Gracias a ti, persona que está leyendo esto, tengo las ganas y la inspiración para hacer de mis sueños palabras, GRACIAS :)

domingo, 29 de enero de 2012

Capítulo 25 #

Amanecí entre los brazos de Zayn, sintiendo su respiración en mi cuello. Miré el móvil que estaba encima de la mesita de noche y vi que eran aún las 5:06 am. Pero ya no había vuelta atrás, no podía dormir más. Tengo esa jodida costumbre de que si me despierto, ya no me puedo volver a dormir. ¿Y ahora qué hago yo a estas horas? Y Zayn dormido. No iba a despertarlo porque me aburriese. Miré el móvil. ¡Pero mira que soy idiota!, pensé. Tengo el móvil, voy a ver el Twitter, que hace mucho tiempo que no me meto. Vi que mis seguidores habían aumentado por cuatro, ya casi rozaba los 70.000. Me quedé muerta al ver a tantas Directioners siguiéndome sólo por salir con Zayn. Muchas me mencionaron para que las siguiese, y ahora entendía un poquito el agobio que deben sentir los famosos en Twitter. Vi una mención de Eider, y no dudé en seguirla. Vi sus seguidores, y reconocí a Haizea, Mary, Andrea, Norma... Vamos, que las seguí a todas. Tenía muchos DM de algunas chicas a las que ya estaba siguiendo preguntándome dónde estaba Zayn, qué estaba haciendo, que si vivía con los chicos... Pero vi uno de alguien que no esperaba. Era de Christinna. ¿Os acordáis de Christinna verdad? Sí, la ex-novia de Niall.
Hola...¿cómo estás? Hay rumores de que tú y Zayn lo habéis dejado...aunque eso no me importa mucho, si te soy sincera...¿cómo está Niall? Tía estoy muy arrepentida de haberle dejado...llevo mucho tiempo mal, ¿crees que querrá volver conmigo? ¿crees que tengo alguna oportunidad?
Puse mala cara cuando leí el mensaje. ¿Qué quería que le dijese? Me echó de su casa, engañó a Niall, y ahora quiere saber si yo, YO, creo que tiene alguna oportunidad. Esta chica no está bien de la cabeza, me dije a mí misma. No sabía si contestarle, e incluso pensé en pasar de hacerlo, pero me sentía mal, se había molestado en saber el estado de salud de Niall, así que no iba a dejarla sin ninguna información respecto a eso...
Hola. Los rumores son eso, rumores. No voy a desmentirte nada, ni a afirmarte nada. No te importa, como tú bien has dicho. Niall está bien, mucho mejor desde que está sin ti. No tienes ninguna oportunidad de volver con él. Adiós Christinna.
Fui muy fría, creo que 'me estaba vengando' por Niall. Lo borré como cuatro veces, pero siempre lo escribía de nuevo, así estaba bien. No merecía más. Lo envié y dejé el móvil de nuevo en la mesita. Hoy era día 19, en pocos días estaríamos de vuelta para España. Me di la vuelta lentamente y me puse a mirar el techo. Hacía tiempo que no sabía nada de mi padre, ni de mi madre, ni si quiera me llamaron por mi cumpleaños. Estaba algo triste por eso, pero decidí no preocuparme mucho más por ello. Por el tiempo que había pasado mirando el Twitter, aproximadamente, supuse que serían casi las 6 am. Y Zayn seguía durmiendo. Le gustaba dormir, me lo estaba demostrando. Reí viendo como dormía. Parecía un niño pequeño, era más mono. Me daban ganas de comerlo a besos, pero no podía, me daba corte despertarlo así como así. Noté que tocaban suavemente la puerta de la habitación y susurré que abrieran. Vi que asomaban la cabeza Ana y Lucía, y parecía que tenían ganas de que les contara cosas. Sonreí al verlas, y al ver todos los aspavientos que hacían para que saliera, así que lentamente fui saliendo de la cama, pero Zayn lo notó.
- A donde vas... - dijo con los ojos cerrados aún.
- A hablar con Ana y Lucía - susurré sonriendo.
- No tardes...
Salí de la habitación corriendo y al verlas de nuevo les di un abrazo. Las tres comenzamos a gritar silenciosamente y decidimos bajar al piso de abajo, que hacía menos frío, y así podíamos hablar de todo tranquilamente. Nos sentamos en el sofá, compartiendo una manta, y comenzó la avalancha de preguntas.
- Vale, ¿qué pasó entre tú y Louis? - Preguntó Lucía.
- Sí, Niall nos ha contado algo, pero no mucho, todo, con detalles, AHORA. - repuso Ana.
Les conté todo lo que pasó, con pelos y señales. Desde que llegamos Louis y yo a la playa, hasta que volví por la noche con Niall. Al terminar el relato que duró aproximadamente unos diez minutos, ambas se miraron boquiabiertas sin saber bien que decir.
- ¿Me estás diciendo que te besaste con Louis? - dijo Lucía, con incredulidad en las palabras.
- Sí, pero en un juego.
- Pero os besasteis. - dijo Ana.
- Sí, en un juego. - repetí.
- ¿Le quieres? - preguntaron ambas a la vez.
- Como amigo, es mi mejor amigo, sí, no niego que sintiese algo cuando le besé, pero lo que siento con Zayn no lo siento con nadie, sé que es a él a quien amo.
- Creo que deberías haberte pensado mejor las cosas antes de volver con él. - añadió Ana.
- Le dije que no iba a volver con él...
- Pues dormir con él no es un buen comienzo. - resaltó Lucía.
- Lo sé...¿pensáis que cree que estamos juntos?
- Seguramente. - afirmó Ana.
- No me cabe la menor duda. - añadió Lucía.
- Pues vaya una gracia...
- Es que no piensas las cosas, Maribel, lo dejas todo al destino, y hay veces en las que las decisiones las tienes que tomar tú. - comentó Ana.
- Lo sé... pero ahora no puedo ir y decirle 'aunque hayamos dormido juntos y te haya besado, no estamos juntos, aún no sé si te quiero', no puedo decirle eso.
- Lo sabemos - contestó Lucía - pero tienes que admitir tu error, besándolo anoche y tienes que decirle sutilmente que no estáis juntos.
- Le va a doler. - afirmó Ana - Pero es lo que tienes que hacer.
- ¿Y cuando se lo digo? - pregunté indecisa.
Vi que Lucía miraba tras del sofá, hacia las escaleras. Le hizo un gesto con la cabeza a Ana, y ambas se levantaron del sofá. Después, Lucía añadió antes de irse.
- Creo que ya lo sabe.
Las dos salieron corriendo hacia la planta de arriba dándole los buenos días a alguien que estaba en las escaleras, al menos eso deduje. Y no tenía mucha duda sobre quién era. Oí unos pasos, y en pocos segundos Zayn estaba sentado a mi lado. De nuevo volvieron los momentos incómodos entre los dos, ninguno habló, ninguno nos atrevíamos.
- Así que no estamos juntos... - se atrevió a decir.
- Te dije que no, hasta que no lo pensara...
- Pero anoche creí que...
- Lo sé, es mi culpa, lo siento, no quería que...
- No, lo entiendo...
- Zayn es sólo hasta que lo piense.
- Eso puede alargarse mucho.
- No tiene por qué.
- Pues vuelve conmigo.
- Zayn no empieces...que es muy temprano eh.
- Vuelve conmigo.
- Zayn...
- Vuelve conmigo, princesa.
- Déjalo ya...
- Ni a la tercera va la vencida...
- Creo que esa era como la octava.
- Jajaja - rió irónicamente - quiero que vuelvas conmigo.
- Novena.
- Maribel, no estoy de broma.
- No, y yo tampoco, era la novena.
Reí cuando vi que se volvía a enfadar como un crío pequeño, y no pude evitar abrazarle. Es cierto que aún tenía la cabeza un poco desordenada, y mi corazón no sabía exactamente como se encontraba. Pero un abrazo no hace daño a nadie, ¿no? Aunque la promesa que me hice tuviese que romperla, Ana y Lucía llevaban razón. Hasta que yo no lo aclarara todo, no podía permitirme el lujo de hacer daño a Zayn.
- Vuelve conmigo... - me dijo dándome un pequeño beso en la frente.
- Que no...
- Que ya no te lo pido más eh. Vuelve conmigo. - dijo intentando mirarme serio.
- No.
- Jopé, vuelve conmigo.
- ¿No decías que no me lo ibas a pedir más?
- Me es imposible parar.
Sonreí cuando le oí, pero sin duda de nuevo ambos estábamos muy cerca. ¿Me iba a volver a besar? Espero que no, odiaba tener que romper la promesa. Se acercó de nuevo mucho a mí, demasiado, joder estábamos a milímetros el uno del otro.
- Vuelve conmigo... - susurró.
Se acercó lentamente a mí, un minúsculo movimiento y ya estaba sintiendo sus labios de nuevo. No, no podía hacerlo. Maribel, para, aléjate. Por favor, Maribel. ¡Joder Maribel te quieres alejar! Pero alguien oyó los gritos desesperados de mi cerebro.
- ¡Buenos días! - Gritó Harry bajando por las escaleras.
Obviamente, Zayn se separó de mí en menos que canta un gallo, se aclaró la garganta y se apresuró a contestar.
- Buenos días, Harry.
- ¡Buenos días Hazza! - Grité con una sonrisa.
- ¡Anda, si estás tú también! - Se acercó a nosotros sonriendo.
- ¿Dónde te has dejado a Ana? - pregunté.
- Está arriba, hablando con Louis.
- ¿Con Louis? - pregunté con cara extraña.
- Sí, bueno, ¿venís a desayunar? Vamos a ir a la cafetería de por aquí.
- Sí claro, ya vamos - contestó Zayn.
- ¡Venga, vestíos ya!
Salió corriendo hacia la cocina y poco a poco fueron bajando todos. Niall bajó el primero quejándose de que tenía hambre. Liam y Lucía le acompañaban por detrás. Pero Louis y Ana no aparecían. ¿Dónde estaban? Joder, que yo quería saber que habían hablado. Subí al piso de arriba con Zayn, con la excusa de que teníamos que cambiarnos. Él entró al baño a ducharse, y yo me quedé fuera, la noche anterior ya me había duchado, así que en ese momento no me apetecía. Me cambié y me puse unos pantalones blancos, con mis converse, y una camiseta de Bob Esponja marrón. Moví mi pelo para que los rizos se me viesen mejor y decidí ir a ver si me enteraban de qué hablaban Louis y Ana mientras Zayn terminaba en el baño. Puse la oreja en la habitación de Ana, pero no oí nada. Fui corriendo a la de Louis, y tampoco se escuchaba nada. ¿Dónde estaban metidos? Me estaba desesperando cuando vi una ventana pequeña que daba al jardín. Era imposible que estuviesen allí, y aún más imposible que les oyera a tanta altura, pero no perdía nada si arriesgaba. Abrí la ventana y allí estaban los dos en el jardín, justo debajo de la ventana. Joder que suerte iba a tener. Intenté poner la oreja tanto como pude, a ver si oía algo. Percibía palabras como 'la quieres' o 'somos amigos'. Joder, no distinguía una frase entera. Me puse a hacer aspavientos extraños y me pegué con el marco de la ventana en la cabeza. ¡Joder que daño! Decidí dejar mi misión de espía por hoy, y fui a ver si Zayn había terminado. Para mi suerte ya estaba vestido y preparado, así que cogí mis cosas y entré en el baño. ¿De qué estarían hablando Louis y Ana? En serio, me moría de curiosidad. Sólo esperaba que Ana me lo contase luego. Me lavé los dientes y me arreglé mejor el pelo, me maquillé un poco, no mucho. Miré mi móvil y eran ya las 8am. Joder que temprano desayunaban aquí todos, ¿no? Reí sacudiendo la cabeza y salí. Zayn ya no estaba en la habitación y yo pocos segundos después tampoco. Bajé al salón y vi que todos, menos Louis y Ana, estaban en los sofás, y que Lizzie y Niall se encontraban en medio de todos.
- ¡Vamos! Estábamos esperándote. - Gritó Niall con una sonrisa.
- ¿Dónde están los que faltan? - pregunté con mala cara.
- Aquí. - contestó Louis entrando por la puerta que daba al jardín con Ana detrás. Se acercó a los sofás y se sentó al lado de Zayn, increíblemente no me dijo nada, no me dirigió ni la vista. Ana por su parte me miró con una sonrisa y se sentó al lado de Harry.
- ¿Qué pasa? - preguntó Liam.
- Estamos juntos oficialmente. - dijo Niall con una sonrisa. Miró a Lizzie y la besó dulcemente.
Qué imagen más tierna. Era más dulce verles juntos, hacían una gran pareja. Entre aplausos y subidas de color por parte de Lizzie, todos le dimos la enhorabuena y los abrazamos, estábamos muy contentos de que Niall hubiese pasado página. Se lo merecía, era un chico increíble, y Lizzie era una chica increíble, así que eran la pareja perfecta. Zayn no me dirigió mucho la mirada en todo ese rato, y Louis tampoco. En realidad, era la primera vez que me sentía apartada desde que estaba en Londres. Mi sonrisa desapareció de la cara, y entre todo el jaleo oí la puerta. Como nadie parecía haberla oído, fui yo a abrir. Y me quedé muerta al ver quién era.
Era irónico que apareciese en este momento.

