Gracias a ti, persona que está leyendo esto, tengo las ganas y la inspiración para hacer de mis sueños palabras, GRACIAS :)

viernes, 30 de marzo de 2012

Capítulo 55 #

(NARRA ANA)
—¿Dónde estabas?—pregunté. Hacía varias horas que estaba buscando a Niall por todos lados, y de repente había aparecido, a saber de dónde.
—Estaba tocando aquí—dijo parando de rasgar sus uñas contra las cuerdas de la guitarra y comenzando a observarme. 
—¿Qué estás tocando?—pregunté sentándome a su lado, buscando con la mirada algún rastro de alguna partitura o notas en algún papel suelto.
—No la tengo escrita—dijo al descubrir mis intenciones—la "melodía" por así llamarla, la tengo en mi cabeza.
—¿Y tiene letra?—dije posando mi mirada en la suya, distraída mirando las cuerdas del instrumento.
—No, me gustaría que...—se aclaró la garganta—...que me ayudaras con eso.
—¿Yo?—pregunté sorprendida. Estaba claro que mis conocimientos en música eran más bien escasos, la que más sabía era Maribel, que hacía algunos años asistió a clases de piano, pero yo sólo sabía lo básico que aprendes en el colegio e instituto.
—Sí, tú—sonrió.—Es más, ¿te parece bien que escribamos la letra ahora?
—Claro...—dije esbozando una sonrisa.—¿Pero eso no tarda en hacerse unos días?
—No, si tienes la inspiración suficiente.
—¿La tienes tú?—pregunté algo perdida aún, en el tema.
—Sí.
—¿Es por el lugar?—dije observando un poco el paisaje que se veía por la ventana, aunque ya era casi de noche, así que Niall encendió la lámpara que había en la habitación, si no realmente no se vería nada ya.
—No, es por la compañía—contestó casi en un susurro. Me ruboricé e intenté no darle demasiada importancia a aquel comentario, que en el fondo, me había gustado.—Bueno, yo toco la melodía, y cualquier cosa que se te ocurra como letra, la vas cantando, ¿de acuerdo? Bueno—dijo de repente—hagamos un juego. Si hacemos una letra con sentido ahora mismo, sin pensarla, te llevo a ti, a Lucía y a Maribel a la Premiere de 'Los Juegos del Hambre'. Creo que me han dicho que Jennifer, Josh y Liam se pasaban por allí...
—¿Estás de broma?—dije abriendo bien los ojos.
—Va en serio, créeme.
—¿Y si no lo conseguimos?
—Mmm...
—Venga, piensa—dije sonriendo.
—Pues no os llevo.
—Suficiente, empieza—dije sonriendo.
No se lo tuve que decir dos veces, y él comenzó a tocar la melodía. Era una melodía preciosa, para qué os voy a mentir. Pegadiza. Pero, ¿inventarme una letra de la nada? Eso era imposible, impensable, mejor dicho. Pero quizás Niall no estaba tan loco como creía, porque una letra, comenzó a aparecer en mi cabeza, y casi inconscientemente, comencé a cantar al ritmo de aquella melodía. 
Quiero perderme contigo, en tus sábanas frías—canté—. Olvidando el mundo, sin que nadie sepa que estamos aquí—Niall seguía tocando aquella melodía, mientras él tomaba las riendas de la canción ahora, como era característico en nosotros.
Quiero enterrar el pasado y creer que eres mía, y que en tus sueños perdida, te acerques y quieras vivir junto a mí—cantó. Una parte de mí estaba casi segura de que esa canción, tenía mensajes subliminales que cualquiera no habría captado. Sólo nosotros los estábamos entendiendo.
Por eso te digo bajito, que doy lo que sea por un minuto contigo. Por eso te canto al oído mi secreto cautivo, sin miedo a decirlo...—balbuceé un momento. Sabía qué quería decir, el problema es que no me atrevía. Pero Niall me leyó la mente, y lo dijo por mí.
