, y Niall seguía dentro. Hacía pocos minutos que había dejado de reírse. Desde luego, cuando a Niall le entra la risa tonta, no hay quien lo pare. Decidí entrar de nuevo, por si se estaba empezando a pensar que había huido o algo por el estilo, incluso más paranoico.
—¿Vienes a rematarme, preciosa?
Una simple frase, que encerraban demasiados sentimientos, me arrancó una sonrisa mientras me abalanzaba sobre él, dándole todos aquellos besos que anhelaba tanto darle.

viernes, 30 de marzo de 2012

Capítulo 55 #

(NARRA ANA)
—¿Dónde estabas?—pregunté. Hacía varias horas que estaba buscando a Niall por todos lados, y de repente había aparecido, a saber de dónde.
—Estaba tocando aquí—dijo parando de rasgar sus uñas contra las cuerdas de la guitarra y comenzando a observarme. 
—¿Qué estás tocando?—pregunté sentándome a su lado, buscando con la mirada algún rastro de alguna partitura o notas en algún papel suelto.
—No la tengo escrita—dijo al descubrir mis intenciones—la "melodía" por así llamarla, la tengo en mi cabeza.
—¿Y tiene letra?—dije posando mi mirada en la suya, distraída mirando las cuerdas del instrumento.
—No, me gustaría que...—se aclaró la garganta—...que me ayudaras con eso.
—¿Yo?—pregunté sorprendida. Estaba claro que mis conocimientos en música eran más bien escasos, la que más sabía era Maribel, que hacía algunos años asistió a clases de piano, pero yo sólo sabía lo básico que aprendes en el colegio e instituto.
—Sí, tú—sonrió.—Es más, ¿te parece bien que escribamos la letra ahora?
—Claro...—dije esbozando una sonrisa.—¿Pero eso no tarda en hacerse unos días?
—No, si tienes la inspiración suficiente.
—¿La tienes tú?—pregunté algo perdida aún, en el tema.
—Sí.
—¿Es por el lugar?—dije observando un poco el paisaje que se veía por la ventana, aunque ya era casi de noche, así que Niall encendió la lámpara que había en la habitación, si no realmente no se vería nada ya.
—No, es por la compañía—contestó casi en un susurro. Me ruboricé e intenté no darle demasiada importancia a aquel comentario, que en el fondo, me había gustado.—Bueno, yo toco la melodía, y cualquier cosa que se te ocurra como letra, la vas cantando, ¿de acuerdo? Bueno—dijo de repente—hagamos un juego. Si hacemos una letra con sentido ahora mismo, sin pensarla, te llevo a ti, a Lucía y a Maribel a la Premiere de 'Los Juegos del Hambre'. Creo que me han dicho que Jennifer, Josh y Liam se pasaban por allí...
—¿Estás de broma?—dije abriendo bien los ojos.
—Va en serio, créeme.
—¿Y si no lo conseguimos?
—Mmm...
—Venga, piensa—dije sonriendo.
—Pues no os llevo.
—Suficiente, empieza—dije sonriendo.
No se lo tuve que decir dos veces, y él comenzó a tocar la melodía. Era una melodía preciosa, para qué os voy a mentir. Pegadiza. Pero, ¿inventarme una letra de la nada? Eso era imposible, impensable, mejor dicho. Pero quizás Niall no estaba tan loco como creía, porque una letra, comenzó a aparecer en mi cabeza, y casi inconscientemente, comencé a cantar al ritmo de aquella melodía. 
Quiero perderme contigo, en tus sábanas frías—canté—. Olvidando el mundo, sin que nadie sepa que estamos aquí—Niall seguía tocando aquella melodía, mientras él tomaba las riendas de la canción ahora, como era característico en nosotros.
Quiero enterrar el pasado y creer que eres mía, y que en tus sueños perdida, te acerques y quieras vivir junto a mí—cantó. Una parte de mí estaba casi segura de que esa canción, tenía mensajes subliminales que cualquiera no habría captado. Sólo nosotros los estábamos entendiendo.