Capítulo 24 #

Fue una situación un tanto incómoda. Ambos estábamos muy desmejorados tanto física como mentalmente. Ambos lo estábamos pasando mal el uno por el otro. Le miré, sin saber que decir, pero él no me devolvió la mirada. Miraba al suelo, bloqueado, pensé que estaba pensando que decirme. Pasamos en silencio varios minutos, la situación se estaba poniendo algo incómoda. Y me cansé. No iba a quedarme toda la noche ahí, esperando a que él hablara. Con paso firme y seguro, comencé a andar en dirección a las escaleras, con intención de ir a dormir a la habitación de invitados. Pasé por su lado, y él seguía sin moverse. ¿Eso era todo lo que yo le importaba? Pues estaba claro, yo le importaba una mierda. Sacudí mi cabeza de un lado a otro, con decepción y seguí subiendo escalones. Pero me frenó. Me cogió del brazo, débilmente, pero me dio a entender qué quería.
- Por favor no te vayas... Espera... - Eso fue lo único que su cuerpo pudo pronunciar.
- ¿Qué quieres, Zayn? 
- Hablar.
- ¿De qué? Yo te propuse hablar y pasaste de mí, te largaste.
- Entiende que lo necesitaba.
- No puedo entender eso. Preferías irte y dejarme allí sola a hablar.
- Eso no es verdad.
- No me dejes por imbécil, Zayn.
Me descontrolé. Aparté la mirada justo cuando iba a mirarle a los ojos, pero al tirar de mi brazo para que me dejase ir, me agarró los dos y me abrazó por la cintura. De nuevo sentí unos escalofríos por mi cuerpo. Giré la cabeza hacia un lado, y mi oído quedó a la altura de sus labios. Le oía respirar, notaba su pulso acelerado y sus manos temblorosas. De nuevo me ganó por completo. 
- Zayn...
- Escúchame - susurró - nunca es demasiado tarde...
- Zayn por favor... - hizo ademán de no oír lo que decía -
- ...para decirte...
- Za... - de nuevo me interrumpió -
- ...que te quiero como nunca he querido a nadie en toda mi vida, y que siento haberme comportado como un cabrón, dejándote allí sola, yéndome sin dejarte dar explicaciones... - no sabía como reaccionar, yo sí que pensaba que él era un cabrón, me dejó allí sola y pareció no importarle, pero mi corazón se estaba ablandando, estaba creyendo cada palabra que el me susurraba - ...te necesito para vivir, como podrás observar... - mis manos se fueron posando encima de las de él, y mi rostro fue mostrando una pequeña sonrisa escuchando esas palabras que viajaban directas a mi corazón - ...necesito que estés a mi lado siempre, siempre, siempre... 
No pude soportarlo mucho más, la que sentía una cabrona ahora era yo. Le había estado tratando como una mierda al principio, cuando era evidente que él  lo había pasado tan mal como yo. ¿En qué persona me estaba convirtiendo? Me empezaba a dar asco a mí misma. Le amaba, eso estaba muy claro. ¡Por dios! Que llevo dos días sin comer nada sólo por que él se fue. Me está diciendo que me quiere, y no soy capaz de contestarle nada. ¡Por dios Maribel contesta de una puñetera vez! 
- Zayn... te fuiste y te importó una mierda dejarme allí sola...
- No, me fui porque creía que era lo mejor...
- ¿Lo mejor para quién? ¿Para ti? ¿Para mí? ¿Pensaste en lo que era lo mejor para los dos? - Me giré para mirarle a los ojos mientras decía todo lo que acababa de decir. Esa no era la contestación que yo esperaba darle.
- Ya te he dicho que lo siento...
- Eso no cura que me haya tirado dos días llorando.
- ¿Y yo qué? ¡Llevo dos días como una mierda!
- Tú eres el que se fue, tú no tienes por qué quejarte.
Y aunque esas palabras me dolían también a mí, igual o más que a él, tenía razón. Él fue el que propuso la genial idea de 'darnos un tiempo', él no tenía ni motivos ni razones para quejarse. 
- Así que no me quieres.
- No es que no te quiera, es que me has echo daño.
- Yo también me he echo daño a mí mismo, ¿por qué no quieres entender eso? 
- Lo entiendo perfectamente, a ver si te crees que soy idiota. 
- Hombre, muy lista no pareces. - Sonrió descaradamente. 
- Zayn no te cueles.
- Perdón... 
- Dime la verdadera razón por la que te fuiste.
- Porque pensé que querías a Louis.
- ¿Estás de broma? Espero que estés de broma.
- No estoy de broma, realmente lo pensaba.
- El que no parece muy listo ahora eres tú. - Ahora era yo la que sonreía.
- Vuelve conmigo... 
- No.
- ¿Por qué? 
- Porque ahora soy yo la que quiere pensar las cosas.
- Con Louis, seguramente.
- Con Louis, sí, has dado en el clavo.
- ¡Venga ya joder! - Puso mala cara.
- No te enfades. Pero tengo que meditarlo todo, Zayn...
- ¿Meditar qué? 
- El que me abandonaras a mi suerte.
- No seas exagerada.
- Lo aprendí de ti, así que no te quejes. - Volvió a mirarme con mala cara y yo me puse a reírme. Estaba harta de estar de pie y me senté en un escalón, y él se sentó a mi lado, cogiendo mis manos.
- Vuelve conmigo... 
- ...¿por qué no te olvido? Vuelve conmigo... - tarareé.
- ¿Qué es eso? Eso no está en inglés.
- Es una canción de un cantante español.
- ¿Quién?
- No lo conocerás.
- Tú dime quién es.
- Pablo Alborán. - Miró al frente unos minutos, serio.
- Vale no sé quién es.
- Te lo dije.
- Bla, bla, bla, listilla. ¿Por qué la has cantado?
- La canción se llama 'Vuelve conmigo'. 
- ¿Y eso que significa?
- Vuelve conmigo - le aclaré en inglés -
- Ah, vale, vale. 'Velv conmijo' - intentó decirlo en español.
- Jajajajajajajajajaja - una gran carcajada salió de mi cuerpo y él se cruzó de brazos, pareciendo estar enfadado. - No te enfades tontorrón, si es con cariño.
- Pues vaya un cariño más raro.
- Es mi modo de decir que te quiero.
- Osea, que me quieres.
Mierda, lo había dicho, ya no podía rectificarlo. Giré la cabeza apartando mi mirada de la suya, y me ruboricé.
- Eso no significa que vaya a volver contigo.
- Pero me quieres, eso es algo.
- Eso es mucho.
- Tú misma lo afirmas.
Joder, era verdad. Es que no aguantaba las ganas de decirle todo lo que le quería, era como un acto involuntario, mi cerebro no tomó el mando de mi cuerpo en esos momentos, lo tomó el corazón, y estaba haciendo lo que le daba la gana.
- Se me escapa.
- Ya, ya, ya.
- Claro que sí, campeón. - le solté en español.
- Quieres hacer el favor de hablar en tu idioma desconocido para mí.
- Es español, no es tan desconocido.
- Me sacas de quicio.
- Pero me quieres. - sonreí.
- Pero te quiero. - me miró y me cogió las mejillas suavemente - vuelve conmigo.
- No... - bajé la vista, no me atrevía a negar eso mirándole a los ojos.
- Te creeré si me lo dices mirándome a los ojos. Y dejaré que te pienses si quieres que volvamos o no el tiempo que quieras.
- ¿En serio?
- Te lo prometo. 
Era una oferta tentadora. Si Zayn dejaba de dar la tabarra diciendo que volviera con él, yo podía estar más tranquila pensando y poniendo en orden mis ideas. Lo intenté, ¿qué perdía? Clavé mi mirada en la suya.
- Vuelve conmigo. - repitió.
- N... - y me interrumpió como mi cerebro me estaba diciendo que iba hacerlo.
Me besó, me plantó un beso sin dejarme terminar una palabra compuesta por dos simples letras. Lo tenía todo planeado el idiota. Pero me encantó, sí, para que lo voy a negar. Quería apartarme, oh dios mi corazón quería que dejara de besarle. Pero mi cerebro me recordó una promesa que me hice a mí misma 'nunca más le volveré a negar un beso'. Y no tuve más remedio que hacerle entender a mi corazón que yo cumplía las promesas, más si eran de este tipo. Más si eran relacionadas con Zayn. Lentamente fui levantando mis brazos y pasándolos por detrás de su cuello, y como era característico de Zayn, al notarlo sonrió, pero sin dejar de besarme. Estuvimos así varios minutos, a veces paraba, me miraba, nos mirábamos, me sonreía y me volvía a besar. A veces simplemente me abrazaba y me daba pequeños mordiscos en el cuello que provocaban estremecimientos y escalofríos en mi cuerpo. La sangre subía a mis mejillas cuando notaba que pasaba sus manos por mi espalda, y subía por ella lentamente. Pero en un susurro acabamos uno de esos momentos que me encantaba pasar con él. 'Es muy tarde', dijo. Asentí con la cabeza, y de la mano, y vistiendo ambos una gran sonrisa, subimos escaleras arriba, entramos en su habitación y fuimos a dormir. 

sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo 23 #

Desperté al día siguiente empapada en lágrimas, acurrucada en el sofá, helada de frío. ¿Allí pasé la noche? Bah, no me importaba saberlo. Cogí la manta del suelo, desganada, pero tenía frío. Me la eché por encima sin importarme dejar mis pies fuera de esta. ¿Qué hora sería? Miré al pequeño reloj que había encima de la televisión y vi que eran las 12:02pm. Joder, sí que había dormido. Miré a la mesa y vi que las películas que trajo Zayn seguían allí. No lo pude evitar, y volví a llorar. Todo fue demasiado rápido. Porque si lo piensas dices 'joder, hace dos días estaba genial conmigo, y ahora...ahora NO está conmigo'. Y ese pensamiento inunda tu mente, y vuelves a recordarlo todo, y vuelves a llorar, echando lágrimas guardadas, que tú creías agotadas, pero no era así. Me quedé de nuevo quieta en el sofá, llorando, sin querer levantarme, sin querer tener vida.
De nuevo cayó la noche en el cielo, y de nuevo yo había estado sin moverme del sofá y sin comer durante todo el día. Miré de nuevo ese pequeño reloj plateado que había encima de la televisión, y observé que ya eran las 9:32 pm. Cerré los ojos con intención de dormir algo, aunque no podría, porque mis propias pesadillas me despertarían entre lágrimas, pero con cinco minutos de sueño me conformaba. Pero de repente oí la puerta. No abrí los ojos, no quería saber nada de nadie. Pero volvieron a llamar. Esta vez sí que, con desgana, miré la puerta desde el sofá, pero sin intenciones de moverme. Pararon de llamar y yo volví a mi estado anterior. Pero volvieron a llamar, esta vez con más intensidad, y básicamente estaba harta de oír la dichosa puerta, así que me levanté liada en la manta, lentamente, arrastrando los pies, parecía un zombie. Abrí la puerta con menos ganas que las que tenía de vivir, y unos abrazos me abrazaron tan fuerte que empezaron a hacerme daño incluso. Yo no quise seguir ese abrazo, es que no tenía ganas de nada. Con rostro serio aún, esperé a que la persona se separara de mí para distinguir quién era y qué hacía aquí a estas horas. Se separó lentamente, y aunque por dentro me sorprendí, mi rostro no decía lo mismo, no decía nada.
- ¡Maribel! Vine en cuanto me enteré... - Dijo Niall, cogiéndome por los brazos fuertemente, con cara de preocupación.
- Pues ya te has tenido que enterar tarde. - Dije, sin ganas, fría, distante, con un filo hilo de voz.
- Vine en cuanto pude.
- Ya lo sé, perdona Niall...
- No importa. ¿Puedo pasar?
Asentí con la cabeza y entré primero, con la misma lentitud con la que me anteriormente me había dirigido a la puerta, me senté en el sofá sin ganas, y me puse a mirar de nuevo a la nada, mientras Niall cerraba la puerta y venía a sentarse a mi lado. Ninguno habló durante unos minutos. Por mi parte yo no tenía ganas de nada, y menos de hablar y comentar lo que pasó, pero por parte de Niall, supuse que era un simple bloqueo, no sabía que decir.
- Vuelve.
- ¿A Londres? - Dije desganada.
- Sí.
- No.
- ¿Por qué?
- No quiero verle.
- Él es quien se marchó, tendría que ser al revés.
- Gracias por recordarlo Niall, creo que aún no lloré lo suficiente, si has acabado puedes irte.
- Perdona... Es que te echamos de menos. No es bueno que estés aquí sola, seguro que ni comes.
- Qué más da eso.
- Que si no comes mueres. Hasta un niño pequeño sabe eso.
- Me da igual.
- ¿Es por que él no está?
- Sí. Todo da igual ahora.
- No digas tonterías.
- Expreso mis sentimientos, nada más.
Volvió el silencio entre los dos. Ninguno sabíamos qué mas decirnos. Comencé a llorar de nuevo, aunque ya no me sorprendí, ni si quiera intenté frenar las lágrimas, me acabé acostumbrando a ello. Pero parecía que Niall no. Me abrazó corriendo, muy fuerte, y empezó a hablar intentando calmarme.
- Vuelve, con Ana y Lucía, te sentirás mejor con todos allí.
- Pero estará él.
- Pues pasa.
- No puedo.
- ¿Por qué?
- Por que le quiero Niall.
- Dile eso y vuelve a ser feliz.
- Se lo dije.
- ¿No te hizo caso?
- No se lo cree.
- No entiendo eso.
Me quedé callada. ¿Que no lo entendía? ¿Es que no sabe por qué lo dejamos? Era extraño. Al principio dijo que vino cuando se enteró de la ruptura. ¿Y no sabe los motivos? Me extraña.
- ¿No sabes por qué lo dejamos? - Me aparté de Niall y le miré a los ojos.
- No...
- Me besé con Louis.
- ¿Que qué? - Abrió los dos ojos como platos, parecía que le sorprendía.
- En un juego. - Aparté la mirada.
- Espero que sea una broma.
- No lo es.
- Entonces normal que Zayn se haya ido.
- Odia las mentiras.
- Odia que le hayas engañado.
Me quedé callada de nuevo al oír esa respuesta de Niall. Quizás llevara razón y Zayn no me odia a mí, si no que odia lo que hice. De una forma u otra, ese odio me hacía daño.
- Niall voy a volver a España...
- Sí, claro, con nosotros.
- No, antes que vosotros, mañana.
- ¡¿Mañana?! - Exclamó.
- Sí. Es eso, o me suicido, elige.
- Ven conmigo.
- ¿A dónde?
- A la ciudad.
- Y dale Niall... - me interrumpió.
- En serio vuelve, estás unos días con Ana y Lucía, te tranquilizas, te lo piensas todo mejor, vamos al parque de atracciones el 20, que es dentro de dos días, y luego te puedes ir a donde quieras.
- No me dejaréis irme.
- Claro que no, pero podemos hacerte creer que sí e ir detrás tuya.
Reí. Por primera vez en dos días reí, vagamente, pero reí. Quizás podía haber sido una risa más estridente, más linda, o más graciosa, pero era una risa sincera. Me había echo sentir querida por un momento.
- Claramente no puedo influir en tus decisiones con esto pero... - Paró en seco, me miró, encarnó una ceja, volví a sonreír mirándole - Louis está desesperado por verte. Y más desde que se ha enterado de lo de Zayn y tú. Y Lucía y Ana, ya no te quiero ni contar...
- Jajajajaja, me las imagino...
- Me alegro de haberte echo reír.
- Me alegro de que estés aquí.
Ambos sonreímos. ¿Qué perdía yendo a Londres? Ya lo había perdido todo. Además si que echaba de menos a mis chicas, y a Louis, joder, necesitaba ver a Louis, necesitaba uno de sus abrazos.
- Volveré...
- ¿A Londres? ¿En serio?
- Sí...
- ¿Cuándo?
- Contigo.
- Entonces eso es ahora mismo.
- Pues ahora mismo será.
Me dirigió una sonrisa sincera, de agradecimiento, de despreocupación. Intenté devolvérsela con dificultad, y con algunos aspavientos, me levanté del sillón y me dirigí a la habitación de arriba para coger mis cosas. Él me acompañó silenciosamente por detrás. Recogimos mis cosas, los regalos, todo. Niall se ofreció a bajarme las maletas y yo fui al baño. A mirar ese espejo de nuevo. No quería irme sin verlo por última vez. Sonreí, sonreí al ver la frase de nuevo. Pero a la vez mis ojos también me jugaban una broma de mal gusto, y se inundaron de nuevo de lágrimas. Decidí no pensar más en todo esto, y bajé a la planta de abajo, despidiéndome de todos los recuerdos que podía haber tenido allí estos días. Cuando bajé ya había un taxi esperándonos a mí y a Niall. Cerré la puerta con la llave, dejando miles de emociones y lágrimas dentro. Le comenté a Niall que tenía que llevar las llaves al casero, se ofreció a acompañarme. Se las devolvimos a Charles entre falsas sonrisas, y nos metimos en el taxi. No me atrevía a mirar atrás, no me atrevía a volver a sentir todo el dolor de nuevo en mi piel. Dejé que el momento fluyera mientras viajábamos hacia Londres. Apoyé mi cabeza sobre el hombro de Niall, éste pasó su brazo por detrás de mi espalda, abrazándome por los hombros, y dejé que mis párpados se cerraran lentamente, sin encerrar a ninguna lágrima. Las horas pasaron rápido, y yo las pasé durmiendo. Niall me despertó suavemente al llegar a Londres, y de nuevo me bajó él las maletas. Me froté los ojos al salir del taxi, y me imagine que Zayn estaría en casa, ya que vi la luz de su habitación encendida. Entré lentamente y algo obligada con Niall detrás en la casa, y todos vinieron a darme la bienvenida.
- ¡Mi amor! - Ana gritó mientras venía entre lágrimas y sonrisas a verme, y me abrazó.
- ¡Maribel, por fin! - Lucía repitió la misma acción que Ana y nos dimos un pequeño abrazo de grupo.
- Eh enana, ¿mejor? - Harry me dirigió una sonrisa y me dio un pequeño abrazo.
- ¡Te echábamos de menos! - Añadió Liam mientras me abrazaba también.
- ¡Louis! - Gritó Harry - ¡Mira quién ha vuelto! - Y me dedicó una sonrisa.
No tardé mucho en divisar a Louis de lejos. Había salido corriendo de donde estuviese. No podía más. Salí corriendo hacia él, y pocos metros fueron para mí. Me cogió en volandas mientras me abrazaba.
- Louis...Louis...
- Que te echaba de menos mi pequeña. - Me abrazaba aún más fuerte.
- Y yo a ti, joder y yo a ti. No sabes como te he necesitado estos días.
- No eras la única que me necesitaba.
Me separé de él dejando que él apoyara de nuevo mis pies en el suelo, y vi que dirigía la mirada a un punto que estaba tras de mí. Todos se quedaron callados y el silencio se apoderó de aquel momento. Me separé de Louis, indecisa y miré hacia donde miraban todos. Y lo vi. Vi a Zayn, más desmejorado que la última vez que pude verle. Estaba en pijama, y tenía los ojos hinchados. ¿Estaba así por lo que ocurrió? Pero si fue el quien se marchó... No sabéis el dolor que tenía en ese momento cuando le vi así, así de mal, así de jodido.
- Bueno, creo que Harry y yo ya nos vamos a dormir. - Dijo Ana tirando del brazo de Harry hacia las escaleras.
- Si, nosotros también nos vamos a dormir, es muy tarde. - Añadió Liam mientras abrazaba a Lucía.
- Yo me voy a dormir, una pizza me espera en mi habitación. - Niall sonrió y fue el primero que subió por las escaleras.
Le dio unas pequeñas palmadas a Zayn en la espalda y este intentó sonreír, pero no lo consiguió. Todos fueron subiendo hacia la planta de arriba, aunque Ana y Lucía desde luego, no querían.
- Suerte pequeña zanahoria. - Me dijo Louis en un susurro. Y él también se fue por las escaleras.
Y de nuevo, por suerte o por desgracia, me quedé a solas con Zayn.

Capítulo 22 #

La noche era preciosa en la costa. La luna reflejada en el mar, la brisa marina, las estrellas. Bastante perfecto todo. Aún lo era más si Zayn estaba a mi lado. Después de terminar de ver Titanic, eran las 11:47pm, en doce minutos casi se terminaría mi cumpleaños perfecto. Durante la tarde recibí llamadas de Louis, de Niall, de Ana y Lucía... Estuvo entretenida la tarde. Pero nadie me quitaba la gran sonrisa que Zayn me había provocado presentándose allí desde Bradford, sólo para estar conmigo. Los regalos, todo, todo era perfecto. Realmente el mejor cumpleaños de mi vida. Subimos a la habitación. Me senté en la cama y Zayn se quitó los pantalones de chándal y se colocó los del pijama. ¿Qué pasa? ¿Todos duermen así? Menos mal que Harry no les pegó la costumbre de dormir desnudos, que si no, yo no sé que haría. Zayn entró al baño, al parecer a lavarse los dientes, y después salió con una gran sonrisa. Yo por mi parte, entré al baño para ponerme el pijama. Al cerrar la puerta y mirar hacia el espejo, vi que la frase de Louis seguía intacta en el cristal. De nuevo sonreí al verla, pero no le di importancia a que Zayn la hubiese visto. Me cambié, me lavé los dientes, y salí de nuevo. Y allí estaba él, tumbado boca abajo en la cama, con los ojos cerrados. Seguramente estaría agotado. Sonreí y yo también me acosté. Me puse mirando a un lado de la cama, sin poder dormir, y sentí que él se pegaba a mí, sin  necesidad de que yo se lo pidiera, abrazándome.
Un cálido rayo de sol matutino, que clavaba directamente en mis ojos me hizo despertarme. Miré a mi lado y allí seguía Zayn, durmiendo como un tronco. Él sí que era dormilón. Sonreí y me levanté lentamente de la cama para no despertarlo. Me calcé las zapatillas y bajé al piso de abajo. Una pequeña corriente de aire hizo que me estremeciera, hoy refrescaba en la calle. Cogí la manta que había en el sofá, me enrollé en ella y me preparé el desayuno. No tenía mucha hambre. Un vaso de leche y una magdalena. Me senté en el sofá, con lo que se podía llamar "desayuno" y me puse a ver la tele. No había nada interesante a esas horas de la mañana. Sólo programas raros y demás. Extrañaba España en ese momento. Quizás no hubiese programas buenos por la mañana, pero había algunos más antiguos que te hacían reír. Apagué la televisión y me acabé el desayuno en silencio. Hoy tenía ganas de volver a la ciudad. No sabía exactamente por qué, pero tenía ganas de verlos a todos. Sería porque me apetecía enseñarles el vestido a Ana y Lucía, o por las entradas del parque, no sabía por qué, no sabía la razón, pero quería verlos a todos ya. Me recosté en el sofá con la manta encima, y me puse a pensar, no tenía otra cosa que hacer. Y mi mente me traicionó. Y mi corazón con ella. Cuatro minutos que le dedico al día, y cuatro minutos que me recuerda todo. Rebecca. Louis. Beso. Rebecca. Louis. Fuga. Beso. Esos eran mis pensamientos. En vez de pensar en la maravillosa tarde que pasé ayer con el maravilloso Zayn, no, tenía que recordar las cosas que quería olvidar. No quería, me negaba a llorar. Pero no pude con los pinchazos que sentía mi corazón, y dejé escapar las lágrimas de mis ojos. Intenté frenarlas, recordando los regalos y los momentos que viví de risa con todos. Intenté acordarme de cosas divertidas, pero no, todo volvía a mi cabeza del mismo orden. Rebecca. Louis. Fuga. Beso. ZAYN. Ese último era nuevo. Creo que ya entendía por qué todo esto. Por qué sentía eso ahora mismo, ¿sentimiento de culpa? Pero por qué ahora. ¿Hice algo mal? Vaya preguntas. Seguro que estar aquí con Louis fue un error imperdonable. Sollozaba, de dolor en el corazón. Las lágrimas salían sin parar. Y una mano pasando por mi espalda me hizo intentar que todo se me pasara. Me asusté durante un momento y me intenté quitar las lágrimas tan rápido como pude.
- ¿Qué ocurre? - Un filo hilo de voz salía del cuerpo de Zayn.
- Nada...
- Algo tiene que ocurrir, Maribel no te creas que soy tonto.
- No he dicho que seas tonto.
- Pero has creído que lo era.
- No. - Yo intentaba quitarme las lágrimas, pero cuanto más hablaba con Zayn, más recuerdos se iban, y más veces se repetía el mismo. Beso. Beso. Beso. Beso.
- Dime qué te pasa, te lo ruego.
- Tengo algo que contarte... - Me incorporé en el sofá y le hice hueco. Se sentó a mi lado, y yo no fui capaz de mirarle a la cara.
- Espero que sea la justificación de esa frase en el espejo.
- No te enfades con Louis...
- No me enfadaré, dime.
- Vinieron unas amigas a cenar la otra noche, jugamos a la botella, todo iba genial, hasta que...- paré, mis lágrimas salieron aún en más cantidad cuando lo recordaba.
- Dime que no fue eso lo que pasó... - Susurró. Noté como dirigía la vista hacia mí lentamente, sin habla.
- Lo siento... - No quería mirarle a la cara, no me sentía capaz - No-no pude decir que no...
- ¿Le quieres?
- ¡Le quiero como amigo! Él es mi amigo, nada más, te quiero a ti...
- Si me quisieras a mí no lo hubieras echo.
- Zayn no te enfades...
- ¿Que no me enfade? - Se levantó repentinamente del sofá - ¿Me puedes explicar qué hago entonces?
- Es un juego, no fue más que un juego. - Mis lágrimas seguían cayendo por mi rostro. No había nada que las parara. Le miré a la cara, mostraba tanto dolor como la mía.
- ¿Un juego? ¿Eso es lo que soy yo también para ti? - Se llevó las manos a la cabeza.
- No, yo te quiero...
- Dime entonces por qué le besaste.
Hubo un silencio, en el que sólo se oían mis sollozos de dolor incesantes. No pensaba que esto se lo fuese a tomar así. Aunque era lógico. La banda sonora de mi dolor en ese momento era 'Stay' de Miley Cyrus.
- No sé por qué le besé...
- Me lo has dejado todo muy claro.
- ¿Por qué te lo tomas todo así? ¡Tú pasaste de mí cuando Rebecca te visitó! Te importó una mierda que a mí me doliera veros juntos.
- No me recuerdes eso.
- No me hagas daño con esto.
De nuevo un silencio se apoderó de la habitación. La rabia corroía el cuerpo de Zayn y el mío. Ambos queríamos romper cualquier cosa que encontráramos, pero ninguno se atrevía.
- Necesito irme.. - Al decirme eso no lo aguanté. Me levanté del sofá dejando caer la manta. Entre sollozos y lágrimas le pedí que se quedara. Pero él me quitó las manos de su brazo. - Necesitamos un tiempo.
- ¿Un tiempo? ¿Para qué Zayn? - No podía creer lo que estaba diciendo. ¿Un tiempo? Si realmente me iba a dejar, me volvía a España ya. No quería permanecer allí más tiempo mientras él pensaba como dejarme, o pensaba si me quería o no, no pensaba aguantar eso.
- Para que los dos pensemos.
- Yo ya he pensado suficiente.
- En él.
- En ti. Joder Zayn, ¡en ti! - Grité.
- ¿Sabes qué es la mayor cosa que odio?
- Sí.
- Entonces ya entiendes por qué me quiero ir. Se acabó, Maribel, por un tiempo... - Un hilo de voz fue lo que pronunció en la última frase.
Se fue a la planta de arriba y yo me quedé allí parada, sin saber qué hacer o qué decir. A los pocos minutos él apareció con sus maletas, ni si quiera me miró a la cara, abrió la puerta, lentamente. Paró un momento, giró un poco la cabeza, parece que se arrepintió de esa decisión, volvió a posar la mirada en la calle, y salió pegando un portazo. Le había perdido. Ese pensamiento se clavó en mi mente, y partió en miles de trozos mi corazón. ¿Qué había echo? ¿Cómo podía haberla cagado así con Zayn? Gilipollas. Eso es lo que soy. Me tiré al sofá chillando, pegando puñetazos a la nada. Lloré. Y chillé. Pero sin dejar de llorar. Cada lágrima era una cuchilla que lastimaba aún más mi corazón. Por mi cabeza pasaban miles de momentos. Desde el primero en que supe de la existencia de Zayn, hasta ahora. Recordé la sensación que me provocó el verle cantar en su audición para TXF. Alegría, orgullo, me provocó escalofríos y estremecimientos. Me hizo sonreír, me hizo aplaudir a la pantalla de un ordenador viendo un programa en directo con una gran sonrisa. Pasé todos mis años de fan enamorada de Zayn hasta las trancas. Todas las mañanas le daba los buenos días, cuando publicaba algún tweet le escribía hasta que me daba límite, sólo para que me siguiera. Nunca lo hizo, algunas tuvieron más suerte que yo. Pero nunca dije nunca, eso me lo enseñó Justin, y nunca dejé de intentar que él supiese de mi existencia. ¿Habéis escuchado la canción de 'My Immortal' de Evanescence? Pues esa era la canción que pasaba por mi mente mientras lo recordaba todo. La sensación de alegría absoluta la primera vez que besé los labios de Zayn. La primera vez que se me encogió el corazón cuando lo vi cerca de mí. Y más lloraba. Más me dolía el pecho. No comí. Incluso de tanta angustia que sentía, tuve que salir corriendo al baño a devolver el desayuno que había tomado. Me afectó sin duda esto más de lo que yo imaginaba. ¿Recordáis ese momento en que Edward deja a Bella en Luna Nueva? Ese dolor que siente ella, esa impotencia, esas ganas de no querer vivir si él no está a su lado, ese hueco que le ocupa el pecho en lugar del corazón, las ganas de hacer todo y no poder hacer nada. El estar sentada enfrente de una ventana tres o cuatro meses, esperando su regreso. Eso quería hacer yo, eso es lo que yo sentía. Dolor. Pinchazos en el pecho, no en el corazón, yo corazón ya no tenía, se lo llevó Zayn detrás del portazo.  Y pasé todo el día así. Llorando, sin dejar de llorar. Cayó la noche de nuevo, otro día había pasado, largo y doloroso, un día gris, el peor día de mi existencia. Me dolía todo el cuerpo de estar golpeando al sofá durante todo el día. Me dolía la cabeza, me iba a estallar la cabeza, de tanto llorar. Me dolían hasta los ojos de tantas lágrimas. Pero aún así seguían cayendo. No me quedaba vida sin él. Ahora sí que estaba todo perdido. Ya nada tenía sentido. Estaba segura de que él era mi razón de existencia, la razón por la que nací, por la que respiro. Y por un estúpido juego lo he perdido todo. Porque sabéis que es una de las cosas que más odia Zayn, ¿verdad? Sí, odia los mentirosos. Y yo he sido una mentirosa, y encima puse en duda mi amor hacia él. Definitivamente ya no había un mañana, no había un futuro. Todo lo tenía pensado junto a él, y tras su marcha, lo único que quedan, son lágrimas y un corazón roto en pedazos.