...yo te quiero—sonrió.Y no puedo vivir sin sentir en mi cuello tu aliento, no soy uno más en tu lista de amores perdidos, preso de tus largos besos—hubo un pequeño silencio, que indicaba que era mi turno de entonar la letra inventada.
Eterna paciencia que tienes conmigo. Yo sé que puedo sentir en el aire ese algo que digas, que embruja mi cuerpo, cuando te alejas me tiemblan las manos, por miedo a que veas que muero por ti—Niall seguía tocando aquella melodía, aunque yo me estaba ruborizando, era evidente lo que ambos estábamos haciendoHas volcado mi universo y con un sólo beso has parado mi tiempo, canta por dentro, un corazón que late muy lento, cuando estoy sin ti. 
Creo que empiezo a notarlo, acaricias mis labios, calmas mi ser...—vi como hacía ademán de ir terminando la melodía, cuando yo me atreví a decir:
Apaga la luz, que te bese otra vez—y así obedeció. Con la misma facilidad con la que encendió la lámpara, la apagó, y en medio de una oscuridad imponente, dos labios que formaban parte de un puzzle se encontraron, y encajaron a la perfección. 
«¿Queda claro no, Niall?—piensoLo que siento, no lo puedo esconder».
(NARRA LOUIS)
—Amor—susurré, en busca de que Maribel aún siguiera despierta.
—Dime—dijo con la voz algo ronca, estirándose lentamente sobre las sábanas, y girándose hacia mí.
—¿Aún...quieres ir conmigo a la boda de Lucía?—pregunté. Vi como se incorporaba en la cama y encendía la luz.
—¿Y eso a qué viene?—dijo mirándome, seria.
—Bueno, como Zayn es el padrino...—dije intentando ocultar que eso mismo, me lo había propuesto Liam a mí primero.
—¿Y qué? Eso no me tiene por qué influir.
—Ya, pero pensé que...—me interrumpió.
—No seas idiota, no pienses tanto.
Por su tono de voz, me jugaría el cuello a que estaba enfadada. Pero, ¿por qué? ¿Por hablar sobre Zayn? No lo entendía, al fin y al cabo ellos habían estado juntos. Quizás no debería, pero tenía que preguntar.
—¿Te incomoda la idea de ir a la boda de tu mejor amiga conmigo, y que Zayn te mire de mala manera? ¿Es eso?—pregunté incorporándome yo también en la cama, mirándola.
—No es eso—contestó fríamente.
—¿Entonces?—inconscientemente, estaba indagando sobre una yaga que a Maribel, le dolía bastante.
—No quiero hablar del tema—contestó.
—Pues es el mejor momento. Estamos a una semana de la boda, y ni siquiera sé si vas conmigo porque tú quieres o porque yo quiero.
—Voy contigo porque quiero.
—Ya....—susurré.—¿Entonces por qué te incomoda tanto hablar sobre Zayn?
—No me incomoda—dirigió su vista hacia mí—es que no quiero hablar sobre mi ex-novio contigo.
—Aunque sea tu ex-novio—dije mirándola también—es mi amigo.
—Ya—contestó fríamente.
—No debería incomodarte, deberías acostumbrarte, mejor dicho—dije algo serio.
—¿Crees que no lo intento? ¡Claro que lo intento!—sin duda se estaba enfadando.—Intento que las cosas entre los dos vayan bien, pero no lo consigo. 
—Inténtalo un poco más...quiero que os llevéis bien, yo y él ya arreglamos las cosas...—le di un pequeño beso en el hombro.
—Lo intento, ya te lo he dicho—contestó secamente.
¿Vuelas conmigo?
—¿Qué?—contestó.
Peter Pan y Wendy, regresaron bien.
—Déjalo ya Louis...—dijo intentando meterse entre las sábanas.
—¿Estás enfadada?—pregunté pasando mi brazo por detrás de su nuca.
