Gracias a ti, persona que está leyendo esto, tengo las ganas y la inspiración para hacer de mis sueños palabras, GRACIAS :)

domingo, 26 de febrero de 2012

Capítulo 41 #

- ¡Louis! - no llegué a entender qué demonios hacía aquí, pero lo importante en aquel momento era que no le hicieran nada - ¡vete! ¡No quiero que te hagan daño!
- Lárgate niñato, esto no te importa en absoluto - contestó uno de los hombres mientras, dejaban de mirar a Louis, y volvían a acorralarme de nuevo.
- No me voy a ir sin ella.
Louis se acercó a nosotros, con intenciones de quitar cualquier obstáculo que de por medio se encontrara. Quedaban pocos metros para que ambos estuviéramos juntos, pero dos de ellos se pusieron delante de él, bloqueando su paso.
- Vamos a ver niño, que te largues - dijo uno de ellos, acercándose a él con chulería.
- Vamos a ver, que no me voy sin ella.
Mal hizo Louis imitando a aquel hombre. Le dio un puñetazo en el ojo, por el cual Louis se vio obligado a retorcerse de dolor unos instantes. Yo me llevé las manos a la boca. Mis ojos comenzaban a inundarse en lágrimas mientras veía que los otros dos hombres que cerca de mí estaban, fueron a ayudar a sus camaradas a pegarle una paliza a Louis. No sabía que hacer. Pero tenía que pedir ayuda. Cogí mi móvil con la esperanza de que Zayn me cogiera el teléfono. Uno, dos, tres pitidos. Maldito Zayn coge el puto teléfono. Vi como uno de los tíos sacaba una navaja. Esto se me iba de las manos. Fui corriendo a una de las casas que al lado se encontraban, con la esperanza de que alguien se ofreciera a llamar a la policía, o de ayudar a Louis, simplemente. Golpeé con fuerza una de las puertas, pidiendo auxilio. Un hombre, aproximadamente de la misma edad que los locos borrachos que le estaban pegando una paliza a Louis, abrió la puerta, en pijama, mientras sostenía una taza de café. Le expliqué la situación lo más rápido que pude, y el hombre se envalentonó, dejó la taza de café, y en zapatillas fue a intentar separar a esos hombres de Louis. Con el jaleo, varios hombres y mujeres de más casas se asomaron, y otros pocos salieron en rescate de Louis y aquel hombre valiente que había salido en su rescate al principio. Me senté en la acera, dejando que mis lágrimas salieran sin cesar. Me temblaba todo el cuerpo. Encogí mi cabeza en mis piernas, mientras tarareaba una canción para intentar dejar de sentir toda aquella situación. Cuando volví a mirar a todos, la policía había llegado. Estaban arrestando a los hombres, y Louis estaba siendo atendido por una mujer de las muchas que salieron a mirar toda la pelea. Me sentí idiota. Tras varios minutos, yo no me atrevía a levantarme, además de que tampoco es que pudiera. Todos fueron entrando, aunque varios insistieron a Louis, para que yo y él nos quedáramos en sus casas, y él con una de sus amables sonrisas, les decía que no, que otro día nos pasábamos a visitarles. Las personas que a mí se acercaron, a parte de los agentes de policía, al preguntarme qué tal estaba, lo único que decía era un 'gracias por salvarlo'. Volví a esconder mi cabeza en las piernas, llorando de nuevo. Tres toques en mi cuello.
- ¿Estás bien?
- Sí...
Se sentó a mi lado. Ninguno hablamos en varios minutos. Aunque yo, yo no sabía que decir. Por fin me digné a mirarle a la cara y me topé con su mirada fija en mí. No la apartó cuando posé mi mirada en la suya. Le miré toda la cara. Tenía varios cortes por la cara. El ojo morado. Varias tiritas en las cejas. Y de nuevo, al verle en ese estado, mis lágrimas comenzaron a caer.
- ¿Tienes algo más a parte de esto? - pregunté.
Vi como se tocaba el abdomen.
- Moratones por las patadas, nada más.
- Louis me doy asco en este momento.
- Al que le han pegado ha sido a mí, no a ti, tú estás preciosa, incluso con los ojos hinchados. Se te nota más el azul de los ojos, ¿lo sabías?- no sé por qué, pero reí al escucharle.
