Gracias a ti, persona que está leyendo esto, tengo las ganas y la inspiración para hacer de mis sueños palabras, GRACIAS :)

martes, 3 de abril de 2012

Capítulo 57 #

(NARRA MARIBEL)
—Lucía—grité.—O salimos ya, o llegamos tarde, y es tu boda eh.—Desde luego, qué pesada era esta chica. 
—Ya estoy—salió del cuarto de baño.—Venga vamos.
Ambas salimos corriendo de la casa y Ana ya nos esperaba en el coche, con las cosas preparadas.  Nos montamos en cuestión de segundos en él y Lucía arrancó.
—¿Era necesario pararse tanto tiempo?—preguntó Ana.
—Sí—contestó Lucía.
Se le notaba el nerviosismo en la voz.  Normal, faltaban tres horas para su boda. Su boda. Anda que se dice pronto. Finalmente me quité de líos, y Ana era la madrina.  Ninguna estaba convencida con aquel cambio, incluso juraría que Lucía estaba molesta por eso, pero me negaba a tener algún vínculo de nuevo con Zayn. Además de que a Louis tampoco le hacía gracia que yo fuese la madrina. Pero era por Zayn, no penséis mal. 
—Pon música—pedí desde el asiento trasero.
—¿Qué pongo?—dijo Ana.
—Mmm...¡pon a los Jonas Brothers!
Sonrió y puso "Live to Party", para liberar tensiones. Las tres comenzamos a cantar como locas, hasta que la velocidad del coche fue bajando hasta parar; estábamos en un atasco.
—No me jodas—soltó Lucía.
—No creo que sea muy largo—dijo Ana intentando calmarla. Me asomé por la ventana.
—Creo que nos durará una hora.
—¿Una hora?—dijo Lucía.—Voy a llegar tarde a mi propia boda.
—No seas tonta, no llegarás tarde a ningún sitio—contestó Ana. 
—Seamos realistas,  Laurent Squit está a unos treinta minutos en coche. Si vamos andando, primero que dejamos en mitad de la carretera el coche, y segundo que tardaríamos lo mismo o más que si esperamos aquí.
—A lo mejor estar aquí nos retrasa más—dije.
—Quizás...—susurró Lucía.—Bah, venga chicas, coged las cosas y prepararos para correr.
Las tres sonreímos, Lucía quitó las llaves del coche y cogimos todas las bolsas que llevábamos, cerró el coche, y esquivando a algunos taxis que nos pitaban, conseguimos dejar el coche en mitad de la carretera. Una vez habíamos llegado a la acera, nos dispusimos a correr como si se nos fuera la vida en ello. Se convirtió en una carrera de cuarenta tediosos minutos, hasta que por fin llegamos a Lauren Squit. Por el camino nos miraba toda la gente, un par de veces se nos cayeron las bolsas, incluso tuvimos que parar porque a mí se me salían los deportes. Pero entre risas y nervios,  conseguimos llegar. A toda prisa nos metimos en la casa, faltaban menos de dos horas para la boda de mi amiga, y ni siquiera tenía puesto el vestido de novia. Al llegar, todos nos estaban esperando. Peluqueros, maquilladoras, todos estaban preocupados. Al vernos llegar nos sonrieron y empezaron a meternos prisa. Tras media hora, todas estábamos peinadas y maquilladas. Ana, llevaba el pelo rizado, recogido hacia el lado derecho, con dos trenzas que empezaban en su parte frontal de la cabeza, y acababan detrás. El color que predominaba en su cara era el naranja claro, con un pequeño toque de gloss en los labios. Lucía, llevaba un tocado sumamente precioso, hecho a base de dos trenzas, y casi en cada mechón, una pequeña gota de purpurina, que lo hacía aún más bonito.  