—No, no estoy enfadada—dijo intentando soltar alguna que otra sonrisa.
—En serio,¿lo estás?—insistí.
—Que no.
—¿Segura?
—Sí, cansino—contestó dejando una pequeña sonrisa.
—Pero vamos a ver, ¿estás segura? Porque realmente parece que estás enfadada.
—Si sigues insistiendo te pego con la almohada en la cabeza.
—Seguiré insistiendo hasta que no me digas que no estás cabreada—me miró—y—dije marcando bien esa letra—me lo crea.
—Eres un cabezota.
—Ya me conoces.
—Pues sí—rió.
—Bueno. ¿Estás completamen...—me interrumpió, creo que sólo por no oírme más preguntar, con un tierno beso en los labios.
Me agarró de la cara, y pasé mi brazo izquierdo por su cintura, acercándola más a mí. Eso era lo que necesitaba. Que me demostrara que realmente me quería a mí. Aunque estaba seguro de que eso no era así, que era una ilusión que yo tenía en la cabeza, para no darme cuenta de que ella en realidad estaba enamorada de Zayn, para que eso me hiciera decir o hacer cosas que no debía. Creo que dejé claro lo que quería, cuando metí mi mano por su camiseta, con intenciones de quitársela. Se separó de mí y dudó por unos minutos, pero vi como sus labios articulaban en un susurro:
—No seas cabrón como la última vez—sonrió—y usa protección. 
—No seas miedica—dije imitando su tono de voz—y relaja la pelvis.
Ambos reímos tontamente y noté como ella se había ruborizado, aunque era un detalle de ella que me encantaba. Ya os podéis imaginar cómo pasamos la noche así que...que otro os cuente lo que pasó por la mañana.
(NARRA LUCÍA)
—Entonces, ¿vais a venir los 20?—pregunté.
—Que sí—contestó mi madre.
—¿Queréis que os compre los billetes o algo?
—Por quinta vez, que no—contestó mi madre de nuevo, dejando escapar alguna risa.
—Está bien....—susurré—Bueno, os veo en cuatro días—sonreí.
—Hasta entonces, futura señora Payne.
Era algo que me encantaba, que mi madre me dijera "señora Payne".Sonaba tan bien de la boca de mi madre, como de la de Liam. Y era curioso; porque mi madre lo decía de forma más emotiva, y Liam lo decía para enfadarme a veces, porque yo seguía con mi vieja idea de querer conservar mi apellido, pero finalmente accedí a cambiarlo por el suyo. Pero le costó trabajo conseguir que cambiara de opinión. No fue fácil, eh. Miré por si alguien se había dignado a levantarse en aquella casa, y fue cuando recordé que estaba sola con Liam allí. Ahora todos vivíamos en casas distintas, debido a...a nosotras. Por un lado, Ana-Harry-Niall. Por otro, Zayn-Maribel-Louis. Y por otro...Liam-Zayn-Yo. Así que al venir a París, acordamos una casa para cada uno. Yo estaba con Liam, Ana con Harry (aunque hacía dos días que se fue con Niall, tras una disputa bastante fuerte con Harry, que hizo que ambos rompieran) y Louis con Maribel. Zayn por un lado, y ahora Harry, por otro lado. Pero realmente aquello no me importaba mucho. Estaba más pendiente de preparar  hasta el último detalle de mi boda. Mi boda...con Liam Payne. ¿Quién se imaginaba eso? Casada con el que un día fue mi ídolo. Me sentía con demasiada suerte para la que siempre había tenido. Pero no me quejaba, al contrario, me alegraba tener a mi lado a alguien como Liam. Noté unos labios descendiendo de mi nuca hacia mis hombros, y unas manos que me rodeaban la cintura, mientras los labios se posaron en mi oído susurrando.
—Buenos días, princesa.