Por eso te digo bajito, que doy lo que sea por un minuto contigo. Por eso te canto al oído mi secreto cautivo, sin miedo a decirlo...—balbuceé un momento. Sabía qué quería decir, el problema es que no me atrevía. Pero Niall me leyó la mente, y lo dijo por mí.
...yo te quiero—sonrió.Y no puedo vivir sin sentir en mi cuello tu aliento, no soy uno más en tu lista de amores perdidos, preso de tus largos besos—hubo un pequeño silencio, que indicaba que era mi turno de entonar la letra inventada.
Eterna paciencia que tienes conmigo. Yo sé que puedo sentir en el aire ese algo que digas, que embruja mi cuerpo, cuando te alejas me tiemblan las manos, por miedo a que veas que muero por ti—Niall seguía tocando aquella melodía, aunque yo me estaba ruborizando, era evidente lo que ambos estábamos haciendoHas volcado mi universo y con un sólo beso has parado mi tiempo, canta por dentro, un corazón que late muy lento, cuando estoy sin ti. 
Creo que empiezo a notarlo, acaricias mis labios, calmas mi ser...—vi como hacía ademán de ir terminando la melodía, cuando yo me atreví a decir:
Apaga la luz, que te bese otra vez—y así obedeció. Con la misma facilidad con la que encendió la lámpara, la apagó, y en medio de una oscuridad imponente, dos labios que formaban parte de un puzzle se encontraron, y encajaron a la perfección. 
«¿Queda claro no, Niall?—piensoLo que siento, no lo puedo esconder».
(NARRA LOUIS)
—Amor—susurré, en busca de que Maribel aún siguiera despierta.
—Dime—dijo con la voz algo ronca, estirándose lentamente sobre las sábanas, y girándose hacia mí.
—¿Aún...quieres ir conmigo a la boda de Lucía?—pregunté. Vi como se incorporaba en la cama y encendía la luz.
—¿Y eso a qué viene?—dijo mirándome, seria.
—Bueno, como Zayn es el padrino...—dije intentando ocultar que eso mismo, me lo había propuesto Liam a mí primero.
—¿Y qué? Eso no me tiene por qué influir.
—Ya, pero pensé que...—me interrumpió.
—No seas idiota, no pienses tanto.
Por su tono de voz, me jugaría el cuello a que estaba enfadada. Pero, ¿por qué? ¿Por hablar sobre Zayn? No lo entendía, al fin y al cabo ellos habían estado juntos. Quizás no debería, pero tenía que preguntar.
—¿Te incomoda la idea de ir a la boda de tu mejor amiga conmigo, y que Zayn te mire de mala manera? ¿Es eso?—pregunté incorporándome yo también en la cama, mirándola.
—No es eso—contestó fríamente.
—¿Entonces?—inconscientemente, estaba indagando sobre una yaga que a Maribel, le dolía bastante.
—No quiero hablar del tema—contestó.
—Pues es el mejor momento. Estamos a una semana de la boda, y ni siquiera sé si vas conmigo porque tú quieres o porque yo quiero.
—Voy contigo porque quiero.
—Ya....—susurré.—¿Entonces por qué te incomoda tanto hablar sobre Zayn?
—No me incomoda—dirigió su vista hacia mí—es que no quiero hablar sobre mi ex-novio contigo.
—Aunque sea tu ex-novio—dije mirándola también—es mi amigo.
—Ya—contestó fríamente.
—No debería incomodarte, deberías acostumbrarte, mejor dicho—dije algo serio.
—¿Crees que no lo intento? ¡Claro que lo intento!—sin duda se estaba enfadando.—Intento que las cosas entre los dos vayan bien, pero no lo consigo. 
—Inténtalo un poco más...quiero que os llevéis bien, yo y él ya arreglamos las cosas...—le di un pequeño beso en el hombro.
—Lo intento, ya te lo he dicho—contestó secamente.
¿Vuelas conmigo?
—¿Qué?—contestó.