Al tener los ojos azules, le pintaron la raya de arriba y los labios rojos. Poco color, creo que Liam les pidió que la dejaran lo más natural posible. Yo por mi parte, llevaba el pelo suelto al natural; rizado. El flequillo de lado, no me gustaba que me toquetearan mucho el pelo. En mi caso, los colores predominantes en mi cara eran los tonos azules. Sobra de ojos azul, un poco de colorete rosa y tomando ejemplo de mi amiga Ana, gloss en vez de pinta labios.  Una vez peinadas y maquilladas, nos preparamos para vestirnos. Todos prestaron más atención cuando Lucía se vistió, puesto que su vestido era más difícil de colocar que el de Ana y mío. Al tener que ir iguales, Lucía eligió para Ana un conjunto en naranja muy claro, de ahí su maquillaje, y para mí, el mismo modelo, pero en azul cielo. Era un vestido con una cinta en la cintura, ancha. De palabra de honor. La primera capa empezando desde debajo era de tela del color elegido, y la de encima, era de una tela con pequeños recovecos, que hacían que la tela de debajo quedara aún más clara. Tacones a juego. Oh mierda, tenía que ponerme tacones.
—Tengo los pies hechos trizas—me quejé.—Yo tacones no me pongo.
—No seas boba—contestó Ana.—Te los tienes que poner. No vas a ir descalza.
—Pero es que me duelen los pies de los deportes.
—Pues tendrás que ir con tacones, lo siento.
Refunfuñé y me puse los tacones, con los cuales no llevaba ni diez segundos, y ya me estaban matando. Intenté fingir una sonrisa delante de todos, hasta que vi a Lucía vestida de novia. Era un vestido también de palabra de honor, con una cola de tamaño mediano. A la altura del pecho, hasta el vientre, había un encaje que por mucho que lo miraras, no te cansabas de verlo, era increíble. Desde el vientre hacia abajo, era todo con volantes y diversas telas. Y ella se veía tan...preciosa con él. Sin duda, le quedaba de escándalo. 
—¿Cómo estoy?—preguntó algo sonrojada.
—Preciosa—contestó Ana.
—Maravillosa—exclamaron los peluqueros.
—Perfecta—conseguí decir con una sonrisa.
Mientras todos observaban aquel traje, llamaron a la puerta. Fui yo a abrir, y vi a un chico moreno, con su típico tupé, traje gris con corbata, y una sonrisa que se le ensanchó considerablemente al verme.
—¿Está Ana?—preguntó.
—Sí. Ana—dije mirando hacia la habitación. Ésta me miró—te buscan.
—Déjame decir que estás preciosa—añadió.
—Gracias. ¿Has visto a Louis?
—No.
Ana se puso a mi lado, dándome un pequeño codazo, y mientras Zayn entraba para hablar con ella, yo decidí salir de allí. Había metido el dedo en la yaga incluso en la boda de mi mejor amiga. Ya le pediría perdón a Zayn. Pero joder, es que realmente quería ver a Louis. Fui buscando por todos lados, hasta que me encontré a Liam, sentado en una silla, con una cara de preocupación notable.
—¿Qué ocurre?—pregunté.  Me miró.
—Contratamos a una chica que tocaba el arpa, para que tocara en la celebración. 
—¿Y?
—Estaba embarazada, pero anoche la ingresaron en el hospital, acaba de dar a luz.
—Bueno—dije mirándole e intentando quitar gravedad a la situación.—no tener música no es del todo importante, creo que vi un teclado, puedo tocar si quieres.
—No tenemos fotógrafo.
—¿Qué?
—Está en el atasco. Y dice que va para largo.
—Bueno...alguien habrá aquí de las familias que traiga una cámara.
—Maribel...—susurró—no tenemos cura.
—¿Estás de broma?
—No, está en el atasco.
—Joder con el atasco...
—Maribel...que no va a ver boda.
—¡No digas eso!—grité.—Que sí va a ver boda.
—¿Tú eres cura? 
—No.
—Pues eso.
—No seas así.
—¿Puedo ayudar en algo?