lunes, 26 de marzo de 2012

Capítulo 54 #


(Dos semanas antes de la boda de Lucía y Liam)

[NARRA HARRY ]

 Despierta amor   susurré. Ana se dio la vuelta al oír mi voz en su oído, y me dedicó una pequeña sonrisa mientras abría lentamente los ojos y se los frotaba con las yemas de los dedos, delicadamente, con intenciones de despertarse.    Buenos días princesa.
 Buenos días cariño    dijo en un pequeño susurro casi inaudible    ¿qué hora es?
 Pues son casi las 11.
 ¿Estás de broma?
 No. ¿Por qué?    se incorporó rápidamente, mirando el móvil, verificando si le había dicho la verdad.
 Había quedado con las chicas para desayunar y para ir a buscar los últimos detalles de la boda    se llevó las manos a la cara    mierda, me he dormido pero bien.
 Vivís cerca, eh    dije riendo.
 Querrás decir, que vivimos cerca yendo en coche.
 Bueno, eso.
 se paró un momento mirando al suelo     ¿Cuánto hace ya que ambos se comprometieron?
 Pues ya hace eh – me tumbé de nuevo mirando al techo, pensando    Casi un año.
 ¿Y llevan saliendo?
 Pues no sé, no recuerdo. Un año y medio, aproximadamente.
 Entonces tú y yo…
 Un año, cinco meses y veinte días.
 Llevas bien la cuenta eh    rió y se apoyó sobre mí.
 Esas cosas no se olvidan.
 Bueno, me voy a ir yendo.
 ¿Por qué?
 Pues porque tengo que ir a por esos detalles.
 A saber qué serán.
 Cosas que no te interesan    dijo riendo.
Se calzó las zapatillas y salió de la habitación, mientras yo me limité a coger el móvil, y llamar a mi madre. Hacía días que no hablaba con ella.

[NARRA MARIBEL]