- Lo siento.
- No pasa nada.
- Te pegaron por mi culpa.
- Me dio la gana de que así fuera.
Risas sin un motivo concreto aparecieron.
- Gracias.
- ¿Antes lo sientes y ahora lo agradeces? - rió levemente.
- Me has salvado.
- De nuevo.
- Gracias Louis, en serio.
- No me las des, que para eso estoy.
- No, estás para animarme en cosas normales, no para meterte en peleas de este calibre.
- Jajajajaja.
- ¿Cómo supiste que estábamos en Bradford?
- Twitter.
- Joder con las fans...
- Son mejor que un buscador.
- Sí.
Más risas y sonrisas tontas.
- ¿Cómo puedo agradecerte esto? Ha sido demasiado.
- Mm...se me ocurren varias cosas.
- ¡Pide!
- Vístete conmigo de zanahoria.
- Mmm...no sé yo eh - reí.
- Entonces cierra los ojos.
Atrevida de mí que los cerró. Imbécil de mi cerebro, que no me quiso advertir de lo que pasaría.
(NARRA ANA)
Por más que intentaba conciliar el sueño, no podía. No hacía más que dar vueltas en la cama, y me daba pena por el pobre Harry, porque lo acabaría despertando. No aguanté más. Lentamente me levanté de la cama, con intenciones de ir a la cocina, a tomarme un vaso de leche, a ver si así podía dormir algo. Abrí la puerta asegurándome de que no había nadie merodeando aún por la casa. Todo despejado. Bajé por las escaleras frotándome la cabeza. Aún no entendía por qué no podía dormir, o quizás sí, pero no tenía ganas de pensar, era muy tarde. Encendí la luz de la cocina. Una luz que me cegó durante varios segundos. Busqué un vaso para echar la leche.Y las vi. Unas tacitas de colores que según me había dicho Niall, usaba cuando venía con sus primos en verano. Vi en especial una, en la que había una pequeña bandera irlandesa, y su nombre, un gran 'Niall Horan' inscrito en ella. No sé por qué la cogí. Pero lo hice. Con una sonrisa estúpida en la cara eché la leche y la puse a calentar. Unas galletas no vendrían mal. Me puse a buscar por los armarios, a ver si encontraba alguna. Pero un leve 'joder' salió de mi boca, cuando miré por tercera vez en otro armario, y no las encontraba.
- ¿Qué buscas? - una pequeña voz proveniente de detrás me hizo sobresaltarme. La voz de la persona por la cuál, probablemente, hoy no podía dormir.
- Galletas.
- Están en este bote - me ofreció por la espalda un bote gris, pequeño.
- Gra-gracias.
Me di la vuelta y ahí los vi, sus ojos azules y su pelo rubio. Me ruboricé por unos instantes. Ambos nos quedamos parados, juraría que él iba a decir algo, cuando el pitido del microondas lo frenó. Salí corriendo en busca de mi taza, y me dio vergüenza cogerla al recordar que era la suya, pero aún así la cogí, y me senté en la mesa.
- ¿Tú tampoco puedes dormir? - pregunté abriendo el bote.
- No, no sé por qué la verdad - una leve carcajada salió de su boca.
Me quedé pensando. ¿Se lo digo? No estaría mal. No perdía nada. Mejor ahora, que nunca.
- ¿Puedo hablar contigo?
Niall se dio la vuelta con una mirada confusa, y se sentó delante de mí, cogiendo alguna de las galletas de aquel bote gris.
- Claro, dime.
- No te enfades con Lucía, ¿vale? - esbozó una pequeña sonrisa - Me ha contado lo que hablaste con Liam de mí.
Silencio. Eso fue lo que se oyó durante unos segundos.
- ¿El...qué exactamente?
- Que te parezco guapa, que podríamos ser grandes amigos, todo eso...
Suspiró. No sé por qué lo hizo.
- Era un comentario normal, como los que hacen Louis o Liam.
- ¿En-entonces...yo no te gusto?
- Jajajaja, qué tonterías dices - agachó la vista levemente.
- Va-vale.
