Capítulo 33 #

(NARRA LIAM)
- Toc, toc - dije detrás de la puerta del baño - ¿ha terminado ya la princesa?
- ¡Espera! Aún me falta peinarme - me contestó Lucía riendo.
- ¿Todavía? Pero si llevas ahí metida cuarenta minutos.
- Soy una chica, acostúmbrate.
- Dudo que lo consiga.
Reí dando la espalda a la puerta y dirigiéndome a la cama para esperar. Me senté en el borde, pero estaba bastante cansado, así que me tumbé. Era algo rollo tener sólo un baño común, en la otra casa había más. Ya que había dos parejas, y dos baños en dos habitaciones, esas estancias las cogimos yo y Harry, mientras que Louis y Niall dormían en las restantes, compartiendo baño. Empecé a mirar el techo. Joder que aburrimiento. Iría a ver la televisión...si la entendiera. Ni los Simpsons entiendo. Aunque deberé acostumbrarme, creo que pasaremos bastante tiempo aquí. Estaba bien inmerso en mis pensamientos, y la voz femenina más dulce que existe me susurró en el oído, haciendo que saliera de mi mundo de pensamientos sin sentido.
- Llevo media hora diciéndote que te podías duchar ya - susurró Lucía mientras reía.
- No estaba pendiente, lo siento - apoyé mi cabeza sobre mi brazo derecho, así quedaban nuestros rostros uno en frente del otro.
- Pues ya lo sabes - apoyó su cabeza en mi pecho.
- ¿Están todos durmiendo ya?
- Sí, son unas marmotas.
- Jajajajajaja, oye, que yo también tengo sueño.
- Pero tú estás despierto ahora.
- Es que me quedo despierto hasta que te duermes.
- ¿En serio? - levantó la cabeza mirándome con una sonrisa.
- Sí. Es que estás muy linda cuando duermes.
- Qué monada.
- ¿Sabes una cosa?
- ¿Qué? - preguntó acercándose a mí.
- Que te quiero.
- ¿Sólo? - poco a poco se acercaba más.
- Que te amo.
- ¿Sólo sólo eso? - vi como se mordía el labio dulcemente y seguía acercándose a mí, hasta que quedaban sólo unos pocos milímetros.
- Estoy enamorado de ti.
Dos sonrisas aparecieron en nuestros rostros, y entre caricia y caricia, nos dimos más de mil besos. Era perfecta. En todos los sentidos. Me hacía sentir bien, me hacía sentir como nadie nunca me había echo sentir. Era especial, eso sin duda. Y sí, estaba total e irremediablemente enamorado de ella. La amaba más que a nada, y no, no la perdería. No. Lo único que nos podrá separar, será la muerte. Y ni eso. Lo nuestro será infinito, eso lo tengo claro.
(NARRA MARIBEL)
 - Maribel... Maribel...
Pequeños susurros lejanos era lo que oía mientras estaba durmiendo. Pero esos susurros se hicieron más fuertes.
- ¡Maribel! Que vamos a llegar tarde. - Zayn no paraba de zarandearme de un lado a otro en la cama.
- ¿Qué quieres? - dije abriendo los ojos lentamente.
- Que nos vamos a Bradford.
- Que no voy a ir, ya te lo dije.
- Sí vas a ir, porque lo digo yo.
- No me puedes obligar.
- Oh, sí que puedo.
Le miré con cara de 'no te lo crees ni tú', me di la vuelta, y cerré los ojos con intención de seguir durmiendo. Pero unos labios empezaron a posarse por mi nuca y fueron pasando a mi cuello. Cada vez que entraban en contacto con mi piel, ésta se erizaba. Y más cuando él me susurraba.
- Princesa... ven conmigo a Bradford...
- Aich está bien.
Me levanté de la cama con prisas, fui al armario y busqué ropa para ponerme.
- La preparaste anoche.
Cierto, la preparé anoche. La vi tendida encima de la maleta que también tenía... ¿preparada? Joder, cuando duermo se me olvidan las cosas. Me puse lo que había preparado, unos vaqueros, una camiseta básica y las converse. Fui al baño y rápidamente me peiné, me lavé los dientes y la cara, y lo guardé todo en el neceser. Guardé el pijama como pude en la maleta e intenté bajarla, pero Zayn insistió y la llevó él.
- ¿Nos vamos en taxi? - pregunté mientras bajaba detrás de él.
- Pues sí, y ya nos está esperando.
- ¿Y no me dejas desayunar? - paró y me miró.
- ¿Tienes hambre?
- Pues la verdad es que no.
- ¿Para qué preguntas entonces? - me esbozó una sonrisa mientras cogía las maletas.
- Para chincharte.