viernes, 27 de enero de 2012

Capítulo 21 #

Eran labios cálidos. Dulces. Impacientes. Mostraban sentimiento. Pero también nervios, pues las manos que me rodeaban la cintura lentamente atrayéndome hacia su dueño estaban temblando. No miré quién era. ¿Me arriesgaba a mirar? ¿Perdería la magia del momento? No me atreví. Dejé que todo siguiese su curso. Pero aún así todo esto me resultaba familiar. Esa forma de cogerme, de besarme, de sonreír en mitad del beso. No tenía ninguna duda de que la persona que besaba era a Zayn. Sonreí cuando llegué a esa conclusión y se fue separando lentamente de mí.
- Has venido. - Dije sonriendo.
- Me ha traído - Contestó Zayn, señalando a Louis, que estaba sentado justo al lado nuestra.
- ¡Sí! Ahora que Zayn te lo explique todo más o menos. - Contestó. Se puso en pie, y vino hacia mí.- Yo me voy, no quiero ser el sujeta velas, jajajajaja.
- Oh vamos Boo Bear, ¡no te vayas! - Dije tirando de su camiseta.
- No, no, en serio, vuelvo a la ciudad. - Me abrazó suavemente y me susurró - No sabe nada de lo de anoche.  Si se entera, espero que sea por ti. - Se separó y miró a Zayn.
Ambos se abrazaron. Era una imagen muy tierna, me gustaba el bromance Zouis. Ambos se despidieron, y Louis con las maletas ya preparadas, bajó al piso de abajo, a esperar su taxi que no tardaría en llegar. Zayn y yo nos quedamos los dos en el baño. No hablábamos, nos sonreíamos. Estaba cansada de intentar creer que lo de Rebecca me importaba. Sólo me importaba él. Sonreí de nuevo gracias a mis pensamientos, Zayn me vio, y me volvió a besar. Dulce, sin presión, con tranquilidad. Era uno de esos besos que tanto me gustaban de Zayn. Me cogió en brazos, como si fuese una especie de princesa, y él fuese mi príncipe. Era una situación que ya había vivido, pero había algo en esta que me hacía sentirme bien. En una nube. Entre risas me llevó a la cama, y vi las maletas escondidas en el armario empotrado que había justo al lado de la puerta del baño. Sonreí y me dejé caer en la cama con él a mi lado, mirándome.
- Creo que me debes una explicación de todo esto. - Sonreí mirándole, y esperando una buena respuesta.
- Vale... ¿Empiezo? Jajajaja. Esto estaba medio planeado. En realidad, sabía donde habíais venido porque Louis me llamó. Me dijo que se sentía algo culpable por nuestra amistad, arreglamos las cosas, y preparamos todo esto.
- ¿Estuvisteis siempre en contacto?
- Así es. Los regalos, bueno, son todos pensados por mí y algo por Louis. - Rió - Las entradas del parque de atracciones, fue lo primero que te dio, ¿verdad? - Asentí con la cabeza - El día que quedamos e hicimos el tour por la ciudad, me comentaste que te encantaría ir a ese parque. Era tu sueño desde tu infancia, y una de las razones por las que habías venido a Londres era para ir con Lucía y Ana. Louis y yo visitamos el parque  hace una semana y compramos entradas para todos, para el día 20.
- Eso es en cinco días.
- Bien, bien, dominas las matemáticas. - No pude aguantar la risa cuando me dijo eso, y le pegué con cariño. Él se vengó de mí plantando un beso en mis labios. Dos. Tres. Cuatro, perdí la cuenta. - Después, fueron las películas de Harry Potter, ¿cierto?
- Verdad, verdad.
- Idea mía. Ese mismo día me dijiste que ansiabas tenerlas, pero por problemas económicos familiares nunca las has tenido. Ya las tienes. - Me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Realmente amaba su sonrisa. Era más que perfecta - Después...¡ah sí! Los billetes de avión falsos.
- ¿Falsos? - Grité. - ¿Cómo que falsos?
- Mira, observa que ya no están.
Miré al lado del paquete donde estaban las películas y era verdad. El sobre con los billetes no estaba.
- ¿Dónde está? - Pregunté preocupada.
- Esos billetes son de Louis y Niall. Todos se van el día 1. Como ya sois las tres mayores de 18, podéis iros con los profesores que os trajeron, o no. Harry les hizo una visita y les explicó - paró de hablar, se aclaró la garganta y prosiguió - un par de motivos convincentes, y os permitieron quedaros. - Le miré con los ojos como platos. Me lancé a abrazarle y él me lo continuó. Se tumbó en la cama, boca arriba, y yo aproveché y apoyé mi cabeza sobre su abdomen. Pasó su brazo por mi espalda, abrazándome. Noté que seguía hablando - Tú y yo nos vamos el día 3.
- ¿El día 3? ¿Y eso por qué? - Pregunté.
- Quiero enseñarte un par de cosas antes de irnos a España. Además, quiero pasar tiempo contigo a solas. - Noté que reía, y yo reí con él. - Tu tercer regalo era...
- ¡El vestido de Emma! - Me adelanté a decir.
- Exacto. Elección mía y de Ana y Lucía. También me hablaste de ese vestido, y yo tenía serias dudas de cuál era. Así que consulté a ellas y me dijeron cuál era. Lo compré hace unos 4 o 5 días, y ellas me acompañaron para comprar los zapatos a juego.
- Qué callado se lo tenían.
- Claro, ¡era una sorpresa! Jajajajaja. - Le miré con cara de querer asesinarle, rió más, y siguió hablando - y tu último regalo...
- Eres tú.
- Pues seré yo. - Dijo con una sonrisa - Vine de madrugada, y Louis y yo te preparamos todo esto.
- Sois increíbles.
- Te lo mereces.
- No, tanto no me merezco.
- Te mereces más.
Sonreí a ese comentario. Me estiré y le besé de nuevo. Estuvimos compartiendo ese amor  y esas ganas que teníamos de vernos más de 2 minutos. Hasta que paró de golpe, y casi me asusté.
- ¡Oh, se me olvidaba tu último último regalo! - Se levantó rápidamente de la cama y se dirigió a las escaleras corriendo - No te levantes. - Me guiñó un ojo seguido de una amable sonrisa, y bajó.
Yo me quedé ahí, tumbada, sin saber como reaccionar. Amaba tanto este día. Era más que perfecto. Lo estaba pasando con la persona que más amaba en este mundo, gracias al mejor amigo que he tenido jamás. Me giré y miré al techo. Pensé en todo lo que había ocurrido antes de que Zayn viniera y el sentimiento de culpa inundó de nuevo mi pensamiento. Decidí no pensar más en eso, y no lo hice, por que Zayn apareció de repente por las escaleras de nuevo. Llevaba algo en la espalda. Se acercó sonriendo a mí, lentamente, mientras yo me incorporaba en la cama y le sonreía también.
- ¿Qué llevas ahí? - Dije sonriendo.
- El plan para una tarde romántica de cumpleaños.
Sacó sus manos de la espalda y me enamoré de lo que llevaba. Un gran ramo de rosas rojas, combinadas con otras flores algo más pequeñas, blancas. Una caja de bombones, y unas películas. Me levanté y me acerqué a él. Cogí las flores con una sonrisa, las olí con dificultad, puesto que era un ramo enorme. Olían genial, era todo mágico. Y era así porque él consiguió que fuese mágico. Me mordí el labio inferior suavemente, y visualicé un jarrón encima de la mesita de noche. Lo cogí, fui al baño, lo llené de agua, puse las flores, y de nuevo me acerqué a Zayn, que ya se había sentado en la cama. Me senté encima de sus piernas, y entre sonrisas aparecieron besos. Y así estuvimos de nuevo, parando el tiempo. Acabé haciendo que se tumbara conmigo encima, y estuvimos así horas. Charlando, riendo, besándonos. De vez en cuando me hacía burla y yo le pegaba con cariño, pero él me besaba para 'que se le pasase el dolor'. Al poco tiempo se quitó la camiseta, y se colocó unos pantalones de chándal que llevaba en su maleta. Me quedé atónita cuando vi que se quitaba la camiseta. Louis en la misma situación era hermoso, pero él, Zayn, no había palabras para describir lo que yo veía por mis ojos. Era algo más que perfecto, sobrepasaba la perfección. Me quedé empanada mirándole, descaradamente. Él lo notó y se rió, de nuevo esta situación me resultaba familiar. Pero no me ruboricé. Me sentí bien, me sentí feliz, por que Zayn era algo así como...mío. Y aunque Rebecca viniese a visitarle de vez en cuando, yo sabía que él me quería, y yo le quería a él, más que a nadie en el mundo. Sonreí cuando vi que se reía de mi cara, y busqué ropa en mi maleta. Hice algo parecido a lo que hizo Zayn, me cambié y me puse un chándal también, hoy no pensaba salir de la casa si Zayn estaba aquí. Al cabo de un rato, bajamos a la cocina y comimos cualquier cosa que encontramos en la nevera. Después nos dirigimos al sofá, y mientras él ponía una de las películas, para concretar, era 'Love Actually', yo miré las que tenía también, después de esa. Tenía 'El diario de Noa', 'Titanic' y 'Un paseo para recordar'. Eran todas de amor. Mi pensamiento mientras las observaba era de lo lindo que era Zayn. De lo que se curraba siempre todo para que yo fuese feliz. Era como un ángel caído del cielo. La suerte de mi vida. Se sentó a mi lado, y ambos comenzamos a ver 'Love Actually'. Ninguno de los dos habló casi nada durante la película, sólo comíamos palomitas que también había traído Louis, por si le entraba hambre por la noche, y algún que otro bombón. Fue una tarde increíble. Terminó la película, y cuando elegí que pusiéramos 'Un paseo para recordar' llamaron a la puerta. Mientras él sacaba una película y ponía otra, me levanté con rapidez del sofá y me dirigí a la puerta.
- ¡Maribel! - Gritaron varias chicas.
- ¡Chicas! ¿Qué hacéis aquí? - Dije sonriendo.
- Es tu cumpleaños, ¡venimos a felicitarte - Dijo Eider.
- ¡Y te traemos una sorpresa! - Añadió Haizea.
- ¿Cuál? - Sonreí.
- Hola, soy tu sorpresa. - Dijo Olatz, mientras aparecía de detrás de ellas con una gran sonrisa. Corrí a abrazarla.
- ¡Olatz! ¿Qué haces tú aquí? - Dije sonriendo.
- Me llamaron. - Señaló con la vista a Eider.
- Y la obligamos a venir para verte el día de tu cumpleaños. - Repuso Haizea mientras reía. Hoy venían ellas con una chica que no conocía. La miré con una sonrisa y me dispuse a presentarme.
- ¡Hola! Soy Maribel.
- ¡Ho-hola! Soy Norma. - Me contestó ella, intentando hacer aparecer una sonrisa en su rostro.
- ¿Podemos pasar? - Preguntó Haizea.
- Tengo visita... - Dije en un tono de voz más bajo.
- Uy, uy, uy, seguro que es Zayn. - Dijo Olatz mientras reía. Asentí con la cabeza riendo. - Bueno, venga, ya nos veremos. ¡Felicidades gorda! - Me dio un nuevo abrazo, las demás hicieron lo mismo, y se marcharon.
Volví a entrar en la casa y vi que Zayn ya me estaba esperando para ver la siguiente película. Corrí hacia su lado, me pegué a él, y me dispuse a ver la película. Y pasamos el tiempo así, entre risas, bombones y películas románticas, hasta que la noche inundó el cielo.