 Pues ya son las 12  repitió Lucía, al igual que había hecho el comentarista de la radio que estábamos oyendo en el coche.
 Sí, tranquila, que ya aparecerá    dije intentando calmarla.
— Es que aún no tenéis vestidos y estamos a dos semanas de la boda.
 Claro, pero es que tú en eso no pensaste, como tú ya tenías el tuyo y Liam el suyo, el resto del mundo te dio igual   contesté algo molesta.
 Eso no es así.
 Sí lo es.
— Quizás me olvidé algo de vosotras, pero ya está.
 Lo acabas de admitir.
 No.
 Que sí.
 Es que es un estrés impresionante organizar una boda.
 Intentamos ayudarte.
 Lo sé. Intenta entender que si me olvidé de vuestros vestidos, fue por despiste.
 Lo sé Lucía. Bueno, vamos a dejarlo, ¿sí?
Salí del coche, y acto seguido Lucía salió también. Cogí las llaves del bolso y entré en la casa. Mantuve la puerta abierta hasta que Lucía finalmente entró.
 Deja de mirar, sabe donde vivo, no tardará en venir, digo yo.
 Se habrá dormido    dijo cerrando la puerta.
 Seguramente sea eso.
 Como no sea eso la mato.
 reí     No seas así. Verás cómo no tarda.
 Como tarde, ya verás.
 Ahora no te agobies por nuestros vestidos.
 Debéis ir bien, no os voy a dejar solas en esto. Igual que vosotras me acompañasteis a elegir vestido, yo igual.
 Pero tranquilízate  reí entrando a la cocina.
— ¿Louis no está?
 No  cogí un tarro con galletas y lo abrí, sentándome en una de las banquetas y comenzando a comer.
 ¿Y eso?
 Iban a no sé qué de Liam. Louis no me quiso decir qué.
— Ah sí, creo que iban a por los trajes de ellos.
 Impresionante  reí.
Sonó el timbre de la puerta y me levanté corriendo a abrir. Para mi sorpresa, no era Ana, era Alice.
 ¡Hola!  no exagero la sorpresa. Realmente no esperaba verla allí.
— Hola  me esbozó una sonrisa  ¿vais a ir a por los vestidos?
— Sí  miré tras de ella, y vi a Ana, con una radiante sonrisa, pidiendo disculpas por el retraso.
 Lo siento, me dormí  dijo dándome un abrazo.
 No importa, Lucia está en la cocina  la sonreí y seguí mirando a Alice.
— Anda, que no te había visto  Ana le dio a Alice un cálido abrazo y acto seguido se dirigió a la cocina.
— ¿Puedo ir con vosotras?
 Claro Alice — dije sonriendo  pasa.
Creo que era la primera vez que Alice entraba a mi casa. Iba mirando cada rincón, creo que le había gustado. Llegamos a la cocina y vi a Lucía y a Ana susurrando, aunque al vernos se separaron rápidamente. Lo noté, era evidente. No disimularon bien, pero Alice ni se inmutó.
 ¿Vamos?  dije cerrando el bote que había abierto minutos antes con una sonrisa.
Todas asintieron con la cabeza y nos dirigimos de nuevo a la puerta. Ana se montó atrás conmigo, Lucía conducía y  Alice iba en el asiento del copiloto.
 ¿Por qué viene?   susurró Ana.
 Porque me lo ha pedido.
 ¿Maribel? Vamos a por los vestidos.
 Lo sé, joder, Ana.
 Es la novia de Zayn. Recuerda eso.
 Y yo la de Louis.
 ¿No la tienes ni un poco de coraje?
 Pues no, porque la que dejó a Zayn fui yo. Sabes a la perfección que lo nuestro no tenía ningún futuro. Él rehízo si vida, como yo la mía.  Además  la miré algo seria  pensé que te caía bien.
 ¡Y me cae bien! Es una chica genial, le tengo mucho aprecio. Pero no entendía su repentina visita.
 ¿Todo aclarado? – sonreí.
 Todo aclarado  me devolvió la sonrisa.
 ¿Tienes idea de cómo quieres el vestido?
 No podemos desentonar más que la novia  reí.
 Cierto — corroboró dándome un abrazo.
Sin darnos cuenta, ya habíamos llegado a nuestro destino. Una tienda de vestidos, por el lugar donde estábamos, algo cara. Pero, qué íbamos a esperar. Estábamos en medio de París, la ciudad del amor, dos semanas antes de la boda de una de mis mejores amigas. 
 [NARRA LOUIS]
 Por última vez Liam, que yo no me pongo esto  replicó de nuevo Niall.
 Por última vez Niall, que no vas a ir de verde  dijo Liam poniendo sobre sus brazos otro traje.
 ¡Es que yo quiero ir de verde!
 Es mi boda, no seas cabezota.
— ¿Y para el banquete?
— Para el banquete puedes ir de verde – accedió finalmente Liam.
 ¡Bien!  se metió en el probador haciendo movimientos extraños.
 ¿A vosotros os gustan vuestros trajes?  preguntó Liam, refiriéndose a Harry, a Zayn y a mí.
 Pues si no tuviera que llevar corbata, tuviera tirantes, y la camisa de rayas, pues sí, me encantaría  dije sonriendo.
 Yo prefiero pajarita a corbata – comentó Harry.
 Si hubieses venido a tu hora, tendrías la pajarita ya contestó Liam.
 ¡Estaba hablando con mi madre! contestó riendo Harry.
 A mí me gusta este, ¿puede ser en negro en vez de gris?  preguntó Zayn.
 Sois como críos pequeños  susurró Liam mientras buscaba el traje de Zayn.
— todos reímos — ¡Déjalo Liam!  grité  Lo mío era de broma. Me encanta este.
— Pues yo sigo queriendo la pajarita  replicó Harry.
 Tomad, pesados — les entregó, seriamente, el traje a Zayn y la pajarita a Harry, aunque finalmente sonrió. En ese momento, salió Niall con el traje.
 Quiero uno igual, pero en verde.
 Y dale con el verde.
 ¡Quiero el verde!
— Niall, para el banquete  dije intentando calmar la situación. Bastante tenía ya Liam, como para que encima estuviésemos molestando con los trajes. Niall comprendió mi intervención al instante.
 Era broma Liam  dijo riendo.
 Bueno, ¿estáis todos?
 Pues sí  contestamos.
 Ala, a cambiarse que vamos a pagar ya.
Cuando todos terminamos de cambiarnos y, Liam estaba pagando, me acerqué a Harry.
¿Sabes quién tendrá el anillo? 
 No - contestó  pero creo que serás tú.
Iba a preguntarle el por qué de aquella afirmación tan alocada, cuando Liam me pidió hablar a solas.
 Louis, quería pedirte que, bueno...llevaras los anillos en la boda.
 ¿Qué? ¿Me estás pidiendo que sea tu padrino?
 Sí... Zayn no puedo cogerlo para eso, y Harry o Niall...creo que no es bueno dejar a ninguno de los dos solo con Ana. Por favor.
 Coge a Zayn.
 ¿Por qué?
 Hazme caso y coge a Zayn. 
— Quería que...
 Por favor. 
 Está bien...pero si no quiere, serás tú.
 De acuerdo.