Salimos sonriendo de la casa y nos montamos en el taxi. Él dio la dirección, y yo me limité a apoyar mi cabeza en su hombro, con intenciones de seguir durmiendo, fuera muy largo el viaje o no.
(NARRA LOUIS)
Qué bonito era Marbella. ¡En serio! Me gustaba mucho. La gente era muy agradable, al igual que las fans. Por la mañana decidimos ir a la playa, que según afirmaba Niall, el agua estaba más calentita que la de las playas de Reino Unido. Emocionados por saber si eso era verdad o mentira, nos dimos cuenta de que no teníamos bañador, así que fuimos a un par de tiendas a comprar algunos. Una hora después, aproximadamente, ya estábamos todos en la playa. Dejamos las toallas colocadas, y los primeros en irse al agua fuimos nosotros, los chicos. Ana y Lucía decidieron quedarse para tomar el sol. En fin, chicas.
- ¡Eh Tommo! ¿Puedo hablar contigo? - me preguntó Harry desde la otra punta de donde yo estaba.
- ¡Claro Hazza! Dime. - la gente nos miraba extrañados, claro, si no hablábamos en inglés poco íbamos a entender el uno del otro. Pero con la misma cara de extraños que nos miraban a nosotros, los mirábamos a ellos cuando hablaban español. Incluso así mirábamos a Ana y Lucía cuando comenzaban sus tertulias en español que ninguno entendíamos.
- ¿Qué tal con Eleanor? - me preguntó pícaro.
- ¡Eh no habléis de forma secreta! - apuntó Liam acercándose a nosotros.
- Eso eso, aquí todos nos enteramos de todo. - Niall también se acercó.
- ¿Puedo? - me preguntó Harry.
- Claro.
- ¿Qué tal con Eleanor? - repitió la pregunta con el mismo tono que la primera vez, sin borrar la sonrisa.
- Bien, es una gran chica. Me lo paso genial con ella, entiende lo de mi pequeña obsesión con las zanahorias y todo eso, pero...
- ¿Pero...? - preguntó Niall.
- Pero no sé. No me veo con ella.
- Te ves con Maribel. - dijo fulminante Liam.
- Pues tampoco. O sí. No sé.
- Tommo, tienes que olvidarte de ella, tío. - dijo Harry.
- ¡Claro, ya sé que tengo que olvidarme de ella! Pero es mi mejor amiga, no es tan fácil.
- Y tampoco le puedes dejar de hablar así como así. - añadió Liam.
- Exacto... No sé, quizás salga con Eleanor sólo para ver si con ella olvido a Maribel.
- Es cruel eso - apuntó Harry - pero si así te olvidas de ella, hazlo. Yo te apoyo.
- Y nosotros - dijeron al unísono Liam y Niall.
- Pues... voy a salir ya, que parezco un garbanzo. ¿Venís?
- Nos quedamos - dijo Niall sonriendo.
Salí del agua mirando al suelo sin saber muy bien qué hacer. Me empezaba a sentir mal. No era ni por el clima ni por el lugar. Era todo maravilloso. Si no, que mi corazón empezaba a sentirse mal. Llegué bastante mareado al lugar donde estaban Lucía y Ana y me dejé caer en una silla, echando la cabeza para atrás.
- ¿Estás bien? - me preguntó Ana.
- Sí, sí, que me he mareado un poco.
- Suele pasar, si te tiras media hora en el agua sin mojarte la cabeza. - dijo Lucía riendo.
- Sí, será eso. - les esbocé una pequeña sonrisa mientras Ana me echaba agua por la nuca y las muñecas.
Al cabo de unos minutos, el mareo se fue pasando, y me fui sintiendo bastante mejor.
- ¡Esa agua es mágica! - dije de repente mirando a Ana.
- Jajajajajaja, claro. Se la robé a Snape antes de salir de Hogwarts de vacaciones. - dijo ella con una gran sonrisa.
Los tres reímos y vimos de lejos como Liam, Niall y Harry se acercaban a nosotros, entre risas y carreras. Al llegar Harry se dejó caer en la toalla al lado de Ana, y Liam se sentó con Lucía en la otra toalla. Niall sin embargo, empezó a quejarse de que tenía hambre.
- El agua me da hambre. Quiero comer. - dijo serio.
- Allí hay un chiringuito, acércate a comprar. - dijo Liam.
- ¡A eso voy!
Salió corriendo con nuestras risas de fondo. Sin duda el mareo ya se había pasado del todo. No estaba muy seguro de querer exponerme de nuevo al sol. Pero cuando Ana me convenció de que fuese a bañarme con ellas, porque tenían que hablar conmigo sobre algo y a parte, no querían ir solas, me sonó el teléfono. Lo cogí, con desgana. Con desgana y nerviosismo, no sabía qué decir.