jueves, 26 de enero de 2012

Capítulo 20 #

Y una sonrisa se alzó en mi rostro. Estaba feliz. Adoraba esa frase, oh dios, adoraba a Louis. Abrí corriendo y con mi gran sonrisa la puerta del baño esperando verle a él también, con su gran sonrisa, sentado en la cama. Pero no fue así. Al salir vi que él ya estaba dormido. ¿Tanto tiempo había pasado en el baño? Miré mi reloj y efectivamente, entre unas cosas y otras, estuve ahí metida más de media hora. Me arrepentí de ello, e hice algunos aspavientos un poco raros. Me di por vencida, y aún con mi sonrisa en la cara fui hacia la cama para acostarme. Para mi sorpresa, una nota estaba en mi almohada. Encendí la lámpara de mi mesita de noche y me dispuse a leer.
Para cuando leas esto seguro que ya son las 12, ¡y es tu cumple! Felicidades pequeña, espero que te lo pases genial en el pedazo de día que te espera. Ah, y por cierto, mira mi camiseta cuando termines de leer esto. Louis =) 
Pero qué lindo era. ¿Pedazo de día? Espero que no estuviese tramando nada. Pero seguro que sí que lo estaba haciendo. Sonreí mirando la nota y la dejé encima de la mesita de noche. Miré la camiseta de Louis y me tuve que aguantar las ganas de reír que tenía. Era una camiseta de manga corta, en la que estaba grabado 'si Boo Bear duerme, más vale que no lo despiertes'. Reí. Y sonreí de nuevo. Miré la nota y el reloj. Las 12:04am. Felicidades yo misma. Por fin tienes tus 18. No podía resistir más la tentación, y encendí mi móvil. Lo puse en silencio para no despertar a Louis, por si tenía muchas notificaciones. Y las tenía. 80 llamadas perdidas, 34 mensajes de texto, y no se cuantas cosas más. Era horrible, lo tenía demasiado lleno el móvil. Aunque sonreí. Empecé a mirar los mensajes más recientes. El primero era de Ana, que ponía:
¡FELICIDADES MI AMOR! Estoy deseando verte para darte un buen abrazo. Espero que te lo pases muy bien allí con Louis, ya me contarás. Te amo. PD: ¡Mañana intentaré llamarte!.
Qué linda, no se le escapaba una. Aunque lo había mandado a las 12:03, se le pasaría la hora con Harry. Reí. Miré el siguiente, era de Lucía.
Felicidades mi pequeña Malik. Espero que te lo pases muy bien, y cuando vengas, ya nos iremos nosotras de fiesta por ahí, ¡para celebrarlo! Jajaja. Te quiero mucho, ¡te llamaré por la mañana! 
Seguí mirando mensajes, tenía de Liam, de Harry, de Niall, de Lizzie... ¡Hasta de Haizea y Eider! Casi todos me los estaban mandando en este momento. Pero miré quién había sido la persona afortunada que me lo había mandado justo a las 12:00. Y me quedé bloqueada. No sabía si mirar el mensaje. Era de Zayn. Había sido enviado justo a la hora exacta. Los dedos me temblaban. ¿Lo miraba? Tenía que mirarlo. Aunque hubiese pasado lo que pasó, yo seguía siendo su novia. Ese pensamiento me alivió un poco. Abrí el mensaje.
Sé que no estamos en nuestro mejor momento, supongo. Aclarando tus dudas, no, no estoy en Bradford con Rebecca. Literalmente la eché de la casa cuando me enteré de tu fuga con Louis. Deberemos hablar de ello. Pero eso ahora no es lo importante... Felicidades mi pequeño sol particular. Mi pedazo de cielo. Espero que te lo pases muy bien allá donde estés. Que disfrutes mucho del día en que cumples tus ansiados 18. Sé que volvéis mañana por la noche, así que no dudes de mi presencia allí para recibirte. Te quiero, te quiero muchísimo. De nuevo, felicidades. Atte: Tu Zayn.
'Tu Zayn' Se me hacía tan raro escucharlo ahora. Después de lo que pasó con Louis. Aunque en ese momento todo era muy extraño. Vi que me seguían mandando mensajes, amigas de España, mi madrastra, tíos y demás, pero decidí mirarlos al día siguiente. No sabía si era muy buena idea, pero bajé hasta los primeros mensajes recibidos. Eran todos de Zayn. Los leí, todos, no podía contener más las ganas de querer verle. De escuchar su voz. En algunos ponía que sentía que él haya sido el culpable de que yo me marchara con Louis. Que siente que cada vez es más probable que cuando yo me vaya a España todo se acabe. Había múltiples mensajes así. Pero luego decía que me quería y que no me quería perder. En realidad había muchos cambios de humor en los mensajes. Otros eran de Niall, otros de Lucía. Las llamadas, eran casi todas de Zayn, y de los demás. Realmente me sentí mal, por que debía haberlo tenido encendido desde que llegamos, y podría haber hablado con todos. Pero decidí no calentarme más la cabeza. Apagué el móvil, me tumbé al lado de Louis, recordé la frase de su camiseta, y el sueño me atrapó con una sonrisa.
Nuevo día. Un pequeño ruido me despertó. ¡Hoy era mi cumpleaños! Casi lo había olvidado. Pero Louis me lo recordó. Y como siempre me hizo sonreír. Justo en mi mesita, encima de la nota que encontré encima de mi almohada anoche, había otra. La cogí, me froté los ojos, aún tenía sueño, pero no quería desperdiciar tiempo de mi maravilloso cumpleaños con mi maravilloso mejor amigo. Me estiré un poco, y comencé a leer.
Vamos a jugar un juego. No quiero darte todos tus regalos a la vez, ¡hagamos esto interesante! Jajaja. Lo primero que debes saber, es que esto será el juego de buscar 'el tesoro' en este caso, 'tus regalos'. Espero que te guste. Bien, la primera pista, para encontrar tu regalo, es la siguiente: 'Y la primera vez que salí de allí con mi pijama, te pusiste tan nerviosa que ni si quiera eras capaz de mirarme a la cara'.
¿En serio? ¿Esa era la pista? Reí para mis adentros. Me calcé las zapatillas, y salí corriendo al baño. Entré con una gran sonrisa, esperando ver algún regalo. Pero no vi nada. ¡Qué raro! Miré al espejo y la frase que vi anoche se podía apreciar aún. Cerré la puerta y me puse a buscar por todo el baño. ¡Bingo! Encontré otro papel.
Llegaste hasta aquí, muy bien, se nota que eres inteligente. Jajajaja. Busca en la bañera, ahí está tu primer regalo, y tu siguiente pista. 
Cogí la nota y la guardé en el bolsillo de mi pijama, junto con la anterior. Abrí la cortina de la bañera y lo vi. Las ocho películas de Harry Potter, en un pack que deseaba desde que salió a la venta. Venía con posters, libretos, y muchas más cosas. Lo miré boquiabierta. No sabía como reaccionar. Lo cogí y lo llevé a la cama, y al abrirlo vi todas las películas. Perfectamente ordenadas. ¡Oh dios amé el regalo! Cogí la nota que había dentro y seguí leyendo.
Luego me dices qué te parecen los regalos, jajaja. Siguiente pista. CHAN CHAN CHAN, ronda DOS: 'Si ambos quisiéramos dormir allí, teníamos que ser la misma raza de animal que Gary, de Bob Esponja'.
Reí de nuevo, esta vez en voz alta. Salí corriendo con la nota, dejando encima de la cama las películas, y me dirigí con una gran sonrisa a las literas del cuarto de al lado. Busqué entre las sábanas, pero no encontré nada. Busqué entre los peluches, y justo en el sombrero del vaquero Woody, personaje de Toy Story, había otra nota.
Elegí este muñeco porque me recordaba a Liam, jajaja. Bueno venga, tu regalo está en los cajones de las tres mesitas de noche. Vamos, en una de ellas. ¡Busca busca!
No tuve que leer la nota muchas más veces. La guardé de nuevo en el bolsillo y me dispuse a saquear cada mesita de noche. En la primera, justo al lado de la litera donde estaba la nota, no estaba. Corrí hacia la siguiente, que estaba justo al otro lado de la misma litera, busqué, y no estaba. Me desesperé y me pregunté '¿por qué no lo busqué ahí desde el principio?' típica pregunta. Con la sonrisa aún presente en mi cara, corrí hasta la tercera mesita de noche, situada justo al lado de un escritorio. Pérdida de espacio, he de añadir. Abrí el primer cajón; nada. El segundo; nada de nada, salvo una flecha, que estaba dibujada en tres dimensiones, que apuntaba hacia abajo. Sonreí de nuevo, y abrí el tercero. Un sobre había. Me mataba la curiosidad, y lo abrí. Eran dos billetes de avión hacia España para el día 1 del mes que entraba en unas semanas. Había una nota, y la leí.
No pienses mal, los demás billetes los tienen ya todos los chicos. Sólo faltaban estos, el tuyo y el mío. Venga, pista para encontrar tu siguiente...pista. Jajajaja: 'Y allí te entregué las entradas para el sueño de tu infancia'.
Demasiado fácil era esta pista. Cogí los billetes, con una gran sonrisa, los dejé en un santiamén encima de la cama, y bajé corriendo hacia la cocina. Todavía no había visto a Louis. Era raro. Pero decidí terminar el juego, y después buscarle. Llegué allí, y no tuve que buscar mucho. El papel se encontraba encima de la encimera.
Ajájájá. Encontraste tu pase para tu tercer regalo. Este es fácil: 'En ese sitio pasaron cosas, por las que yo rapeé'.
También era fácil. Miré el centro del salón, ya estaba todo ordenado, y en el centro había un gran paquete. Corrí con esa sonrisa aún para abrirlo. Me quedé muerta y estaba a punto de chillar. El traje que Emma Watson llevaba en la premier de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, parte II, en Londres, era lo que contenía la caja. Ese vestido que a Emma la hacía parecer más princesa de lo que ya era. Era mío. Un modelo exactamente igual. Incluía zapatos en el paquete también. No sabía si gritar, llorar, reír, o hacerlo todo a la vez. Realmente siempre soñé con ese vestido. Era tan hermoso, pero realmente nunca lo llegaría a lucir ni la mitad de bien de como lo lució Emma. Aún así me encantaba. ¡Más que encantarme! Estaba a punto de comerme a besos a Louis en cuanto lo viera. Vi que en el fondo de la caja había otra nota, y supuse que era una nueva pista.
¡Bien bien! Estás a punto de descubrir tu última sorpresa. Sinceramente espero que te guste. Me la he currado mucho. ¡Y el vestido me ayudaron a elegirlo! Aunque creo que si yo solo lo hubiese descubierto, también te lo habría regalado. ¡Que te quiero, no lo olvides!: 'Y fue justo en ese lugar, el primer momento en que tú te pusiste tan nerviosa, que te temblaban las piernas. ¿Recuerdas el pequeño problema?
Claro que lo recordaba, el baño de arriba. Con mi gran sonrisa, por el recuerdo de aquel momento, por lo que estaba viviendo en este momento, por los regalos, por todo, salí corriendo hacia arriba con el paquete que contenía el vestido y zapatos de mis sueños bajo mi brazo. Los dejé de nuevo encima de la cama. ¡Pero qué perfecto era joder!  Salí corriendo hacia la habitación de al lado. Fui frenando mientras llegaba. Por lo que leí en la nota era la última pista para el último regalo. No podía aguantar más. Me fui acercando lentamente, esperaba encontrar a Louis allí escondido. Agarré el pomo de la puerta con la mano, estaba temblando. ¿Por qué temblaba? Esto era algo bueno. Sería por los nervios. Abrí la puerta, despacio, y cuando la estaba abriendo, casi no me dio tiempo a reaccionar, y unos labios se juntaron con los míos.

martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 19 #

La botella dejó clara la trayectoria de mi próximo beso. Louis. Louis Williams Tomlinson. Miré la botella, me quedé pasmada mirándola, maldiciéndola en mis interiores. Todos se quedaron callados, nadie habló como las anteriores veces, nadie gritó, nadie dijo nada. El silencio se apoderó de la habitación. No sabía que hacer, y por la cara de Louis, él tampoco. ¿Nos besábamos? No. ¿O si? Realmente no sabía que hacer. Estaba con Zayn, y aunque esto sólo fuese un juego, para ambos significaría algo más, y más significaría para Zayn si se enteraba. 
- Creo que es mejor que dejemos de jugar. - Louis interrumpió mis pensamientos con ese comentario, y yo no podía estar más de acuerdo.
- ¡No! ¡Beso, beso, beso! - Gritó Mary riendo.
- Mary, sabes de sobra que es la novia de Zayn. - Repuso Eider.
- Ya, y por eso ambos están aquí, solos en la playa, mientras Zayn está a kilómetros de distancia. - Dijo Oliver.
- Callaos por favor... - Pidió Haizea.
- ¡Venga que se besen! Es solamente un beso, no va a morir nadie. - Dijo James, y todos rieron con él.
Yo no sabía que hacer. Podía negarme, pero eso les haría pensar mal de mí. Primero porque pensarían que soy una loca negando un beso de Louis, y segundo, que se creerían que me gusta ir ligera ropa. Y eso no era así. No tuve más remedio. Me incorporé y me puse de rodillas. Él fue a gatas hasta mí. Apartamos la botella de en medio de ambos. Cuanto más se acercaba, cuanto más corta era la distancia entre nosotros, más ganas tenía una parte de mí de besarle, y más culpable se sentía la otra parte de mí, por Zayn, por lo que iba a hacer. Louis se incorporó y se puso de rodillas también. Comenzó a acercarse a mí cuando me observó bloqueada, sin saber si seguir avanzando a mí. Estábamos a 20 centímetros el uno del otro, ya casi podía sentir su respiración, como ayer cuando estábamos en el baño. Era justo la misma sensación, no, era más exagerada. Esta vez sabía que ambos nos íbamos a besar. Todavía podía retirarme, pero no quería, una parte de mí no quería. Parecía que ese beso sería una prueba fundamental en un experimento que mi corazón estaba tramando, y realmente no me gustaba que hiciera cosas por su cuenta. 
- Puedo negarme yo, si quieres. - Me susurró él, aún estando entre nosotros esos 20 centímetros.
- No. No lo hagas... - susurré, e intenté esbozar una sonrisa. Pero no lo logré.
La distancia se fue acortando. Más, más, más, cada vez más. 10 centímetros. Él me cogió de la cintura suavemente, y me trajo hacia sí. Milímetros quedaban entonces. Unos milímetros más. Un pequeño empujón para completar la prueba irrefutable del experimento de mi corazón. Me miró por última vez a los ojos, ambos clavamos la vista el uno en el otro. Me sonrió. Notaba su respiración por mi rostro, y sus manos pasando hacia mi espalda ligeramente. Pasó. Sus labios se toparon con los míos y fueron sólo uno. Noté que me ruborizaba e incluso que me ponía nerviosa. Mi frecuencia cardíaca aumentó considerablemente, y noté como todos empezaban a chillar por la situación. No sé si era posible, pero aún quedaba distancia entre ambos, y él con un pequeño toque acortó la distancia a 0. Tres, cuatro, cinco...ocho segundos. Realmente empezaba a sentir algo que nunca había sentido con alguien. Ni si quiera con Zayn, y no sabía a que se debía eso. ¿Le quería? ¿Realmente quería a dos personas? Eso nunca creí que fuese posible. Está muy visto el típico cuento de la chica que tiene un novio, el novio tiene un amigo, la chica se hace amigo del novio, y ella duda entre ambos. Nunca quise esa historia para mí. Pero la estaba viviendo. Quizás sí que quería a Louis. Pero bajo la máscara de 'como amigos' quizás había algo más. Corazón, eso tramabas, ¿verdad? Eres cruel, pero te lo agradeceré a medida que pase el tiempo, supongo. Se separó de mí, delicada y dulcemente, parecía que no quería hacerme daño. Abrí los ojos y allí estaban los suyos, esperando ver una sonrisa en mi rostro, o cualquier otro gesto facial. Quizás quería saber si realmente besaba bien. ¡Pero qué cosas digo! Clavé de nuevo mis ojos en los suyos, azules, lindos, realmente te perdías en ellos. Me fui alejando lentamente de él, para volver a mi sitio al lado de Eider. Cinco, diez, doce centímetros de distancia entre ambos. Él no se movía. ¿Por qué? No lo entendí. Pero esa pregunta se resolvió rápidamente. Me agarró de nuevo la cara, suavemente, pero seguro de lo que estaba haciendo. Me trajo hacia sí, y me volvió a besar. Corto, mucho más corto que el anterior, podríamos llamarle pico. Sonreí. ¿Por qué sonreía? Vale, le quería. Maldito corazón, ya lo averiguaste. ¿Por qué me volvió a besar? No lo entendía, o no quería entenderlo. Ambos nos incorporamos en nuestros sitios, tras las risas y comentarios de todos los demás. Decidí dejar de jugar, me levanté y me dirigí a la cocina. No sabía por qué había echo eso. Todo empezó por estúpidos celos hacia el beso de Mary y Louis. Me senté en una de las butacas, la cocina y el salón estaban conjuntos, así que aún los podía ver jugando. Louis seguía con esa sonrisa, esa sonrisa que tanto me gustaba, aunque se notaba que sonreía por quedar bien delante de todos. Miré la encimera. Me quedé empanada mirándola, no había nada, pero quizás podía encontrar un minuto de paz en mi mente. No lo encontré, obviamente no lo encontré. Mi vista, como otras veces ya viviendo este sueño, se nubló. Comenzaba a llorar. Las lágrimas caían sin cesar, pero eran lágrimas silenciosas. Intentaba quitármelas rápidamente, pero en seguida salían más. Intenté no parecer muy agobiada para que nadie se diese cuenta. Pero alguien sí se percató de que me ocurría algo. 
- No estés mal por lo que acaba de ocurrir. Es sólo un juego. - Haizea tomó asiento a mi lado, y comenzó a pasarme la mano por la espalda, con intento de animarme. 
- Si fuera sólo un juego yo no estaría así... - Dije casi en un susurro, no podía dejar de llorar en ese momento.
- No te tortures. De los aquí presentes no saldrá ni una palabra, así que esa preocupación puedes quitártela de la cabeza. - Dijo, la miré y estaba sonriendo. Realmente era una chica increíble.
- Eso no es lo peor, Haizea. No voy a ser capaz de mirar a Zayn a la cara... - Dije, volviendo a mi pensamiento de haber sido infiel a la promesa que le hice a Zayn. 
- Haz lo que creas conveniente en el momento oportuno. - Dijo levantándose de la silla, haciendo ademán de irse - Pero recuerda que todo, absolutamente todo, sucede por una razón. - Acto seguido se dirigió a donde estaban todos los demás.
Haizea comunicó su pensamiento de querer irse ya, que era muy tarde, y todos decidieron irse también. De mí, se despidieron con un adiós lejano, y yo les contesté, aunque muchas ganas no tenía. De nuevo en la casa quedamos yo y Louis, solos. No sabía como reaccionar. ¿Le digo que hablásemos de lo ocurrido? Realmente, él no tendría ganas, y yo tampoco. ¿Que necesitaba saber el por qué del segundo beso y qué significó todo para él? Pues sí, realmente lo necesitaba saber. Tres toques en mi espalda. Me di la vuelta al sentir que era él. 
- Lo siento - intervino él antes de que yo dijese nada. Se sentó a mi lado, y siguió hablando - no era mi intención, viste que propuse el dejar de jugar, incluso te propuse el que yo me negara...- pero le interrumpí yo esta vez.
- No sé por qué no me negué. No sé que pretendía conseguir besándote. Quizás llevaba demasiado tiempo feliz y era hora de que llorara. No sé por qué hice todo, por qué tiré, por qué me puse celosa de Mary, no tengo ni idea de por qué pasó todo, pero pasó...- me levantó la cabeza antes de que siguiese hablando y me hizo mirarle a los ojos.
- ¿Te pusiste celosa de Mary? Jajajajajaja - sonrió.
- Eres bobo. Te lo digo en serio, ¡esto es un tema serio! - reí yo también.
- ¿Eres ahora rapera? Deja de hacer rimas tontas, mujera. 
- ¿Mujera? Jajajajajaja, ¿quién hace rimas tontas ahora? 
No sé como lo había echo. No sé que super-poder zanahoriano había utilizado, pero me hizo olvidar las lágrimas unos minutos. Me había echo sonreír con lágrimas en los ojos. Me había echo sacar una sonrisa sincera de un corazón destrozado y decepcionado consigo mismo. Me había devuelto la felicidad durante unos instantes. Esta vez fue él quien me hizo feliz.
- Anda y no seas boba, ¡soy DJ Tommo! ¿Tan fan eres que no sabes ni eso? Jajajajajaja.
- Para tu información sí que lo sabía. Pero que seas DJ no implica que seas rapero.
- No soy rapero, soy DJ Tommo - Boo Bear, con aires de zanahoria, men. 
- Jajajajajajajajajajaja - comencé a reírme a carcajadas al oír esa rima - realmente eres idiota eh.
- Me pegaste la idiotez, tú te tienes que culpar. - Sonrió al verme sonreír a mí. 
Me cogió en brazos y me llevó hasta el piso de arriba así. Parecíamos Clark Kent y Lois Lane. Aunque realmente él me había salvado hoy. Hoy él había sido mi superman. Llegamos a la habitación y él me dejó en  el borde de ella. Me sonrió y me comunicó que iba a ponerse el pijama. Yo me quedé ahí sentada, inmóvil. ¿Cómo lo había echo? ¿Cómo me había echo sonreír en uno de los peores momentos de mi vida? Realmente no tenía ni idea, y cuantas más vueltas le daba, más complicado me parecía todo. Sonreí. Me mordí el labio inferior muy suavemente, y me estremecí pensando en el beso que habíamos compartido antes. Ya no quería llorar. Quizás mi corazón comprendió que aunque le hubiese besado, y hubiese llorado por ello, realmente yo estaba enamorada de Zayn. Porque no lloré por el beso. No lloré por besarle. Lloré por Zayn, por lo injusta que había sido por él. Quizás sí que mi corazón lo aclaró todo, y se dio cuenta de quién quería que fuese su próximo propietario. Como siempre, yo estaba inmersa en mis pensamientos, y de nuevo Louis salió del baño con una sonrisa y ese pijama sin camiseta que, a una parte de mí, le chiflaba. Se sentó al borde de la cama, justo al opuesto de donde yo estaba. Me levanté sin decir ni una palabra, y me metí en el baño con mi pijama y el resto de mis cosas. Eché el pestillo. ¿Qué me estaba pasando? Me cambié y me puse el pijama. Pero esa imagen no salía de mi cabeza. Me quité la coleta que aún llevaba puesta, y miré al espejo. Y me quedé atónita. Un mensaje estaba grabado en él, cuando el vapor de agua hacía de las suyas en el cristal. Sonreí. Sonreí porque nadie nunca había echo eso por mi, ni siquiera para verme sonreír. Noté húmedo el ambiente, Louis había encendido el agua caliente sólo para escribirlo. Y creo que mi corazón ya no tenía tan claro qué quería. 
Sonríe, por mí o por quien sea. Porque ahora mi felicidad depende de la tuya. 