Me levanté de la mesa con un dolor en el pecho. Dejándolo ahí, en la mesa, con la palabra en la boca. Conforme subía las escaleras, mis lágrimas comenzaban a caer. ¿Por qué? ¿Me había echo ilusiones con gustarle? No. Se supone que estoy con Harry. Quítate a Niall de la cabeza, decía mi cabeza. Llegué a la habitación y pegué un portazo. Acto seguido me arrepentí, seguro que había despertado a Harry. Pero para mi sorpresa, él ya estaba despierto.
- ¿Dónde fuiste?
Me di la vuelta con los ojos encharcados en lágrimas. Se acercó a mí en una carrera, poniendo las manos en mi rostro.
- ¿Qué ha pasado? - un tono de preocupación ocupaba su voz.
- Tengo que hablar contigo.
Ambos nos sentamos en el borde de la cama. Me agarró las manos fuertemente, mientras hablaba. Se lo conté todo. Con pelos y señales.
- ¿Te gusta Niall?
- ¡No!
- ¿Entonces?
- Cuando era una simple fan, siempre eras tú. Pero Niall era la clase de amigo que necesitaba siempre en mi vida. Quizás siendo fan pude dudar entre los dos. Pero cuando te vi, cuando, cuando me rozaste la primera vez... Sabía que eras tú.
- Ana, si él te gusta, dímelo.
- No me gusta. Harry, sabes que te quiero a ti.
- ¿Entonces por qué te ilusionaste con ese comentario?
- No lo sé.
- ¿También te ilusionas cuando Zayn te lo dice? ¿O Louis? No me digas que tienes pensamientos raros con las amigas que te lo dicen.
Le pegué un leve golpe en el brazo.
- Eres idiota.
- ¿Quién es la que ha pegado un portazo a las 4 de la madrugada?
- Perdón.
- Tú siempre estás perdonada.
Sonrisas tontas.
- Harry te quiero.
- Sabes que yo más, princesa.
- ¿Esto va a ser para siempre? ¿Lo prometes?
- Lo juro con mi vida.
Y eso me bastaba. Eso me bastaba. Harry amainó el mar turbulento de dudas que mi cabeza tenía, y dejó en su lugar, un mar en calma, un mar que decía con cada una de sus partículas de hidrógeno y oxígeno, que el poseedor de mi corazón, quisiera yo, o no quisiera, era él. La persona que en aquel momento me estaba besando. La persona con la que dormía desde hace un mes aproximadamente. Harry Styles.
(NARRA LUCÍA)
Un móvil vibrando me despertó. Por el sueño que tenía, era bastante temprano. Miré a la mesita de noche, y el móvil era de Liam. Vi que era un mensaje de Zayn. Zayn...un escalofrío batió mi cuerpo. ¿El por qué? No lo sabía. Quise creer que era por que alguna pequeña corriente de aire había pasado en aquel momento por la habitación, ya que la ventana la teníamos abierta. Fui a levantarme cuando sus manos me frenaron en seco.
- ¿Dónde te crees que vas? - adoraba la voz matutina de Liam. Me enamoraba más de lo que ya estaba de él.
- Pues...no sé, a levantarme - reí, mientras me colocaba frente a él.
- No, quiero que te quedes.
- Me apetecía llamar a Maribel.
- Es cierto, hace tiempo que no hablamos con ellos - miró la hora en su teléfono - ¡eh! son las ocho y media. Demasiado temprano.
- Idiota. ¿Bajamos a desayunar?
- No, Lucía.
- ¿Qué?
- Llevo toda la noche pensando...
No me gustaba ni la frase, ni el tono con la que lo había dicho.
- ¿En-en qué?
- En que a veces pienso que, que te gustará otro en cualquier momento. Y que te irás de mi lado...
- ¿Eres bobo? - le miré fijamente - jamás haría eso.
- No, claro que no lo harás - rió - ¿Sabes qué?
- ¿Qué?
- Hoy soñé que salías con Zayn.
- Joder.
- Jajajajaja, te soltaba un discurso muy bonito delante de millones de fans en un concierto y volvías conmigo.
- ¿Cómo era el discurso? - me mordí el labio sonriendo.
- Mmmm... El momento era algo así.