Una chica de pelo castaño oscuro, con rizos, un vestido negro con lunares blancos y una cinta roja, hablaba desde detrás; Alice, la novia de Zayn.
—Sí—contesté.—Puedes ayudar, ven.
La cogí del brazo, ordenando a Liam que fuera a terminar de prepararse. Teníamos una hora. Y la boda iba a salir adelante. 
—¿Qué hay que hacer?—preguntó.
—Fácil. Creo recordar que el sobrino de la dueña de esta casa, estaba estudiando para sacerdocio. 
—¿Crees que podemos decirle que haga de cura?
—Podemos intentarlo.—ambas sonreímos.—Bien, yo voy a por el chico, y tú, tienes que buscarme un teclado y una cámara. El teclado puedes preguntarle al encargado, la cámara...no sé, pregúntale a los familiares. 
—Dalo por hecho, ¡suerte! 
Ambas salimos a correr en busca de nuestros objetivos. Pero casi no había avanzado ni cuatro metros, cuando me topé con la dueña y su sobrino.
—¡Hola! ¿Creen que pueden ayudarme?
—¿A qué?—contestó el chico.
—Necesitamos un cura. 
—Eso es imposible—contestó Rose, la dueña.
—Déjeme hablar a solas con su sobrino, por favor.—a regañadientes aceptó y se fue, y el chico, se quedó conmigo.
—¿Qué quieres?
—Déjame tutearte, ¿cómo te llamas?
—Barney.
—Bien, Barney. Tengo un plan para que la boda de mi mejor amiga no sea un desastre. ¿Crees que podrás ayudarme?
—Bueno, creo que puedo intentarlo.
—¡Genial!—dije con una sonrisa.—Tú estabas estudiando para sacerdocio, ¿cierto?
—Sí.
—¡Maribel!—gritó alguien desde detrás, me giré y vi a Ana, con la respiración entrecortada, parecía que llevaba un rato buscándome.
—¿Qué ocurre?
—Es Lucía.
—Vale, ¿dónde estáis?
—En el jardín.
—Voy para allí, ahora te alcanzo.—Ana asintió y salió corriendo de nuevo.—Barney, ahora necesito que hagas esto, todo lo que te voy a pedir, aunque te parezca una locura. Pero por favor, hazlo. No por mí, que soy una desconocida, si no por una chica que lleva media vida esperando este día.
El chico asintió y conforme empecé a vocalizar todo el plan que tenía pensado, abría cada vez más los ojos, pero por su cara estaba prestando atención a cada palabra, y era de agradecer. Una vez había terminado de hablar, el chico me miró serio, y me dijo:
—Haré lo que me pides—sonrió.—Suerte con lo que haya pasado.
Le dediqué una sonrisa y salí corriendo en dirección a la puerta, ¿qué habría ocurrido con Lucía? Me estaba preocupando, casi no sabía quién se ponía en mi paso, quién me saludaba, o quién me preguntaba por ella. Hasta que me choqué y caí al suelo con la última persona que, en un caso así, de haberlo sabido, querría que fuese.
—Esto merece una explicación, supongo.
Y, de haberlo sabido, quien pronunció esa frase, no era la persona que yo habría querido. No, definitivamente no. 

3 comentarios:

  1. Vale, ¿hola?, ¿más perfecto no podría haber sido, no? Definitivamente no. Tanta perfección.. Joder, me imagino a Ana, Lucía y Maribel corriendo por la carretera :') JAJAJAJA. Ohhhh, he salido jijijiji:$ Me siento importante:3 Pero a ver, a ver.. ¿ESE FINAL? ¿QUIEN COÑO ES? Ahhhhhhhhhhhh, no puedes dejarme así :(( Necesito el siguiente lo más pronto posible *-* te quiero<3

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  2. por fa sigue YAAAAAA!!!!! no puedo esperar. Maribel tienes un don en serio te lo digo :)
    BESOSSS Marina:P

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  3. siguiente siguiente siguiente ya!!!! porfavoooor! me matas con cada palabra:') sigue asi!

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