Peter Pan y Wendy, regresaron bien.
—Déjalo ya Louis...—dijo intentando meterse entre las sábanas.
—¿Estás enfadada?—pregunté pasando mi brazo por detrás de su nuca.
—No, no estoy enfadada—dijo intentando soltar alguna que otra sonrisa.
—En serio,¿lo estás?—insistí.
—Que no.
—¿Segura?
—Sí, cansino—contestó dejando una pequeña sonrisa.
—Pero vamos a ver, ¿estás segura? Porque realmente parece que estás enfadada.
—Si sigues insistiendo te pego con la almohada en la cabeza.
—Seguiré insistiendo hasta que no me digas que no estás cabreada—me miró—y—dije marcando bien esa letra—me lo crea.
—Eres un cabezota.
—Ya me conoces.
—Pues sí—rió.
—Bueno. ¿Estás completamen...—me interrumpió, creo que sólo por no oírme más preguntar, con un tierno beso en los labios.
Me agarró de la cara, y pasé mi brazo izquierdo por su cintura, acercándola más a mí. Eso era lo que necesitaba. Que me demostrara que realmente me quería a mí. Aunque estaba seguro de que eso no era así, que era una ilusión que yo tenía en la cabeza, para no darme cuenta de que ella en realidad estaba enamorada de Zayn, para que eso me hiciera decir o hacer cosas que no debía. Creo que dejé claro lo que quería, cuando metí mi mano por su camiseta, con intenciones de quitársela. Se separó de mí y dudó por unos minutos, pero vi como sus labios articulaban en un susurro:
—No seas cabrón como la última vez—sonrió—y usa protección. 
—No seas miedica—dije imitando su tono de voz—y relaja la pelvis.
Ambos reímos tontamente y noté como ella se había ruborizado, aunque era un detalle de ella que me encantaba. Ya os podéis imaginar cómo pasamos la noche así que...que otro os cuente lo que pasó por la mañana.
(NARRA LUCÍA)
—Entonces, ¿vais a venir los 20?—pregunté.
—Que sí—contestó mi madre.
—¿Queréis que os compre los billetes o algo?
—Por quinta vez, que no—contestó mi madre de nuevo, dejando escapar alguna risa.
—Está bien....—susurré—Bueno, os veo en cuatro días—sonreí.
—Hasta entonces, futura señora Payne.
Era algo que me encantaba, que mi madre me dijera "señora Payne".Sonaba tan bien de la boca de mi madre, como de la de Liam. Y era curioso; porque mi madre lo decía de forma más emotiva, y Liam lo decía para enfadarme a veces, porque yo seguía con mi vieja idea de querer conservar mi apellido, pero finalmente accedí a cambiarlo por el suyo. Pero le costó trabajo conseguir que cambiara de opinión. No fue fácil, eh. Miré por si alguien se había dignado a levantarse en aquella casa, y fue cuando recordé que estaba sola con Liam allí. Ahora todos vivíamos en casas distintas, debido a...a nosotras. Por un lado, Ana-Harry-Niall. Por otro, Zayn-Maribel-Louis. Y por otro...Liam-Zayn-Yo. Así que al venir a París, acordamos una casa para cada uno. Yo estaba con Liam, Ana con Harry (aunque hacía dos días que se fue con Niall, tras una disputa bastante fuerte con Harry, que hizo que ambos rompieran) y Louis con Maribel. Zayn por un lado, y ahora Harry, por otro lado. Pero realmente aquello no me importaba mucho. Estaba más pendiente de preparar  hasta el último detalle de mi boda. Mi boda...con Liam Payne. ¿Quién se imaginaba eso? Casada con el que un día fue mi ídolo. Me sentía con demasiada suerte para la que siempre había tenido. Pero no me quejaba, al contrario, me alegraba tener a mi lado a alguien como Liam. Noté unos labios descendiendo de mi nuca hacia mis hombros, y unas manos que me rodeaban la cintura, mientras los labios se posaron en mi oído susurrando.
—Buenos días, princesa.