[NARRA MARIBEL]

 ¡Creo que me quedo con este!  dijo Ana dejando un soplido tras el comentario. Era el vigésimo que se probaba.
 ¡Genial! Yo creo que finalmente me quedaré con este azul  de repente, el móvil comenzó a sonar.

(Llamada telefónica)

 ¿Sí? 
— No elijas cualquier vestido.
 ¿Y eso a qué viene? Cojeré el que yo quiera.
—  No puedes.
 ¿Por qué? La madrina puede ir como quiera. Siguiendo un protocolo. 
 Porque yo soy el padrino. 

viernes, 23 de marzo de 2012

Capítulo 53 #

[NARRA ANA]
 ¿Dónde se supone que vamos, Harry? pregunté. La intriga me estaba matando.
Harry, se había encargado de taparme los ojos con un pañuelo, color azul celeste. Me llevaba a ciegas por las calles de, a saber exactamente qué ciudad, porque hizo todo lo posible por que yo no me enterara de dónde se dirigía el avión, y lo consiguió. Supongo, que para las personas que pasaban a nuestro lado, sería un momento cómico. Sólo habría que imaginarme a mí, andando como si fuera un pato, riendo como una tonta, con los ojos vendados y un chico de ojos azules y hermosos rizos agarrándome por detrás. Sí, sin duda, si viera a alguien en la misma situación, me reiría. Finalmente, paramos lentamente, y Harry, delicadamente me quitó el pañuelo de los ojos.
 ¿Dónde estamos? pregunté. Aunque era evidente. Casa blanca. Pequeñas partes en tonos marrón anaranjado. Grande. Jardín ancho. ¿Qué hacemos en casa de Christinna y Helena?
 Revivir momentos me contestó él, situándose delante de mí, con una sonrisa.
 Venga ya Harry, deja las bromas la verdad, es que me molestaba un poco, bastante, el estar aquí. Ahora más que nunca, me dolía la traición de Christinna hacia Niall. Sólo de pensar en eso, de nuevo me asqueaba, y más ganas tenía de entrar a decirle cuatro cosas. 
 En serio Ana respondió, mientras me cogía la barbilla suavemente, haciendo que quitara la vista y los pensamientos de aquella casa, y me centrara en él hazme caso. Verás como esto te gusta.
Me dejé llevar. ¿Qué perdía? Confiaba en él. Andamos un par de manzanas, y llegamos a un pequeño establecimiento. Nunca lo había visto. Supuse que lo habrían abierto hace poco. Harry hizo que me quedara fuera, mientras él entraba, a hacer, algo que no me quiso decir. Mientras él estaba en el establecimiento, yo me limité a mirar. No había muchos cambios en el barrio en sí. Ni si quiera en la ciudad. Quitando aquel pequeño establecimiento, todo estaba igual. Y me alegraba. Me alegraba el volver a estar ahí. En realidad, esa ciudad cambió toda mi vida por completo. Era una sensación agradable volver a verlo todo después de tanto tiempo. Al cabo de algunos minutos de intensa espera, Harry salió del local. Escondía algo detrás de la espalda.
 ¿Qué llevas ahí? pregunté curiosa, mientras me acercaba.
 Revivir momentos repitió guiñándome un ojo.
De detrás de la espalda, sacó un ramo de lirios. Me ruboricé, mientras lo cogí delicadamente, y olía el perfume. Después, su mano izquierda sostenía una pequeña cesta de mimbre. 
 ¿Te apetece una pequeña merienda? 