lunes, 23 de enero de 2012

Capítulo 18 #

De nuevo, el sol se alza en los cielos de Reino Unido. Un rayo de sol, que venía desde fuera, me daba en los ojos, y desperté. Al estirarme, noté la ausencia de Louis a mi lado. Así que me levanté sobresaltada. Me calcé las zapatillas y bajé escaleras abajo para buscarle. Llegué a la cocina y allí estaba, aún sin camiseta, con una gran sonrisa matutina.
- ¡Buenos días pequeña! - Me dijo mientras terminaba de colocar un vaso de zumo en la mesa.
- ¿Lo has preparado tú todo? - Miré sorprendida la mesa.
Había varios platos, con huevos fritos y bacon. Zumo de naranja en dos vasos, y pan tostado. Sonrió al oír mi comentario, y se dio la vuelta para coger algo de la encimera. En ese volteo, me dio la espalda, y yo me quedé empanada mirándole. Era tan perfecto, que no os lo podríais ni imaginar. Me volví a ruborizar cuando él me miró y me pilló empanada en su cuerpo. Rió al verme colorada, y me dio un paquete.
- ¿Qué es? - Dije mientras dejaba el trozo de pan que había cogido en el plato.
- Tú ábrelo. - Sonrió y bebió de su vaso.
Me moría de la curiosidad, así que no tuvo que decírmelo dos veces. Abrí el paquete, al principio quise tener cuidado, pero con tanta precaución ni lo abría, así que me puse histérica y lo abrí a la fuerza con las carcajadas de Louis de fondo. Me quedé pasmada. Eran varias entradas para el parque de atracciones de Harry Potter. Las miré, una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Después miré a Louis, sonriendo de oreja a oreja, y miraba a ambos alternativamente. Salté de la silla y fui directa a abrazarle. Él no se negó, y me atrajo a él con una sonrisa.
- ¿Cómo sabías que quiero ir? Y-y-y-y ¿por qué me las has regalado? - Dije, emocionaba, estaba tan emocionaba que me temblaba hasta la voz.
- Jajajajajaja, mañana es tu cumpleaños, ¿cierto? - Me preguntó con una sonrisa. Me limité a asentir con la cabeza. - Ana me lo comentó hace unos días, y oír hablar a Lucía con Liam, diciendo que podíamos ir todos antes de marcharos a España, así que... - miró el paquete, después clavó sus ojos sobre los míos - aquí tienes tu primer regalo de cumpleaños adelantado.
- ¿Primero? ¿Qué quieres decir? - Dije riendo.
- ¡Pues que habrá más! Jajajajajaja.
- Bobo.
- No soy bobo, soy Boo Bear.
Reí al oírle, y me senté de nuevo en la silla para terminar el desayuno. Él hizo lo mismo, sentándose a mi lado. Reímos y charlamos durante todo el desayuno, realmente hoy me había levantado de buen humor. Nah, para qué engañaros, él me hizo levantarme de buen humor, feliz.
- ¡Hoy es el primer día de tres geniales días! - Dijo él con una sonrisa. - Voy a vestirme entonces, y ahora vamos a la playa, ¿te parece? - Asentí con la cabeza. Tenía la boca llena de pan y bacon en ese momento - Que aproveche - me dio un beso en la frente y salió corriendo hacia el piso de arriba.
Yo estaba atónita, mañana era mi cumpleaños, lo pasaría en la playa con mi mejor amigo, me había regalado unas entradas para el parque de atracciones al cual quiero ir desde que era pequeña, y para el colmo, ¡todavía había más regalos! Era todo perfecto. Terminé de desayunar y subí a la habitación. Louis acababa de salir de la ducha y ya estaba medio vestido. Llevaba unos pantalones beige de pitillo, unos zapatos negros, y se estaba poniendo un polo blanco con rayas azules y negras. Estaba guapísimo. Yo por mi parte no quería desentonar, así que como íbamos a estar en la playa, cogí un vestido estrecho por la parte del pecho, y más ancho de cintura para abajo, no muy largo, verde, y unas sandalias. Entré en el baño y allí me cambié. Me lavé los dientes, y me hice una coleta alta. Hoy no quería llevar el pelo suelto. De nuevo sonreí a mi reflejo en el espejo y salí. Y allí estaba esperándome Louis. Con esa sonrisa tan bonita que él tenía. Le sonreí, dejé las cosas encima de la cama y ambos bajamos por la escalera. Salimos de la casa y nos dirigimos a la playa. No había nadie, estaba desierta. Sonreí al sentir la brisa marina en mi piel, y sentí unas manos que me abrazaban por detrás. Sonreí.
- Es bonito todo esto, eh. - Dije.
Pero apenas había terminado de decirlo, cuando sentí que una de las manos pasaba de la cintura a las piernas. Louis me elevó entre sus brazos, y tenía intenciones de llevarme al agua. Entre risas conseguí quitarme las sandalias, y él ya se había quitado también los zapatos. Intenté resistirme, pero él podía conmigo. Los dos entramos en el agua, bastante fría por cierto, y allí comenzamos una guerra acuática por el poder de poder salir del agua sin estar empapado. Pero ese mérito se desvaneció, porque al cabo del rato ambos estábamos totalmente empapados. Pero no paré de reír en todo ese rato, y él tampoco. Me percaté de que un grupo de chicas venía hacia nosotros, y me dio vergüenza seguir haciendo el idiota como hasta ese momento con Louis. Le dije que después continuaríamos y salimos del agua. Pero aún así, las chicas se nos acercaron.
- ¿T-t-t-t-t-tú eres-s-s Lo-Louis Tomlin-linson? - Dijo una de las chicas. Parecía que cuando Louis le contestara se iba a poner a chillar, y todas las demás chicas tenían la misma expresión facial.
- Jajajajajaja, ¡sí! - Contestó Louis con una gran sonrisa.
- ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! - Esa fue la respuesta de aquellas chicas. Yo comencé a reír, y se percataron de mi presencia.
- Y tú, ¡tú eres la novia de Zayn Malik! - Dijo otra de las chicas.
- Sí, jajajajaja. - Contesté. ¿Tanto se había extendido mi fama? Apenas lo podía entender, pues nunca me topé con fans cuando salía a dar paseos con Zayn. Aunque eso ahora era lo de menos.
- Yo me llamo Mary. - Dijo la chica que anteriormente había preguntado por la identidad de Louis. - Ellas son Alicia, Andy, Eider, Haizea y ... - Miró hacia todos lados - Vaya, se me ha perdido una - reímos. Todas nos habían saludado tras oír sus nombres, y la verdad es que me parecían todas muy majas. Pero Eider y Haizea...Eider y Haizea...me llamaba la atención esos nombres, porque me resultaban familiares.
- Eider...y...Haizea...- susurré- ¡Ah claro! ¿Vosotras sois amigas de Olatz, verdad? - Sonreí a las chicas en cuestión.
- ¡Sí! Ah claro, ¡ya recuerdo quién eres! Olatz me ha hablado mucho de ti. - Contestó Eider, devolviendo la sonrisa.
- ¡Ah es cierto! Ya sé quién eres. - Añadió Haizea, también sonriendo.
- Jajajaja, de vosotras también me ha hablado mucho.
- Anda, si en el fondo os conocíais y todo. - Añadió Louis con una sonrisa.
- Os...os...os importaría que...¿nos hiciéramos unas fotos con vosotros? - Repuso Andy.
- ¡Claro que no! De echo sería raro que no lo pidierais. - Reí.
Las chicas empezaron a ponerse en corro al lado de Louis, mientras una de ellas me tendía una cámara de fotos y yo les iba haciendo el reportaje fotográfico. Creo que hice alrededor de 40 fotos. Conmigo también querían fotos, así que por un tiempo yo dejé de ser la fotógrafa y fui la fotografiada. La verdad, nunca me había gustado que me hicieran fotos, pero estas chicas se las merecían. Tras terminar el reportaje de fotos, nos invitaron a comer, pero Louis comentó que sería mejor no alejarnos mucho de donde estábamos, pues así las fans no nos agobiarían. Las chicas asintieron con la cabeza, pero se notaba que tenían aires de tristeza.
- ¿Por qué no venís a cenar? - Dije sonriendo.
- ¿En serio podemos? - Gritó Mary.
- ¡Claro! Venid, venid. A las 8, ¿os parece? - Dijo Louis.
- ¡Estaremos encantadas! ¿Pueden venir dos chicos amigos nuestros? - Comentó Alicia.
- ¡Claro! Que vengan, que vengan. - Sonreí.
Las chicas se despidieron de nosotros, y yo decidí ir a la casa a cambiarme, y a preparar la casa para una noche que marcaría un punto importante en mi vida.
Tras toda la tarde preparándolo todo, cayó la noche en esta parte del planeta y al poco tiempo las chicas estaban en la puerta. Aparecieron con dos chicos, que se llamaban James y Oliver. Cenamos tranquilamente, entre risas y risas. Realmente fue una velada muy agradable. Al terminar de cenar, James propuso jugar a la botella. Y nadie mostró signos de estar en contra. Mary cogió una de las botellas vacías que había en la mesa. Todos nos colocamos en círculo, y yo quise sentarme al lado de Eider y Haizea. Louis se sentó al lado de Mary, por petición de ella. Echamos a suertes quién empezaba, y le tocó a Oliver. A Oliver con Andy. Ambos no quisieron negarse a besarse, pues si había una negación, según acordamos antes de empezar, había que desprenderse de una prenda de ropa. Los dos se besaron y todo su alrededor estalló en chillidos, silbidos y aplausos. Tras Oliver tiró Mary. Y a ella le tocó con quien menos quería que le tocara. Con Louis. Intenté disimular, chillando y silbando como hacían los otros, pero realmente no me hacía gracia que se fuesen a besar. Ninguno de los dos se negó. Y pasó. Se besaron. A mí esa imagen me hacía daño, no porque no fuese tierno, si no porque mi corazón no quería soportar eso. Sólo vi hasta que Mary agarró suavemente la cara de Louis. No vi nada más. Pero por los comentarios de los demás había sido muy bonito verles. Yo no sabía que me estaba pasando, pero tenía ganas de hacer algo.
- ¡Me toca! - Grité.
Todos rieron, y miré a Louis. Ya se había incorporado en su sitio y estaba sonriendo, como siempre. Giré la botella, y justo en el momento en que ésta comenzó a girar, me arrepentí. Tenía un pensamiento en la cabeza que no era propio de mi, y menos en la situación que yo estaba. Pero lo echo estaba echo. La botella giró rápido al principio, y fue bajando la intensidad conforme más vueltas daba. Paró. Paró y señaló sin dejar ninguna duda a una de las personas sentadas a su alrededor. Miré nerviosa la trayectoria de la flecha que marcaba la punta de la botella, y quise que no fuese esa persona. Cualquiera menos esa persona.

domingo, 22 de enero de 2012

Capítulo 17 #

- ¿Cu-cuál? - Mi voz temblaba. Lo tenía demasiado cerca. Pero intenté disimular es nerviosismo. Para mi sorpresa, Louis me sonrió.
- Ven aquí - pasó su brazo por encima de mis hombros y comenzó a caminar saliendo del baño - ¿te has fijado cuánto miden las literas?
Las miré sonriendo, 'mierda' pensé. De anchura estaban bien... para qué os voy a engañar. Eran tan pequeñas que si queríamos dormir allí teníamos que encogernos como caracoles. Miré a Louis.
- ¿Y dónde vamos a dormir? - Dije, haciéndome la sorprendida.
- ¡Fácil! - Siguió andando conmigo bajo su brazo, y llegamos a la habitación donde se encontraba la cama de matrimonio mega enorme. - Aquí.
Le miré sorprendida. ¿Íbamos a dormir juntos? Espero que aquello fuese una broma. Le miré y me sonrió. Parece que no lo decía de broma. Volví a mirar la cama con los ojos como platos, y vi que en ella estaba la gran zanahoria que había en la habitación de Louis en la casa. Corrí a cogerla.
- ¿La has traído? - Dije riendo.
- ¡Está claro! Sin ella no puedo dormir.
Ambos reímos, yo la que más. Me senté en la cama y volví a mirarla. Bueno, era muy ancha, no teníamos por qué dormir pegados el uno al otro. Al final no iba a ser tan mala idea la de dormir con él.
- Voy a ponerme el pijama, que estoy muerto. No tardo.
Fue a sus maletas, sacó un pijama, su bolsa de aseo y se metió en el baño. Yo me quedé fuera, atónita. Era el primer día de tres que iban a ser increíbles. No sabía por qué, pero me encantaba pasar tiempo con Louis. Era gracioso, y poco previsible, nunca sabías con qué iba a aparecer. A lo mejor te acostumbrabas a verle un día con el pelo así, y al día siguiente aparecía con el pelo verde. ¡Es que es increíble! Y es increíble que en una semana casi, le hubiera cogido tanto cariño. Es cierto que quizás no fue una gran idea eso de venir con él aquí, los dos solos. Pero siendo una buena idea o no, yo quería hacerlo, y él parecía que también. Justo cuando estaba inmersa en mis pensamientos, empanada mirando al suelo, él salió del baño. Me quedé con los ojos como platos y la boca abierta. Llevaba unos pantalones del pijama con dibujos de zanahorias y de Bugs Bunny. Pero atención a su camiseta. No llevaba. Llevaba los pantalones algo caídos, y se le veía la ropa interior. Dejé de mirarle y miré al suelo, me ruboricé.
- Jajajajajaja, ¿te molesta que vaya así? - Me dijo él, sentándose en el otro lado de la cama.
- No, para nada - reí nerviosa - voy, a-a ducharme y eso...
Me levanté rápidamente de la cama sin querer mirarle. Cogí mi pijama, mi ropa interior, mi bolsa de aseo y entré en el baño. Eché el pestillo. Lo dejé todo encima del lavabo y miré en el espejo. Me mordí el labio inferior ligeramente y no podía quitarme de la cabeza esa imagen de Louis. ¿El por qué? Me gustaría saberlo sinceramente. Era hermoso. Muy hermoso. Creo que me lo había imaginado así, incluso había visto algunas fotos, pero, pero verle así, tan real como la vida misma, en la misma habitación que yo, sabiendo que iba a dormir conmigo, me hizo ponerme demasiado alterada. Me temblaba todo el cuerpo, estaba ruborizada, pero no podía dejar de sonreír. ¿Qué te pasa corazón? ¿Qué estás tramando? No me gusta que planifiques cosas por tu cuenta. Decidí olvidarme un poco y me metí en la ducha. Cuando terminé me vestí con un pijama de Mafalda que me regaló Ana por mi cumpleaños y me dejé el pelo suelto. Me lavé los dientes, me sonreí a mí misma en el espejo y salí. Cuando dejé las cosas encima de mi maleta vi a Louis con el portátil, metido en la cama y parecía que estaba hablando con alguien. No dudé en meterme yo también en la cama con una sonrisa. Cogí la zanahoria gigante y me pegué a él. De nuevo rocé su piel y de nuevo me estremecí. Increíblemente me puse de nuevo nerviosa, y de nuevo no comprendí por qué. Miré la pantalla del ordenador y vi a Ana, a Lucía y a Niall.
- ¡CHICOS! - Grité sonriendo.
- ¡MARIBEL! - Me contestaron los tres a la vez. Louis esbozó una pequeña carcajada.
- ¿Qué tal? ¿Cómo vais? - Sonreí.
- ¿Por qué te fuiste? - Me dijo Ana, poniendo cara triste.
- ¡Eso! Tenías que haberte despedido mejor de nosotras. - Corroboró Lucía.
- Tres días.
- Me lo prometió - Dijo Niall.
- Eso espero. - Dijo Ana.
- ¿Qué tal está Zayn? - Preguntó Louis.
- Se ha marchado.
- ¿Que se ha marchado? - Dije yo, casi gritando.
- Sí, a Bradford con su familia. - Contestó Niall.
- ¿Cuando se fue? - Pregunté.
- Hace una hora aproximadamente. Al leer la nota prácticamente. - Contestó Lucía.
- ¿Y Rebecca? - Se atrevió a preguntar Louis.
- Se fue también. Pero no sabemos si fue con él. - Dijo Ana.
Hubo un silencio entre los cinco después de decir eso. No sabía como tomarme eso, la verdad.
- En dos días me voy. - Ana rompió el silencio.
- ¿Dónde? - Pregunté curiosa.
- ¡A Suiza! - Contestó muy emocionada.
- ¿Con Harry? - Repuso Louis.
- ¡Sí! No estés celoso, yo no estoy celosa de que tú estés ahí con ella. - Todos reímos.
- Yo me voy el mismo día que tú vienes... - Dijo Lucía tímidamente.
- ¿Con Liam? ¿A donde? - Pregunté, sonriendo aún más.
- ¡Sí! A Venecia. - Dijo también emocionada.
- ¡Vaya cuántos viajes! - Dije riendo - ¿Alguno más?
- Ejem... - Contestó Niall - Voy a llevar a Lizzie a París cuando Liam y Lucía se vayan, vamos, el mismo día. Creo que allí le diré lo que siento... - Se ruborizó.
- Oh Niall! - Grité con una sonrisa.
- ¡Duende irlandés! Ya era hora de que te declarases. - Dijo Louis pasando su brazo por mis hombros.
De nuevo me volví a estremecer. Creo que hasta me ruboricé, pero eso no me importaba. Le miré sonriendo, y después seguí hablando con ellos durante más rato. Al cabo de unos tres cuartos de hora aproximadamente, todos decidimos ir a dormir. Lucía insistió en que encendiese el móvil, pero no me quería arriesgar a ver algún mensaje de Zayn, y que me sintiera culpable por lo que estaba haciendo, así que tras muchas suplicas mantuve mi posición, y no lo encendí. Louis apagó el portátil y lo dejó en la mesita que había a su lado de la cama. Me dio las buenas noches y me proporcionó un beso en la frente. Cálido, dulce, tierno, tal y como era Louis. Sonreí y me giré, me eché e intenté dormir. Pero no lo conseguí. La imagen de Rebecca y Zayn que durante todo este tiempo había olvidado, había resurgido de las profundidades de mi mente. Y ahí estaban. Ambos dándose besos y abrazos, y yo en una silla, al lado de Liam, intentando ignorar esa situación. Era más doloroso de lo que yo creía, pues las lágrimas empezaron a salir de mis ojos sin cesar. Intenté evitar que esas lágrimas fueran sonoras. Pero parecía que el sonido de mi lamento era más potente que mis intenciones, y Louis se percató de que estaba llorando. Noté como se acercaba a mí, como se acercaba mucho a mí. Mientras lloraba me ponía más nerviosa. Noté sus dedos pasando por mi espalda hasta llegar a mi vientre, me estaba abrazando. Me pegó aún más a él. Mi corazón iba a salirse de mi pecho. La frecuencia cardíaca que yo tenía en ese momento no era humana. Noté sus labios en mi cuello, y acto seguido su respiración en mi oído.
- ¿Quieres que volvamos mañana?
Echaba de menos a Zayn, sí. Pero mi yo pasado había tomado una decisión, venir aquí con Louis. Sabía que por algo sería. No iba a darme por vencida así como así, pasaré unos días estupendos, esa frase era la única que intentaba que mi corazón entendiera.
- No. Quiero estar el máximo de tiempo aquí contigo.
Noté como sonreía, me daba de nuevo otro beso en la mejilla. Se iba a separar de mí, para darse la vuelta y seguir durmiendo, pero no se lo permití. Cogí su mano, y la dejé postrada en mi vientre. No quería que él se alejara. Me sentía protegida cuando estaba con Louis. No sabía, o quizás si, a qué se debía esa sensación. Era una sensación extraña. Sentía que si el mundo se venía encima, si estaba con Louis, no me ocurriría nada. Es cierto que nunca había sentido lo que sentía cuando estaba con él, es por eso por lo que me gustaba estar con él. Él se dio cuenta de que no quería que se alejara de mí, sonrió, me susurró en el oído un 'que descanses', me dio otro beso, esta vez en la cabeza, y entrelazó la mano que tenía en mi vientre con la mía. Sonreí. Fui cerrando lentamente los ojos dejando las lágrimas atrás. Y dejé que el sueño se apoderara de mí.