Se levantó, cogió un peine a modo de micrófono, y comenzó a hablar.
- Lucía. Ahora yo miraba a Zayn - aclaró haciéndome reír - es mía. Y te voy a decir por qué. Sé la sonrisa que tiene, y las maneras que tiene de dar cada paso. La he visto seria, la he visto ser ella misma. Y todo eso que siempre cuentas, de que hay que ver como bebe, o como baila y de lo fácil que parece a veces enamorarse. Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo. Todo ese rollo de que los besos, de ciertas bocas saben mejor, eso es algo que sé desde el día en que vino, me pidió un abrazo, le di un beso y me lo devolvió diciéndome su nombre. No sabes lo que es, estar deprimido, tener ganas de desaparecer de la faz de la tierra, y que ella aparezca de repente y te diga 'venga, siéntate, ponte uno de mis cascos, y me cuentas'. No sabes qué siento cuando me despierto, la veo, me sonríe, bosteza y me abraza. Así que empieza a darte cuenta, de que soy el primero que entiende que pierdas la cabeza por sus piernas, el sentido por sus palabras, y los huevos, por un mínimo roce de mejilla - no podía hacer más que sonreír dejando que pequeñas lágrimas salieran de mis ojos - Que todas las incomodidades de orgullo que pueda provocarte el que pase por tu lado, son algo que ya tengo en cuenta. Cuando ella cruza por el cielo, sólo el tonto mira al cielo. También sé como agacha la cabeza ligeramente y levanta la mirada mientras se muerde el labio. Conozco su voz en formato secreto, en formato susurro y en formato gemido. Me sé todas sus cicatrices, el sitio donde la tienes que tocar exactamente para conseguir que se ría, lo de sus fanatismos y amistades, y la forma que tiene de rozar las cuerdas de la guitarra aunque jamás haya tocado una. Yo también me he memorizado su número de teléfono, pero también el número de los escalones que posee su cuerpo, y el número de veces que afina una guitarra antes de dártela para que lo hagas tú con una sonrisa. Esa sonrisa de niña pequeña que nos encanta. ¿Verdad? En este momento Zayn me miraba totalmente perplejo - risas aparecieron entre mis lágrimas - Y luego yo decía... ¡Ah sí! Por tu cara supongo que no has visto esa sonrisa en la vida. Conozco su última pesadilla, y las mil anteriores. No tengo narices a decirle que no a nada de lo que ella me pida, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna. Que sé la cara que pone cuando quiere ser completamente ella, y la he visto hacer competencia a cualquier amanecer por la ventana. Por favor, no me habléis de paisajes si no habéis visto su cuerpo. Mis sueños sólo pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre. Que sí tío, que te entiendo. Que tú hablas de ella, y yo de la misma. Pero que razones para quererla tú tendrás, vale, sí, pero ¿yo? yo tengo infintas más que tú. 
No sabía qué decir. Mi cabeza había sido de capaz de memorizar ese discurso. Ese momento. Mis lágrimas estaban de testigos. Sonreí. Más que nunca. Se acercó a mí, con una gran sonrisa, haciendo que me tumbara en la cama. Las tornas cambiaron; yo me postré sobre él, sin dejar de sonreír.
- Eres totalmente increíble, Liam.
- Porque aprendí de ti.
- Quiero que esto sea eterno.
- Jamás lo dudes.
- Baby you light up my world like nobody else. 
- You've got that one thing.
And the black keys never looked so beautiful, and a perfect rainbow never seemed so dull.
- Cántame de nuevo eso y te como.
- ¿A besos?
- Supongo.
- And the lights out, never had this bright of glow. And the black keys, showing me a world I never knew a world I never knew. 
- Te lo ganaste.
Mil besos fueron los que aparecieron entre él y yo en milésimas de segundo. Y cada uno de ellos, era más perfecto que el anterior. 

1 comentario:

  1. ADSFHGJKJDFGKJSFHJKFH Diooooooooooooos! Que puta perfección, joder! Pobre Louis, menuda paliza le han metido:( Es que no se ni que comentar, por que lo sabes todo, de que me encanta demasiado. Y que adoro todas y cada una de las palabras de esta novela, pf *-* Siguiente pronto<3 te quiero!

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