Sonreí, asintiendo con alegría. "Revivir momentos". Ahora lo entendía. Me aferré a su mano, y mientras miraba las calles, me parecían aún más bonitas. Sólo por el echo de que él estuviera conmigo. Caminamos y caminamos, hasta llegar a aquel parque. Donde todo comenzó. Donde se quedaron grabados pequeños besos, abrazos y caricias. Eran demasiados recuerdos. Demasiados sentimientos que sólo con él sentía. Puso el mismo mantel en el mismo sitio del parque. Me hizo sentarme, como la otra vez. Mientras él lo preparaba todo. Seguí mirando el ramo de lirios. ¿De dónde había salido tanta perfección? Llamaré a Anne, para darle la enhorabuena. Sonreí estúpidamente con mis comentarios mentales. Entonces vi como Harry metía la mano en mi bolso, y sacó mi móvil.
 ¿Qué haces? pregunté.
 No quiero que nos molesten. 
Sonreí, y dejé que apagara el móvil. Me puse de rodillas y me acerqué a él, metiendo la mano en su bolsillo del pantalón. Sonrió, saqué el móvil y lo apagué.
 ¿Qué haces? preguntó intentando imitar mi tono de voz.
 Es lo justo aclaré entre risas ¿qué vamos a hacer, príncipe?
 Revivir momentos y dejó escapar una pequeña risita.
 Dame más detalles, así no me puedes tener todo el día contesté poniendo morros.
 En realidad, sí que puedo.
 ¿Vas a ser cruel conmigo? pregunté haciéndome la sorprendida.
 Nunca podría ser cruel contigo, princesa esbozó una pequeña sonrisa, mientras me cogía la barbilla y me daba un ligero beso en los labios. Pero al finalizar, ambos nos quedamos demasiado juntos. Una gran parte de mí, echaba de menos estos momentos con Harry. Esos momentos en los que me quedo sin saber qué decir, en los que me sorprende, en los que todo el mundo gira alrededor nuestro. Ese ligero beso, finalmente fueron dos. Tres más largos. Cuatro aún más largos. Terminé tumbada en el mantel, con Harry apoyado a mi izquierda, con su mano apoyada en mi vientre, mientras aquellos besos seguía fluyendo.
[NARRA LUCÍA]
 Amor  Liam dirigió la vista hacia mí ¿Tienes pensada alguna fecha para la boda?
 Pues no contestó sentándose a mi lado pero tiene que ser lo más pronto posible.
 ¿Y eso por qué? pregunté dejando la agenda que tenía sobre las manos, un poco apoyada en mis rodillas.
 Pues porque quiero que seas Lucía Payne ya. 
 Idiota, no podemos ponerla pronto, hay muchísimas cosas que preparar para una boda, ¿lo sabes?
 ¡Pero si lo único que importa es el marido, la mujer y los anillos!
 Y las damas de honor y el ramo de flores.
 No son tan importantes como lo puedes ser tú.
 Ni tú.
 Pero tú más.
 No seas tonto. ¿Dónde querrías que fuera?
 Un lugar tranquilo. No sé. Fuera de la gran ciudad.
 Fuera del mundanal ruido.
 Exactamente eso. Estoy algo cansado.
 Y eso que es Londres. Cuando estés en Nueva York, o Las Vegas, ya me contarás.
 Será igual, pero a mayor escala ambos reímos   ¿A cuánta gente planeas invitar? preguntó pasando su brazo por mis hombros.
 No sé. Pero sólo con la familia mía y nuestros amigos, somos unos 90. 
 ¿Y mi familia?
  Eso te quería preguntar. ¿A cuántos vas a invitar?
 Pues...mis padres y mis hermanas. No sé. Mis abuelos y mis tíos.
 Pues llegamos a las tres cifras.
 ¿No podemos eliminar a gente? Tampoco quiero que sea por todo lo alto. Con que estés tú, me basta y me sobra.
 Pero tampoco podemos estar los dos solos revisé de nuevo la lista en sucio, que había hecho podemos quitar a lo mejor, a alguno de mis primos, o quizás a algunas amigas con las que no tengo tanto contacto...no sé.