Capítulo 16 #

- Louis, ¿quieres venir conmigo unos días a la casa de playa de mi padre?
Él se separó y me miró. Me ruboricé, no sabía por qué le había dicho eso. Me puse nerviosa, porque él no sonreía ni nada por estilo, estaba serio, y al cabo de unos segundos miró la pantalla del ordenador y siguió escribiendo. La había cagado, así que intenté rectificar.
- Lo siento, no sé por qué dije eso - reí nerviosa - lo-lo siento, no hagas ca... - Y él me interrumpió.
- Estaré encantado de ir.
Me sonrió y me sonó el móvil. Miré nerviosa la pantalla y vi que era del Twitter. ¿Quién me había mencionado? Lo vi, y sonreí. Había sido Louis.
¿Cuántos días nos vamos? ¡Directioners que me voy de vacaciones con @(mi maravilloso nombre del twitter) os echaré de menos! 
Le miré sonriendo, incluso se me escapó alguna carcajada. Me sentía tan bien estando con Louis, definitivamente me hacía olvidar cualquier problema que tuviese. Era increíble, y creo que por eso le quería tantísimo.
- Hoy. - Contesté levantándome de la silla.
- ¿Hoy? ¿Ahora quieres decir?  - Dijo Louis, sonriendo perplejo.
- ¡Sí! ¿Por qué perder tiempo? Sólo estaremos fuera los días que Rebecca esté aquí.
- Está bien, llamaré a un taxi... ¡Y haré las maletas!
- En quince minutos en mi habitación. - Dije con una sonrisa, mientras salía de la habitación.
- Tardaré menos.
Salí con una sonrisa y pegué una carrera hasta la habitación de Zayn. Sí, allí había estado durmiendo estos últimos días. Casi tenía todas las cosas sin desempaquetar, así que me vino de perlas. Eché a la maleta la bolsa de aseo, algunas cosas más que tenía por allí esparcidas, y casi no había terminado de echarlo todo, cuando llamaron a la puerta.
- ¿Ya terminaste Boo Bear? - Dije sonriendo al ver a Louis.
- Te dije que tardaría menos. - Sonrió.
- Es casi imposible - reí.
- Mis poderes zanahorianos me ayudaron.
Ambos reímos y yo terminé de empaquetar todas las cosas que creí que necesitaría. Cuando iba a salir de la habitación, Louis me frenó.
- ¿No les vamos a decir nada?
Cierto, tenía que despedirme de todos. Cogí un papel y un bolígrafo e hice una nota.
- ¡Oye! Uno de los que vinieron a decirnos que fuésemos a cenar, ¿era Harry? - Dije yo, atónita.
- Sí, ¿por qué? - Rió.
- Mierda, Ana ya está aquí.
- Te lo dije cuando vi a Harry.
Volvimos a reír. Cogí el bolígrafo y casi no tuve que pensar que ponerles, todo me salía solo. Todo me salía del corazón.
Siento la ausencia pero necesitaba alejarme unos días si Rebecca va a estar aquí. Sí, me voy con Louis, no hay motivos de alarme, sigo con Zayn, y le quiero, simplemente vamos a pasar unos días fuera. (Acto seguido, añadí en español) Chicas, vigilad a Rebecca. Cortaré el móvil, en tres días estaremos de vuelta. Os quiero. 
Dejé la nota sobre la cama de la habitación de Harry, cogí las maletas y Louis y yo bajamos las escaleras hasta la puerta principal. Estábamos abriendo la puerta, cuando una voz nos hizo parar.
- ¿Dónde vais?
- ¡Niall! - Dije, mientras corría para abrazarle.
- ¿Os vais? - Dijo él, mirando las maletas.
- Nos vamos. Todo está en la nota. - Dijo Louis mientras sacaba las maletas al porche de la calle, para cuando llegase el taxi.
- ¿Nota? ¿Cómo que os vais? - Dijo Niall, empezaba a alterarse.
- ¿Cuánto tenemos Boo Bear? - Miré a Louis con una sonrisa.
- 5 minutos aproximadamente. - Contestó, y siguió sacando las maletas.
- Suficiente. - Sonreí y miré a Niall - Lo he estado pensando, si Zayn puede ignorar a su novia el tiempo que su ex novia esté aquí, yo puedo irme con Louis de vacaciones unos días.
- Pero... - No le dejé terminar la frase.
- Entiéndeme Niall. Necesito despejarme. - Dije yo, esbozando una pequeña sonrisa - La nota está escrita también en español, si te preguntan qué pone, por favor, si lo entiendes no digas nada. No digas a donde vamos, di que no nos viste marchar. - Acaricié la preciosa cara de Niall, cuando este estaba serio, parecía que estaba pensando qué decirme.
- ¿Donde vais? - Me contestó él con voz temblorosa.
- A la casa de la playa de mi padre. Tres días, no más. - Sonreí.
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo. - Sonreí y le di un beso en la mejilla.
- Pasadlo bien, de mi boca no saldrá nada, en serio. - Intentó sonreírme y me dio un beso en la frente.
Me di la vuelta y vi que Louis ya había sacado todas las maletas, y justo acababa de llegar el taxi. Salí, cerré la puerta silenciosamente, y vi que Niall se quedaba tras ella, mirando. Se me partió el corazón al ver esa imagen, pero necesitaba hacer esto. No sé por qué una parte de mi necesitaba olvidarse de todo esto unos días. Ayudé a Louis a subir las maletas en el taxi, y nos subimos. Le di la dirección al taxista, y nos pusimos en marcha. Un par de veces pregunté cuánto tardaríamos en llegar, y el hombre, amablemente me contestó que en unas horas estaríamos allí. Sonreí a Louis, siempre que me miraba le sonreía. Estaba feliz, porque aun siendo esto una locura, una locura de las grandes, él la estaba realizando, él estaba cometiendo esta locura conmigo. Al cabo de unas horas de viaje, llegamos a una playa un poco desierta, y quise pensar que era porque la noche ya había entrado bien en Reino Unido. Fui bajando algunas maletas mientras Louis pagaba al taxista, pero me vio que no podía con algunas y vino rápidamente a ayudarme.
- Tu pagas, yo bajo las maletas. Te dije que fuese al revés, pero no quisiste... - Dije ayudando a bajar la maleta que era tan pesada. Como no, era mía.
- Tu pones la casa, yo pongo todo lo demás. - Me sonrió, y nuestras manos se rozaron al intentar coger la misma maleta. Es cierto que ya le había dado la mano a Louis, es cierto que ya tenía un nivel de confianza con Louis bastante considerable, pero aun así, ese roce hizo que me estremeciera. Le miré, y comencé a ponerme nerviosa. ¿Por qué? No lo sé. No entendía porque tenía esa sensación en el cuerpo. Sacamos todas las maletas y las dejamos en el porche.
- Voy a casa del hombre que me comentó mi padre, no tardo.
Le di un pequeño beso en la mejilla y salí corriendo hacia la casa que me había dicho mi padre. ''Dos manzanas a la derecha, nombre del casero, Charles.'' Llegué a una casa, parecía más humilde que la de mi padre. Antes de entrar, volví a contar. Sí, dos manzanas. Aquí era. Llamé a la puerta y un hombre de edad avanzada me abrió con una sonrisa.
- ¿Maribel? - Dijo el hombre.
- ¿Charles? Vengo a por las llaves de la casa de mi padre. - Dije amablemente.
- Ah sí, sí, tu padre me avisó. Aquí las tienes. - Dijo él, dándome unas llaves en las que estaba inscrito el apellido de mi familia. - Si quieres cualquier cosa, no dudes en venir a pedírmelo.
- Muchas gracias, muy amable. ¡Siento la molestia! Buenas noches. - Me despedí con una sonrisa y volví corriendo hacia la casa.
Cuando llegué vi que Louis no estaba en el porche. Me asusté. ¿Donde estaría? Me acerqué más a la casa y nada, ni rastro de Louis. Miré hacia la playa y lo vi allí. Sentado en la arena a pocos metros del agua. Sonreí y fui a hacerle compañía.
- ¿Qué haces aquí? - Dije yo, con una sonrisa.
- Esperar.
Me sonrió, se levantó y ambos nos dirigimos a la casa. Abrí la puerta y para mi sorpresa, la casa estaba perfectamente cuidada. Muy limpia, recogida, todo perfecto. Justo al entrar se encontraba el salón y la cocina. A la derecha de la puerta principal estaban las escaleras que llevaban al piso de arriba. Muchos cuadros, y todo perfectamente ordenado. Había una pequeña chimenea en el centro del salón, aunque no llegaba a entenderlo del todo, pues en la costa es donde menos frío hacía. Pero aún así, la casa era perfecta.Si todo esto lo hacía Charles, mañana sin falta tenía que ir a darle la enhorabuena. Subimos al piso de arriba con algunas dificultades, pues eran muchas maletas las mías, pero finalmente conseguimos llegar. Había dos habitaciones. Una a la derecha, y otra a la izquierda según el final de la escalera. Justo al lado de estas, hacia arriba, había otras escaleras, más cortas, que llevaban a la buhardilla. En la habitación de la izquierda, había una cama muy grande, más grande de lo normal, de matrimonio. Calculé que de ancho tenía unos dos metros, era enorme. Después pasamos a la habitación de la derecha, y había dos literas. Supuse que era para los niños. Estaba decorada con algunos juguetes, y respecto al resto de habitaciones, esta es la que parecía más infantil. Estaba pintada con colores muy vistosos y llamativos. Al fondo de la habitación, vi una puerta, me acerqué y abrí, y observé que había un baño, que seguía el fundamento de la habitación. De colores, con juguetes, vamos, una monería.
- ¡Aquí también hay baño! - Gritó Louis desde la habitación principal.
- Jajajajajaja, ¡perfecto entonces! - Sonreí y me miré en el espejo que había en el baño.
Por el reflejo vi que Louis se acercaba a la habitación y hacía unos aspavientos un poco extraños. Más que tomármelo a mal, me lo tomé a bien, y comencé a reírme. Bajé la vista un momento, y cuando me di la vuelta tenía a Louis tan cerca de mí que le oía respirar. Empecé a ponerme nerviosa, muy nerviosa. Me temblaban las piernas incluso. Intentaba seguir riendo, pero no podía. Tenía la mirada clavada en sus ojos, esos ojos tan preciosos que él tenía. Estaba totalmente perdida en ellos, cuando una frase me dijo el final del laberinto donde estaba metida, y me hizo volver a la realidad.
- Tenemos un pequeño problema.