 Si quieres invitar a todos ellos, no importa a ver cogió él también la lista, observándola que nos lo podemos permitir. Pero era por no sé...por no celebrarla lujosamente.
 Sí, sí, entiendo. Además, no quiero que gastes mucho dinero. Aunque lo pagaremos a medias.
 ¿A medias? rió sarcásticamente yo pago lo que haya que pagar, tú estate quietecita.
 Oye dije, con una mirada asesina ¿cómo que yo me estoy quietecita? Pago si quiero.
 No porque no te dejo.
 Liam le obligué a que me mirara no seas terco. 
 aprovechó, y al hacer que me mirara, me besó No soy terco, te digo algo que ocurrirá, nada más.
 Bueno, entonces, unos 150 invitados máximo. ¿No?
 Por ahí, por ahí.
 Entonces vamos a empezar a organizar la fecha. Que es lo importante.
 En realidad, yo planeaba hacer otras cosas en este momento tiró la agenda, la lista, y los seis o siete bolígrafos que tenía al suelo, mientras me agarraba suavemente de la cara, y comenzaba a besarme, como siempre hacía. Como si no hubiese un mañana. 
[NARRA MARIBEL]
La noche cayó rápidamente en Londres. Londres...cómo había echado de menos aquella ciudad. Tan bonita, tan acogedora. Realmente vienes, y te dan ganas de no irte. Y más tienes motivos, como Zayn, por ejemplo, para quedarte. En realidad, no estaba muy segura de que Zayn fuera un buen ejemplo. Paseamos por calles que ya eran bastante conocidas para mí. Observamos una y otra vez, los mismos detalles que ya habíamos contemplado, pero aún así, los mirábamos y nos sorprendíamos como si fuera la primera vez que los veíamos. Finalmente, me dejé llevar, y dejé que me agarrara de la mano, y que de vez en cuando, con el disimulo que Zayn tenía, me abrazara. Llegamos a aquel lugar, donde a él le encantaba venir. Donde se podía contemplar el Big Ben, casi a la perfección. Era el lugar donde tenía que haber ocurrido nuestro primer beso, pero que sin embargo, no ocurrió. Me apoyé en una pequeña valla, mientras contemplaba lo bonita que era aquella ciudad por la noche. Zayn, hizo exactamente lo mismo. 
 Bonito.
 Tal y como lo recordaba esbocé una pequeña sonrisa.
 En teoría, son las 10:55pm. ¿Cierto?
 Pues miré mi reloj y 56 acaban de dar.
 Se me acaba el tiempo.
 ¿Para qué?
 Para dejar que algo que no ocurrió, ocurra.
 ¿De qué hablas?
 Hora.
 10:57 le miré con algo de preocupación ¿qué ocurre?
 Te quiero.
Y me plantó un beso en los labios. Un beso, meses atrás, en el mismo lugar, que debería haber ocurrido. Sin embargo no ocurrió. Pero todo pasa. Puede pasar años, pero acaba pasando. He aquí la prueba. No me negué. Me juré, perjuré a mí misma, que no le negaría un beso, aunque estuviera en la situación más inoportuna posible. Noté como posaba sus manos debajo de mi camiseta, haciendo que mi latido cardíaco se acelerara involuntariamente y que mi piel, se erizara. Me dejé llevar posando mis manos tras su nuca. Era el momento perfecto que ambos deberíamos haber vivido. Noté como sonreía mientras me besaba; algo que ya caracterizaba los besos de Zayn, algo que los hacía más perfectos aún. Tras varios besos, decidimos separarnos, sólo por tomar algo de oxígeno. Ambos sonreímos, aún cerca. No quería ocultarlo más; necesitaba estar con él, a todo momento.
 Te quiero repitió.
 Pues yo te quiero más.
 ¿Siempre?
 Tú.
 Nosotros.